Israel y la lengua sedativa
Cuando el Gobierno israel¨ª califica sus agresiones de actos de leg¨ªtima defensa, convierte a sus v¨ªctimas en culpables y presenta la barbarie como defensa de la civilizaci¨®n; no solo hace propaganda, tambi¨¦n se lo cree
Gaza, seg¨²n el Gobierno israel¨ª, no es un territorio ocupado, sino una zona desconectada y convertida en base terrorista de Ham¨¢s. Por su parte, los bloques de hormig¨®n plantados por el Gobierno israel¨ª en Cisjordania no forman un muro como el de Berl¨ªn, por m¨¢s que se le parezca en forma y extensi¨®n, sino una simple valla o, a lo sumo, una barrera contra ataques suicidas. Y en cuanto a los millones de palestinos que padecen esta situaci¨®n, nada que ver con refugiados; seg¨²n el Gobierno israel¨ª, son ¨¢rabes obstinados en dilapidar sus vidas y las de sus hijos y nietos hacin¨¢ndose voluntariamente en campos para desprestigiar a la ¨²nica democracia de Oriente Pr¨®ximo. Ni siquiera cuando aparecen despedazados despu¨¦s de un raid a¨¦reo como los llevados a cabo durante la Operaci¨®n Plomo Fundido son lo que parecen, v¨ªctimas civiles de uno de los m¨¢s poderosos ej¨¦rcitos del mundo. Seg¨²n el Gobierno israel¨ª, representan escenas de propaganda en las que el hecho de que los muertos est¨¦n bien muertos, y hayan sido liquidados por sus armas, es un insignificante detalle de atrezo que no vale la pena molestarse en explicar.
Tel Aviv condena a la miseria y la desesperaci¨®n al mill¨®n y medio de personas de Gaza
El muro, la forma m¨¢s extrema de segregaci¨®n, hace de Cisjordania un gueto o un bantust¨¢n
Contemplada la realidad desde la segunda piel de esta lengua sedativa, nada puede sorprender que el Gobierno israel¨ª muestre un tirachinas y unas confusas im¨¢genes como prueba incontestable de que sus tropas fueron agredidas por los pasajeros del buque turco Mavi M¨¢rmara que ellas hab¨ªan asaltado previamente en alta mar, ni que el balance de muertos y heridos entre los voluntarios que llevaban ayuda a Gaza le parezca proporcionado a la magnitud de la resistencia que, seg¨²n su versi¨®n, enfrentaron los soldados de ¨¦lite. La l¨®gica aplicada por el Gobierno israel¨ª para explicar este ataque no es distinta de la que utiliza cada vez que perpetra una matanza de palestinos en los territorios que ocupa ilegalmente desde 1967, y que intenta anexionar mediante asentamientos y particiones unilaterales, adem¨¢s de un acoso humillante e inhumano a la poblaci¨®n en las decenas de controles del Ej¨¦rcito. Se trata de desacreditar a las v¨ªctimas como culpables de alg¨²n prop¨®sito oculto e, incluso, como potenciales verdugos, a los que, por fortuna, y pese a la incomprensi¨®n del mundo, regularmente aquejado de ataques de hipocres¨ªa, el Gobierno israel¨ª impide llevar a cabo sus siniestros designios.
El problema de la flota encabezada por el buque turco Mavi M¨¢rmara no radicar¨ªa as¨ª, seg¨²n el Gobierno israel¨ª, en que transportase ayuda humanitaria a la poblaci¨®n de Gaza, sino en que, una vez roto el bloqueo, la v¨ªa podr¨ªa ser utilizada para introducir armas destinadas a Ham¨¢s. Para el Gobierno israel¨ª, esta especulaci¨®n constituye una legitimaci¨®n suficiente para arrogarse el inmediato derecho de asaltar barcos en aguas internacionales, disparar fuego real contra sus pasajeros, apresar a los que sobreviven y, adem¨¢s, amparar esta cadena de atropellos e ilegalidades bajo la r¨²brica de la leg¨ªtima defensa. Y si, a pesar de todo, alguien insiste en pedir una investigaci¨®n imparcial sobre el suceso, entonces el Gobierno israel¨ª echa mano de un ins¨®lito recurso: ?y por qu¨¦ se fijan ustedes en los nueve muertos turcos y no en las v¨ªctimas de los atentados en India o, incluso, en las de los accidentes de tr¨¢fico de su propio pa¨ªs? Si en un mundo plagado de atrocidades se presta atenci¨®n a las que comete el Gobierno israel¨ª, se?alan sus portavoces, la raz¨®n no puede ser otra que la pervivencia de un sentimiento antisemita, aunque disfrazado de antisionismo.
