Francia cuestiona a Gourcuff

Guapo, elegante, casi perfecto t¨¦cnicamente, Yoann Gourcuff, a punto de cumplir 24 a?os, ser¨ªa el yerno ideal si no fuera porque no acaba de dar un paso al frente en la selecci¨®n francesa. Lo tiene todo para triunfar, incluso el goloso puesto de media punta en Francia, por detr¨¢s de los tres delanteros previstos por el seleccionador, Raymond Domenech, que ha querido darle un aire m¨¢s atrevido a les bleus con un 4-3-3 donde los tres puntas -Govou, Anelka y Rib¨¦ry- debutan ma?ana ante Uruguay, a las 20.30 en Ciudad del Cabo. Pero se atasca Gourcuff, solo ha marcado un gol en 17 partidos como internacional y hasta Rib¨¦ry le arrebata su mejor arma: el lanzamiento de faltas, en las que es un especialista en su equipo, el Girondins de Burdeos.

Henry, campe¨®n en 1998 y segundo en 2006, no quiere decir adi¨®s en el banquillo

De modo que algunos compa?eros ya piden la cabeza en la alineaci¨®n de Gourcuff, seg¨²n publica L'Equipe, hartos a su vez de ciertos supuestos privilegios del mediapunta del Burdeos. Privilegios que, sin un gran rendimiento, tienen como resultado la guillotina. Ya han propuesto su sustituto, Diaby, del Arsenal, mediocampista mucho m¨¢s f¨ªsico, mucho menos creativo. Propuesta apoyada por el ex internacional Christian Karembeu, puesto que se ha abierto un debate inacabable en Francia sobre una alineaci¨®n en la que casi nadie cree despu¨¦s de la derrota ante China en el ¨²ltimo encuentro amistoso de preparaci¨®n (0-1).

Thierry Henry, 33 a?os en agosto, aprovecha el desconcierto y la experiencia de sus tres Mundiales anteriores para activar sus resortes y solicitar un puesto en el once. No directamente sino a trav¨¦s de otros jugadores que lo reclaman en la punta de ataque, abriendo a la derecha a Anelka, habituado a esa posici¨®n ya en el Fenerbah?e y en el Chelsea, y sacrificando al muy criticado Sidney Govou. A un competidor como ¨¦l, m¨¢ximo goleador de la historia de Francia con 51 goles en sus 121 internacionalidades, le escuece estar en la grada. Por mucho que Raymond Domenech ya se lo advirtiera antes del desplazamiento a Sud¨¢frica. Por mucho que en los ¨²ltimos meses en el Barcelona viera pasar por encima un avi¨®n llamado Pedrito. Pero ¨¦l sabe, siente, que es una instituci¨®n en la selecci¨®n francesa, campe¨®n ya en el Mundial del 98, subcampe¨®n en el de 2006, y no quiere despedirse en su ¨²ltima Copa del Mundo siendo carne de banquillo.

A pesar de que sus antiguos compa?eros de viaje fueron march¨¢ndose poco a poco. Ya no est¨¢n Zidane, Makelele, Thuram, Trezeguet ni Vieira, vencidos solamente por Italia tras el cabezazo de Zizou a Materazzi en la final de hace cuatro a?os en Berl¨ªn, pero la selecci¨®n francesa de Domenech sigue siendo un reino de taifas en el que cada cual tiene su favorito.

Y el de Rib¨¦ry no es ni Anelka ni Henry en el puesto de nueve, sino Gignac, el potente goleador del Toulouse. Rib¨¦ry est¨¢ ante una oportunidad de redimirse tras su decepcionante temporada en el Bayern de M¨²nich, que lo premi¨® curiosamente con la ampliaci¨®n de su contrato hasta 2015.