"Las revisiones a partir de los 50 a?os predicen el c¨¢ncer de pr¨®stata"
El doctor Humberto Villavicencio realiz¨® la primera intervenci¨®n con cirug¨ªa rob¨®tica para tratar un tumor urol¨®gico en Espa?a. Fue el 5 de julio de 2005. Hab¨ªa practicado operando cad¨¢veres durante dos d¨ªas en la Sorbona de Par¨ªs. La nueva t¨¦cnica, desarrollada en EE UU a partir de tecnolog¨ªa de la NASA y del Pent¨¢gono, evitaba el gran esfuerzo f¨ªsico y ps¨ªquico que requieren las laparoscopias, una t¨¦cnica que usa instrumental muy r¨ªgido, de visi¨®n bidimensional y el m¨¦dico debe mirar a una pantalla y no sus manos, como en otras cirug¨ªas. En Europa a¨²n conviven ambas t¨¦cnicas -en Espa?a existen 20 robots Da Vinci de ese tipo, de ellos cinco en Euskadi-, mientras que en EE UU ya se han desterrado las laparoscopias. La urolog¨ªa fue la primera especialidad en incorporar robots a los quir¨®fanos.
"La eyaculaci¨®n precoz y la impotencia tienen soluci¨®n al 100%"
Villavicencio abri¨® ayer el 75? Congreso Nacional de Urolog¨ªa, que se celebra hasta el lunes en el Palacio Euskalduna de Bilbao, centrado en la conveniencia de hacer pruebas masivas -screening- a los hombres mayores de 50 a?os, igual que se hace con las mamograf¨ªas a las mujeres, para detectar el c¨¢ncer de pr¨®stata. Cada a?o mueren 6.000 hombres por esta enfermedad en Espa?a, unos 300 en el Pa¨ªs Vasco. Es el tercer c¨¢ncer m¨¢s frecuente entre los varones, por detr¨¢s del de pulm¨®n y est¨®mago.
Pregunta. ?Cree necesario someter a todos los hombres a pruebas de este tipo?
Respuesta. Hay controversia. No se ve la viabilidad de este proyecto, porque no es un c¨¢ncer agresivo, sino muy lento, y no produce s¨ªntomas. Tampoco todos los pacientes desarrollan la enfermedad. Algunos acaban falleciendo con el tumor y no a causa de ¨¦l. Adem¨¢s, si los captamos muy precozmente no tenemos manera de saber su grado de agresividad. Y cuando lo hace, ya no se puede curar. Sin embargo, un estudio europeo demuestra que evitar¨ªa en un 20% las muertes por c¨¢ncer de pr¨®stata. En Europa recomendamos revisiones a partir de los 50 a?os para prevenir este c¨¢ncer. Ello predice el riesgo actual y futuro de desarrollarlo. Evita el sobretratamiento e indica la necesidad de hacer controles frecuentes o espaciados en el tiempo.
P. ?Hay alguna recomendaci¨®n para evitar los c¨¢nceres urol¨®gicos?
R. Para el de pr¨®stata, nada. S¨®lo las revisiones y la reducci¨®n de ingesta de grasas en algunos casos. En el de vejiga, influyen las profesiones en las que se trabaje con anilina y el tabaco, que lo desencadena en un 70%.
P. ?Qu¨¦ ventajas ofrece la cirug¨ªa con robots frente a la tradicional?
R. Los robots permiten intervenir con mayor precisi¨®n y reducen el sangrado operatorio y el tiempo de hospitalizaci¨®n. Se trabaja en tres dimensiones, por lo que hay una mejor visi¨®n. Adem¨¢s, tienen cuatro brazos que se mueven con unos grados de libertad superiores a los de la mu?eca del cirujano.
P. Se habla mucho de la incontinencia urinaria femenina, pero no tanto de la masculina.
R. Los hombres son reacios a confesar sus peque?as eventualidades. La mujer est¨¢ m¨¢s predispuesta a padecer esta dolencia y a acudir al ginec¨®logo. Hay seis millones de mujeres entre los 20 y los 70 a?os que la padecen. En el hombre llega a dos millones.
P. Un mal frecuente son las piedras en el ri?¨®n. ?Cu¨¢les son los ¨²ltimos avances al respecto?
R. Es un tema preocupante, porque impactan mucho sobre la calidad de vida de los pacientes e implican terapias agresivas. Se ha avanzado mucho en los ¨²ltimos 15 a?os: los instrumentos son m¨¢s finos y las lentes, mucho m¨¢s poderosas. El da?o es menos intenso y se recupera m¨¢s f¨¢cilmente. Antes todo era por cirug¨ªa abierta.
P. ?Cu¨¢ntos mitos giran a¨²n sobre la eyaculaci¨®n precoz?
R. La eyaculaci¨®n precoz y la impotencia son problemas importantes, aunque solucionables al 100%, porque muchas veces los hombres sufren sus complejos en silencio, que es lo peor. El paciente s¨®lo tiene que abrirse con su ur¨®logo, no tomarlo como algo que no tiene soluci¨®n. Es un fisiologismo como cualquier otro. Adem¨¢s, al var¨®n le cuesta todav¨ªa ir al ur¨®logo por aquello del tacto rectal. Le hemos cambiado el nombre: ahora se llama tacto digital. Es lo mismo, pero suena m¨¢s elegante y as¨ª el impacto es menor. De todas formas, ahora los hombres se est¨¢n preocupando m¨¢s por su salud, algo que se refleja tambi¨¦n en su creciente uso de la cirug¨ªa est¨¦tica.
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