El pudor ya no es lo que era
La desnudez gana terreno en la moda y se instala en la calle - Cala la idea de que nadie puede limitar la autonom¨ªa personal
"Respete las costumbres del turista y exija de ellos lo mismo para con usted. El buen sentido del hombre no cambia con el lugar". En estos t¨¦rminos ped¨ªa una campa?a televisiva de los a?os sesenta amabilidad con el extranjero. Hoy algunos visitantes se empe?an en pasearse por zonas urbanas ense?ando mucha piel, como si aquello fuera la playa. Ellos, a pecho descubierto, y ellas, con min¨²sculos biquinis. Un fen¨®meno creciente en Barcelona que molesta a comerciantes y autoridades. Como incomod¨® a los suizos el a?o pasado la sorprendente moda de subir a los Alpes desnudo. Los m¨¢s osados (o insensatos) tambi¨¦n lo hac¨ªan en invierno. ?C¨®mo evoluciona el pudor? ?C¨®mo se convierte en aceptable una conducta social que era inaceptable?
Barcelona evita regular y aconseja a los turistas "vestir adecuadamente"
"Es cuesti¨®n de higiene y educaci¨®n", recalca una hotelera
"Jam¨¢s ir¨ªa a un restaurante sin camiseta", dice un ingl¨¦s descamisado
El delito de esc¨¢ndalo p¨²blico fue derogado en 1988
"Hace unos a?os hubiera sido impensable que los alumnos vinieran a la universidad en chancletas, con pantal¨®n corto y camiseta". Gerardo Mail, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, explica que, como los ni?os ante sus padres, en el plano social los individuos van probando y probando hasta que topan con un l¨ªmite. "Desde finales de los setenta el control social, que conforma lo aceptable o inaceptable, se ha flexibilizado, hay una mayor autonom¨ªa (del griego, yo me pongo mis normas) y tolerancia con otros estilos de vida. Y a partir de ah¨ª nace la norma social donde los dem¨¢s no tienen derecho a limitar mi autonom¨ªa".
El tiempo no acompa?a. Las nubes van y vienen y una chaquetita se agradece para pasear por Lloret de Mar (40.000 habitantes), en Girona. Aun as¨ª Darryl Stretton, de 25 a?os, luce su torso desnudo. "Hace calor, si se compara con Inglaterra". Lleva tres d¨ªas en Lloret, junto a una veintena de ingleses de Leicestershire, celebrando la despedida de soltero de una pareja del grupo. Siete de ellos presumen de pelo en pecho en el chiringuito de playa. "No creo que sea nada malo ir sin camiseta en las zonas cercanas a la playa. Eso s¨ª, jam¨¢s ir¨ªa a un restaurante a comer sin camiseta", asegura Stretton. ?Se quitar¨ªa tambi¨¦n la prenda de arriba en Inglaterra? "Por supuesto, pero para eso har¨ªa falta que el tiempo acompa?ase".
Lloret se prepara para la temporada de verano. En breve, se llenar¨¢ de turistas como Stretton y su troupe, que buscan calor y mar (la poblaci¨®n se duplica en verano). "Al final ni te das cuenta de que van sin camiseta", indica Pilar Ferrer, de 48 a?os, que regenta una tienda de golosinas junto al paseo mar¨ªtimo.
Los Ferrer est¨¢n muy relacionados con el turismo. Su padre, Josep, de 81 a?os, pose¨ªa un hotel en la ciudad hace m¨¢s de 35 a?os, el Mont Jordi. ?l vio llegar al primer turista. "Primero nos sorprendieron con el biquini, despu¨¦s con el top less, y, en dos d¨ªas, nos hab¨ªan acostumbrado a todo", recuerda. Ferrer padre vive sin drama este segundo destape. "No nos imagin¨¢bamos entonces que fuese a pasar, pero ya nos hemos habituado. Qui¨¦n sabe, quiz¨¢ en un tiempo todo vuelva a ser como antes", augura.
Un pasado que Anna Tor¨¤, de 37 a?os, recuerda con cierta nostalgia. "Los alemanes se pon¨ªan de punta en blanco para ir a cenar", cuenta desde la recepci¨®n del hotel Excelsior que dirige. "Pero de eso hace ya m¨¢s de 20 a?os", a?ade. En el Excelsior son taxativos: no se puede entrar sin camiseta ni descalzo. "Es una cuesti¨®n de higiene y de educaci¨®n. Aunque somos un hotel de playa, hacen falta unas normas", insiste Tor¨¤.
Joan D¨ªaz, de 29 a?os y due?o de un chiringuito de playa, opina: "Que aqu¨ª vayan sin camiseta es normal. Lo que ya no lo es tanto es que lo hagan en Las Ramblas [de Barcelona]".
