No sin los afganos
Afganist¨¢n es uno de los lugares m¨¢s pobres del planeta y la inestabilidad y la inseguridad que vive el pa¨ªs incrementan la miseria. Adem¨¢s, la violencia est¨¢ echando r¨¢pidamente por tierra los logros de los ¨²ltimos nueve a?os. Con este panorama, creemos que los enviados especiales y embajadores en Afganist¨¢n que se re¨²nen en Madrid el 7 y 8 de junio para tratar la reintegraci¨®n y la reconciliaci¨®n en este pa¨ªs, tienen una oportunidad ¨²nica para ayudar al pueblo afgano.
Tras un conflicto, los programas de reinserci¨®n de ex combatientes pueden tener resultados positivos desde el punto de vista pol¨ªtico, social y econ¨®mico. Pero la gran mayor¨ªa de los procesos de reinserci¨®n que han tenido ¨¦xito se han llevado a cabo despu¨¦s de que se hayan iniciado conversaciones de paz o las partes del conflicto hayan depuesto las armas. No hay procesos tales en Afganist¨¢n. Por el contrario, las fuerzas militares han iniciado operaciones en Kandahar y los talibanes han anunciado recientemente una campa?a de ataques al Gobierno y a las fuerzas internacionales y sus representantes.
En este contexto, los programas de reinserci¨®n, que ofrecen ayuda e incentivos a las comunidades m¨¢s desfavorecidas y desesperadas, pueden poner en riesgo a las mismas. Los insurgentes engloban entre sus objetivos a cualquiera que tenga relaci¨®n con el Gobierno o con los militares y exigen venganza mortal contra quienes se encuentren "al otro lado". Entonces, ?qu¨¦ va a pasar con los afganos que se "reintegren"?
Los afganos est¨¢n desesperados por la falta de seguridad, pero solo una reconciliaci¨®n verdadera les permitir¨¢ romper con el pasado y empezar a construir el futuro. Abordar las consecuencias del conflicto a nivel local es fundamental.
Es por esto que instamos a los enviados especiales y embajadores que se re¨²nen en Madrid a que trabajen con el Gobierno de Afganist¨¢n y el pueblo afgano para redefinir las nuevas propuestas de planes de reinserci¨®n y que estos permitan a los afganos enfrentar los abusos del pasado y continuar adelante. Cualquier plan para la reconciliaci¨®n debe tambi¨¦n asegurar que los derechos de los afganos no son sacrificados.
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