Ombligo
Es digno de celebrarse lo que ha cambiado este pa¨ªs. Cuando ¨¦ramos ni?os las manifestaciones institucionales consist¨ªan en ir a la plaza de Oriente para jalear a Franco y respaldar sus sentencias de muerte. Hoy, en cambio, nuestros ni?os acuden en familia al exitoso Rock in Rio del fin de semana en Arganda. El apoyo institucional dota a los conciertos de un aire oficial, casi como un desfile, donde el p¨²blico saluda a c¨¢mara todo el rato y solo falta que suene el himno nacional al comenzar. Adem¨¢s, la televisi¨®n p¨²blica no solo le regal¨® el segundo canal a la retransmisi¨®n, sino que en el telediario del mediod¨ªa del domingo, emparedado entre las carreras de motos y el triunfo de Nadal en Roland Garros, que con la reducida duraci¨®n dio para cuatro noticias, se pudo ver uno de los m¨¢s largos v¨ªdeos informativos que se recuerdan. Esos totales siempre tan medidos, mostraron un fragmento de la actuaci¨®n de Shakira tan enorme que daba la impresi¨®n de que el tipo de la m¨¢quina se hab¨ªa quedado hipnotizado con el ombligo de la hermosa cantante. Cuando la imagen regres¨® a David Cantero en el plat¨® del noticiario, tras una eternidad, el presentador ten¨ªa el gesto arrobado, como si tanta fea noticia diaria careciera de sentido frente al cuento de Sherezade.
Y es que las grandes actuaciones del festival, programadas para un p¨²blico infantil, tuvieron una carga er¨®tica coherente con la celebraci¨®n del Corpus. O del cuerpazo. Ya en el vestuario elegido para ese noble oficio del contoneo, Rihanna, Miley Cyrus y Shakira, dejaron claro por d¨®nde va el futuro. Me record¨® un poco a la pel¨ªcula Peque?a Miss Sunshine, donde una ni?a participa en un concurso de belleza infantil y aleccionada por su abuelo monta una coreograf¨ªa de barra de striptease. No s¨¦ si las ni?as actuales van a salir todas bailarinas del vientre con tendencia al lap dancing o danza en el regazo del cliente, pero est¨¢ claro que institucionalmente esas especialidades est¨¢n m¨¢s valoradas que otras expresiones funcionariales, como profesor de instituto o bibliotecario. En Ombligolandia, siguiente parada tras Disneylandia, los ¨²nicos recortes son de vestuario. A lo mejor mirarnos el ombligo no va a ser el problema, sino la soluci¨®n.
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