Lo mismo opinan all¨ª. Y as¨ª se lo hacen saber a los for¨¢neos: "Respeten las normas de convivencia de la ciudad, as¨ª como el patrimonio p¨²blico y privado. Asimismo se recomienda vestir adecuadamente no solo en la visita a los lugares de inter¨¦s tur¨ªstico sino tambi¨¦n en los espacios p¨²blicos". Es la recomendaci¨®n que este a?o se ha insertado en los 500.000 planos tur¨ªsticos de Barcelona, editados para evitar la creciente tendencia a pasear por cualquier calle en traje de ba?o o biquini.
En una ciudad con m¨¢s de cinco kil¨®metros de playa es habitual pasear con poca ropa en los paseos mar¨ªtimos. El a?o pasado, esa estampa se extendi¨® por buena parte del centro de la ciudad. Rambla arriba, paseo de Gr¨¤cia, parque G¨¹ell, Sagrada Familia... se empezaron a poblar de turistas con torsos relucientes al sol. Un espect¨¢culo que molesta a casi todos: residentes, establecimientos de hosteler¨ªa y restaurantes. Y que no es positiva para la proyecci¨®n de la ciudad en el exterior. Barcelona no tiene normativas que regulen la vestimenta.
C¨®mo ir vestido se considera algo que ata?e estrictamente al ¨¢mbito de la libertad individual. La que reclamaron, por cierto, varios grupos nudistas en Barcelona hace seis a?os. La Concejal¨ªa de Derechos Civiles del Ayuntamiento barcelon¨¦s se hizo eco de esa reivindicaci¨®n y edit¨® un tr¨ªptico que levant¨® un considerable revuelo. Fue interpretado en el sentido de que el Consistorio invitaba a los ciudadanos a caminar como llegaron al mundo. Pero la ordenanza del civismo de la capital catalana, aprobada en 2005, no lleg¨® a regular nada de eso porque, entre otras cuestiones, la ciudad tiene dos playas nudistas.
Ni entonces ni ahora se opta por una pol¨ªtica de sanciones o multa. El Ayuntamiento apuesta por pactos con hoteleros, restauradores y, en general, todo el comercio. "Es un trabajo colectivo, todos tenemos que explicar al visitante que la playa se acaba donde se acaba y que a partir de ah¨ª hay que vestirse", apuntan fuentes del Consistorio. El soci¨®logo Mail recuerda, sin embargo, que la moda de "tener un aspecto playero en la ciudad no ha generado rechazo".
Por si acaso, en Barcelona se colocar¨¢n pictogramas recordatorios en museos, otros centros culturales, la red de transporte p¨²blico y en todos los comercios que lo deseen. Desde el sector tur¨ªstico se apunta que el problema del traje de ba?o por la calle se acent¨²a con el turista que pernocta en la costa y va a Barcelona a pasar el d¨ªa: "Parece que salgan de excursi¨®n a la playa, no a un casco urbano".
El antrop¨®logo del CSIC Manuel Mandianes explica que "el pudor nace de conceptos morales que influyen en la conducta humana". Sus l¨ªmites cambian con el tiempo, en diferentes culturas, incluso en diferentes barrios de una ciudad. "Hace a?os la moral p¨²blica dec¨ªa que era pecado que la mujer mostrara partes pudendas y que el hombre aprovechara para verlas. El hombre no mostraba el torso; ni la mujer, la pantorrilla".
Este experto a?ade que ahora se habla en p¨²blico de las relaciones sexuales -algunos incluso las detallan en televisi¨®n- y con ello se ha normalizado el mostrar partes del cuerpo que antes no se exhib¨ªan. Pero el pudor tambi¨¦n var¨ªa. "Puedo tener pudor de contar en un bar lo que s¨ª cuento en una cena en mi casa", detalla Mandianes, que pone un ejemplo m¨¢s: "Las inmigrantes latinoamericanas muestran con orgullo sus michelines con ropa ajustada, cosa que, por pudor, las espa?olas no hacen".
En M¨¢laga capital, la afici¨®n a circular sin camiseta se da durante la feria de agosto entre j¨®venes locales, calificados despectivamente como merdellones (un hortera en malague?o). La intervenci¨®n municipal se limita a prohibir mediante un bando que los caballistas se paseen sobre sus animales por el recinto ferial descamisados.
En Marbella, el Ayuntamiento ha incluido en los pliegos de condiciones para la contrataci¨®n de las barras de feria la siguiente cl¨¢usula: "No se servir¨¢n bebidas a los descamisados".