Hasta el asalto del buque turco Mavi M¨¢rmara era posible imaginar que el empleo de esta lengua sedativa era una consigna propagand¨ªstica del Gobierno israel¨ª, que ser¨ªa consciente, no obstante, de los actos il¨ªcitos en los que incurr¨ªa y de los riesgos que asum¨ªa al ponerla en circulaci¨®n. Ahora queda claro, por el contrario, que el Gobierno israel¨ª parece ser el ¨²nico en el mundo que le da cr¨¦dito, al coste de ignorar la naturaleza de las pol¨ªticas que est¨¢ llevando a cabo. Someter Gaza a un f¨¦rreo bloqueo despu¨¦s de haberla bombardeado con sa?a durante un mes nada dice de si se trata de un territorio ocupado o de una zona desconectada y convertida en base terrorista de Ham¨¢s; lo que s¨ª dice, en cambio, es que el Gobierno israel¨ª considera el castigo colectivo como parte de su estrategia, desentendi¨¦ndose de cualquier l¨ªmite ¨¦tico y moral a la hora de condenar a mill¨®n y medio de seres humanos a la desesperaci¨®n y a la miseria. De igual manera, colocar unos junto a otros bloques de hormig¨®n de ocho metros de altura intern¨¢ndose en la frontera cisjordana no exige discutir si se trata de un muro o de una valla o una barrera contra ataques suicidas; lo que exige es se?alar que el Gobierno israel¨ª ha optado por la forma m¨¢s extrema de la segregaci¨®n, apropi¨¢ndose de territorios que no le pertenecen y convirtiendo el resto en un inmenso gueto o en un nuevo bantust¨¢n. Y en cuanto a los muertos palestinos de los que dan cuenta regularmente peri¨®dicos y televisiones, no se trata de saber qu¨¦ escena de propaganda representan, sino qui¨¦n, c¨®mo y por qu¨¦ los han matado, depurando a continuaci¨®n las responsabilidades criminales a las que hubiera lugar.
Gracias a la lengua sedativa que promueve el Gobierno israel¨ª, y a la que, a fin de cuentas, solo ¨¦l parece haber sucumbido, pol¨ªticas que hab¨ªan sido censuradas como arsenal de la barbarie son de nuevo presentadas como corajuda defensa de la civilizaci¨®n, ante la que solo retroceden los pusil¨¢nimes dispuestos a hacerle el juego a los terroristas. No se trata solo de que, en virtud de la lengua sedativa, la realidad de Oriente Pr¨®ximo se describa en blanco y negro, a?adiendo a continuaci¨®n el imperioso corolario del conmigo o contra m¨ª; se trata, adem¨¢s, y sobre todo, de que invocar la defensa de la civilizaci¨®n recurriendo al arsenal de pol¨ªticas de la barbarie convierte inevitablemente en b¨¢rbaros a quienes las aplican. En contra de lo que proclama el Gobierno israel¨ª, condenar sus acciones en los territorios ocupados, o su asalto al buque turco Mavi M¨¢rmara, no es hacerle el juego a los terroristas ni tampoco sucumbir a un ataque de hipocres¨ªa; aparte de razones ¨¦ticas y morales, es no entregar la causa de la civilizaci¨®n a grupos como Ham¨¢s o Gobiernos como el de Ir¨¢n, que no act¨²an contra Israel de manera distinta a como lo hace el Gobierno israel¨ª contra los palestinos. La comunidad internacional, que hoy tiene menos razones que ayer para dejarse arrullar por la lengua sedativa, no puede permanecer impasible ante el hecho de que estos sean v¨ªctimas del proyecto totalitario de Ham¨¢s, apoyado por una dictadura como la de los ayatol¨¢s, y a la vez de unas pol¨ªticas como las que aplica el Gobierno israel¨ª.
En respuesta a la reacci¨®n internacional por el asalto al Mavi M¨¢rmara, el Gobierno israel¨ª ha afirmado que no levantar¨¢ el bloqueo sobre Gaza. A los grav¨ªsimos errores a los que le ha conducido adormecerse con su propia lengua sedativa, habr¨¢ que sumar este nuevo. Porque no es que el Gobierno israel¨ª no quiera levantar el bloqueo sobre Gaza, seg¨²n ha declarado con un categ¨®rico gesto de desaf¨ªo al mundo; es que, en realidad, no puede hacerlo sin asumir, al mismo tiempo, que Ham¨¢s le habr¨¢ infligido una sever¨ªsima derrota, la m¨¢s severa desde el inicio de la ocupaci¨®n en 1967. Para alcanzarla, Ham¨¢s no ha necesitado utilizar inteligencia estrat¨¦gica alguna, sino mostrar la misma insensibilidad ¨¦tica y moral que el Gobierno israel¨ª ante el sufrimiento indecible de los palestinos, ofreci¨¦ndolos como carnaza a un enemigo que, por invocar la defensa de la civilizaci¨®n, se ha cre¨ªdo autorizado a utilizar el arsenal pol¨ªtico de la barbarie. El Gobierno israel¨ª, por su parte, se ha colocado por su propio pie en una tesitura en la que siempre resultar¨¢ perdedor. Si levanta el bloqueo, porque Ham¨¢s le habr¨¢ ganado una partida anegada en sangre. Y si no lo levanta, porque estar¨¢ condenado a persistir en una atrocidad que lo descalifica ante el resto del mundo. Por m¨¢s que siga declamando frases en la lengua sedativa a la que ha sucumbido, exactamente como hacen los extravagantes solitarios de las grandes urbes mientras se adentran en un callej¨®n cada vez m¨¢s oscuro.
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