Tristes guerras
En 1994 Andr¨¦s Trapiello dio a conocer en Las armas y las letras su visi¨®n sobre el comportamiento de los escritores en la Guerra Civil. Diecis¨¦is a?os despu¨¦s ha aparecido la tercera edici¨®n, m¨¢s aumentada que corregida, pues no rectifica sustancialmente el panorama de aquel libro que present¨® a los escritores de la Edad de Plata obligados por las circunstancias a tomar "ora la espada, ora la pluma". Trapiello adereza una informaci¨®n cicl¨®pea con inmejorables trazas narrativas. De Unamuno a Aza?a, desfilan por este volumen nombres mayores y menores de un tiempo en que la vesania de unos arrastr¨® a todos a una carnicer¨ªa de la que nos aturde m¨¢s el estr¨¦pito de la ignominia que el clar¨ªn de la ¨¦pica. Quien se engolfe en este libro percibir¨¢ que entre ellos hubo "h¨¦roes, bestias y m¨¢rtires", seg¨²n reza el subt¨ªtulo de A sangre y fuego, relatos de Chaves Nogales que Trapiello ha contribuido a rescatar. En esta reedici¨®n hay abundantes materiales nuevos, muchos provenientes de Espa?a sufre (Renacimiento, 2008), diario de guerra del diplom¨¢tico chileno Carlos Morla Lynch, prologado por el propio Trapiello. Acompa?ante de los genios sin pretender ser uno de ellos (igual que Juan Guerrero Ruiz, escudero del dign¨ªsimo Juan Ram¨®n), Morla hizo de su embajada el refugio al que se acogieron numerosos franquistas; lo contrario que el c¨®nsul Neruda, "de un ego¨ªsmo y de un ensimismamiento abrumador". A punto los sublevados de irrumpir en Madrid, Morla no ahorra puyas a quienes, frente a los que se bat¨ªan el cobre en el frente, hab¨ªan hecho de la retaguardia el escenario de su vedetismo antifascista. "?Qu¨¦ van a querer que termine la guerra! Alberti vive ahora en una casa preciosa, moderna, elegante, con una terraza magn¨ªfica"; y enseguida: "Con la victoria de Franco lo pierden todo". As¨ª extra?a menos que Alberti, en la dedicatoria de una foto de 1965, se refiriera a esos a?os como la "belle ¨¦poque". Lejos de la equidistancia entre los "hunos" y los "hotros", Trapiello asume que fue la Rep¨²blica la depositaria de los principios de la Ilustraci¨®n, pero ni cierra los ojos ante su deriva totalitaria ni ignora que, en aquel charco de sangre, hubo v¨ªctimas y verdugos -y escritores eximios- en ambas partes. He aqu¨ª, en fin, un ensayo apasionante, bien urdido y excelentemente escrito, abierto a los nombres que habr¨¢n de ir incorpor¨¢ndose a esta galer¨ªa tr¨¢gica donde resplandece lo mejor y lo peor de la condici¨®n humana.
Las armas y las letras. Literatura y Guerra Civil (1936-1939)
Andr¨¦s Trapiello
Destino. Barcelona, 2010
640 p¨¢ginas. 38 euros
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