La desnudez gana protagonismo en la moda: camisas transparentes con sujetadores de colores, calzoncillos y tangas estrat¨¦gicamente a la vista... ?Durar¨¢? Alicia Kaufmann cree que no. Esta catedr¨¢tica de Sociolog¨ªa de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares sostiene que "nada viene para quedarse". "Han cambiado los valores, todo se convierte en ef¨ªmero. Y en lo corporal, que antes era muy privado, ahora vale todo. As¨ª ha surgido con gran virulencia una industria: la cirug¨ªa est¨¦tica, retocarse todo". Kaufmann recalca que el cuerpo se ha convertido "en un objeto m¨¢s de consumo", con un agravante: "La mayor¨ªa de las veces responde a necesidades creadas por el sistema".
Transcurrieron muchos a?os tras la muerte del dictador Franco hasta que, en 1988, fue derogado el delito de esc¨¢ndalo p¨²blico: "El que de cualquier modo ofendiere el pudor o las buenas costumbres con hechos de grave esc¨¢ndalo o trascendencia". El abogado Manuel Cobo del Rosal se quejaba, un a?o antes, en 1987, en un art¨ªculo en este diario de que el delito siguiera vigente a aquellas alturas: "El lamentable suceso acaecido en una localidad extreme?a, protagonizado por una joven pareja de novios, nos sit¨²a ante el enorme, y cada d¨ªa m¨¢s acusado, desfase existente entre realidad social y realidad jur¨ªdico-positiva, al menos en lo que al derecho penal se refiere".
Los Ayuntamientos no son partidarios de regular la vestimenta pero s¨ª, por ejemplo, el nudismo. El de C¨¢diz incluy¨® en las ordenanzas de playa, por primera vez el a?o pasado, sanciones hasta de 300 euros para quienes hicieran nudismo en el litoral de la ciudad. Las asociaciones naturistas arremetieron contra el Consistorio por castigar una costumbre minoritaria que nunca hab¨ªa causado revuelo. Nadie fue multado, pero algunos ba?istas fueron advertidos. Ahora se acaba de delimitar para el nudismo una parte de la playa de Cortadura, que queda a las afueras de la ciudad, entre una carretera y unas instalaciones militares.
El irrepetible alcalde de Madrid Enrique Tierno Galv¨¢n escribi¨® en un bando, a principios del verano de 1984, que "las buenas costumbres piden comedimiento y mesura en cuanto al destaparse toca [...] sin caer en impropias mojigater¨ªas, exageraciones ni afectaci¨®n de virtud".
Con informaci¨®n de Rebeca Carranco, Blanca C¨ªa, Fernando J. P¨¦rez y Pedro Espinosa
El fiscal, la sueca y el marido
El turismo extranjero, sobre todo ellas, las turistas, fue esencial para que en los a?os sesenta las autoridades franquistas relajaran la aplicaci¨®n de las normas que persegu¨ªan el denominado delito de esc¨¢ndalo p¨²blico o las llamadas faltas a la decencia, explica el magistrado de la Sala de lo Penal del Supremo Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Pall¨ªn. Recuerda un caso que le toc¨® hacia 1966, cuando acababa de llegar como fiscal a Tenerife. "Era una sueca que hab¨ªa ligado con un canario. Estaban en efusiones explosivas, aunque sin llegar al coito, en una especie de ermita". Entr¨® un grupo de visitantes. Les denunci¨® por esc¨¢ndalo p¨²blico. "Lleg¨® el juicio y pens¨¦ que la sueca no vendr¨ªa, pero compareci¨®. En primera fila, el c¨®nsul sueco, que era amigo m¨ªo, y a su lado un se?or inequ¨ªvocamente sueco". Hubo condena, "creo que arresto mayor de uno a seis meses". Al concluir el juicio, el c¨®nsul le present¨® a su acompa?ante. "Era el marido de la sueca, que me dijo: 'Qu¨¦ salvajes son ustedes por tratar a mi mujer como a una delincuente. Ella estaba de vacaciones y es libre de hacer lo que quiera". El hoy magistrado estaba at¨®nito. "Aquello rompi¨® bastantes de mis esquemas de entonces".
El adulterio, como explica el soci¨®logo Gerardo Mail, fue despenalizado pero sigue siendo socialmente condenado.
Clemente Auger, ex presidente de la Audiencia Nacional y ex magistrado de la Sala de lo Civil del Supremo, asegura que por sus juzgados no pas¨® ning¨²n delito de esc¨¢ndalo p¨²blico. Cree que aquello era mucho ruido y pocas nueces. "En Espa?a la represi¨®n era pol¨ªtica", pero a?ade: "Seguro que hab¨ªa alguna excepci¨®n".
Mart¨ªn Pall¨ªn recuerda otro caso. Unas francesas que hac¨ªan un curso, en los sesenta, en la reabierta Universidad Men¨¦ndez Pelayo fueron detenidas por lucir biquini. Intervino el c¨®nsul, se mont¨® cierto esc¨¢ndalo y las soltaron. "Creo que incluso le abrieron expediente al guardia civil" que las arrest¨®.
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