Del respeto y de la dignidad de las personas
Muchas veces ha repetido Fernando de los R¨ªos, al contemplar los avatares de nuestra historia, que en Espa?a en muchas ocasiones, a lo largo del tiempo, ha faltado respeto. Es una constataci¨®n juiciosa y acertada que expresa un talante de nuestra condici¨®n que solo puede ser valorado negativamente.
Parece que el siniestro esp¨ªritu hobbesiano de que "el hombre es un lobo para el hombre" ha vencido y ha prosperado frente al "homo homini sacra res", el hombre es cosa sagrada para el hombre, de S¨¦neca y de sus continuadores.
Para nuestra convivencia en la modernidad ha sido una pesada losa que se ha utilizado con frecuencia para deteriorar, ensuciar y hundir, si era posible, a muchas personas relevantes a las que malas gentes aplicaban la dial¨¦ctica del odio y del enemigo sustancial, aquel para el que no hay conciliaci¨®n posible y que debe siempre ser exterminado. Ese fue un comportamiento que elud¨ªa el juego limpio, propio de la cultura democr¨¢tica, y que cultivaba la destrucci¨®n de la dignidad aut¨®noma desde la falta de respeto.
Es evidente que la conspiraci¨®n contra Bono se puede atribuir a Cospedal
Un cierto sector de la derecha espa?ola ha practicado asiduamente esas conductas, que tampoco han estado ausentes de determinados conflictos que han existido en otros sectores, tambi¨¦n de la izquierda y lo que m¨¢s duele, en el propio seno del socialismo democr¨¢tico.
En este ¨²ltimo caso no se pueden olvidar los enfrentamientos en el PSOE durante la Rep¨²blica y la Guerra Civil, y m¨¢s recientemente los que afectaron injustamente a varios dirigentes despu¨¦s de la Transici¨®n y, especialmente, desde 1982 con ataques internos y externos.
Estas formas de actuar tienen gran tradici¨®n en nuestra derecha, que a¨²n no se ha desembarazado de pr¨¢cticas franquistas, que pretend¨ªan acabar con las ideas de los perdedores de la Guerra Civil, acabando directamente con sus vidas. Asistimos en su momento a campa?as infames contra Alfonso Guerra, contra Felipe Gonz¨¢lez y contra Jos¨¦ Borrell.
Tambi¨¦n yo sufr¨ª en propia carne ataques como Alto Comisionado de Apoyo a las V¨ªctimas del Terrorismo, en embestidas masivas de dirigentes del Partido Popular, que culminaron cuando Rajoy consider¨® que despu¨¦s de la retirada de nuestras tropas de la guerra de Irak, el error m¨¢s grave del Gobierno de Zapatero hab¨ªa sido mi nombramiento.
Parec¨ªa que las v¨ªctimas eran su terreno y que nadie pod¨ªa inmiscuirse en el mismo. Algunos ataques fueron especialmente duros como los de la se?ora S¨¢nchez Camacho y del se?or Cosid¨®. Solo Manuel Fraga y Gabriel Cisneros estuvieron a la altura del respeto debido a mi dignidad personal. Como ya he dicho, lo m¨¢s doloroso fue el silencio de algunos amigos de toda la vida.
Hoy, esas actuaciones reaparecen, con un ataque sin precedentes por su dureza y por su malicia contra el presidente del Congreso, Jos¨¦ Bono.
No puedo permanecer en silencio ante una tropel¨ªa tan injusta y me gustar¨ªa que otros antiguos presidentes del Congreso pertenecientes al Partido Popular, se sumasen al rechazo y a la reprobaci¨®n, como es el caso de Federico Trillo y Luisa Fernanda Rudi. El silencio puede ser tan culpable como la opini¨®n expl¨ªcita.
Es evidente que esa conspiraci¨®n se puede atribuir sin duda alguna a Mar¨ªa Dolores de Cospedal, secretaria general del Partido Popular. Poner recortes de peri¨®dicos, con noticias, seguramente inducidas desde ellos mismos, en manos del fiscal es una forma poco decente y desde luego calumniosa de actuaci¨®n. Es el "calumnia que algo queda". Es una t¨¢ctica cobarde que no tiene el valor de presentar una querella ante el Tribunal Supremo contra la tercera autoridad del pa¨ªs, porque la se?ora abogada del Estado sabe que no existe materia para ello. Quiz¨¢s piensa que esa forma de proceder le puede producir r¨¦ditos beneficiosos en Castilla-La Mancha, lo que supone un agravio a?adido y una falta de respeto a los ciudadanos de esa querida Comunidad Aut¨®noma.
La miseria se acrecienta no solo porque es un ataque sin base contra quien representa, como presidente del Congreso, a la soberan¨ªa que reside en el pueblo espa?ol, sino tambi¨¦n porque es una persona digna a la que se falta gratuitamente al respeto y porque tiene una esposa y unos hijos que me consta est¨¢n sufriendo, sin comprender a qu¨¦ viene esa agresi¨®n infundada.
La pol¨ªtica debe tener grandeza y sentido del inter¨¦s general y no se dignifica con estos excesos y estas desmesuras. La se?ora Mar¨ªa Dolores de Cospedal no merece respeto cuando act¨²a faltando a otros al respeto. Hace un flaco favor a una tarea que debe ser ejemplar y al servicio de los ciudadanos, la pol¨ªtica, y que se sit¨²a en la peor faz de una derecha faltona y calumniadora que este pa¨ªs no merece, y que ha situado gratuitamente en la diana de sus ataques sin fundamento al presidente del Congreso, que es al tiempo una persona que merece respeto, don Jos¨¦ Bono.
Gregorio Peces-Barba Mart¨ªnez es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid.
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