Aguascalientes, en el recuerdo

La corrida comenz¨® con mal pie; y con mal piso, porque hab¨ªa llovido durante todo el d¨ªa y, por razones que exceden el sentido com¨²n, comenzaron a quitar los pl¨¢sticos a destiempo, con prisas y a lo loco, lo que supuso que el ruedo quedara listo para peligrosos resbalones. Como si no supieran desde hace tiempo que el festejo comenzaba a las siete de la tarde. Lo pagaron los toros, lo pagaron las cuadrillas y lo pagamos todos los espectadores; y no pas¨® casi nada, que es lo peor. Hubo toros, pocos toreros y muchos recuerdos para el pasado reciente.

Lo que va de ayer a hoy; lo que va desde el anuncio de los carteles a esta ¨²ltima corrida, descabalgada por culpa de la cogida de Aguascalientes, que ech¨® por tierra todas las ilusiones. ?Qu¨¦ triste y larga la cola de aficionados ante las taquillas para devolver sus entradas ante la ca¨ªda de Jos¨¦ Tom¨¢s...! Del revent¨®n previsto a este casi lleno desahogado... De la pasi¨®n imaginada a la soser¨ªa de una tarde herida no se sabe muy bien por qu¨¦: si por la falta de entrega de los toros, serios, con cuajo y sin la codicia necesaria; si por la falta de acomodo de los toreros, incapaces, quiz¨¢, de solventar los problemas; o por la lluvia, que todo lo desluce.

El Juli no removi¨® las entra?as de un ambiente dificultoso para su toreo

Lo cierto es que la sombra de Aguascalientes pes¨® sobre la tarde, que nunca remont¨® el vuelo a pesar de que algunos toros mostraron la nobleza necesaria para el toreo de hoy. A pesar de las figuras del cartel, a pesar de que era la ¨²ltima corrida del largu¨ªsimo ciclo...

Quiz¨¢, a todos nos cogi¨® con el cuerpo roto y el ¨¢nimo desabrido y desangelado; quiz¨¢, pesaron mucho tantas tardes de hast¨ªo vergonzante; quiz¨¢, es que esto no tiene remedio a pesar de esos detalles escasos que quedar¨¢n para siempre en el recuerdo, pero que saben a tan poco.

Lo cierto es que El Juli, por ejemplo, que sustitu¨ªa al a?orado Tom¨¢s, hizo un esfuerzo tit¨¢nico en su primer toro para estar a la altura de las exigentes circunstancias, y no consigui¨® remover las entra?as de un ambiente dificultoso para su toreo. Y lo intent¨® de veras, y puso en juego todo su poder¨ªo, su t¨¦cnica y su ardor. Dio la impresi¨®n de que su pundonor fue extremo para hacer olvidar a?oranzas mexicanas, y a fe que, por momentos, encel¨® y embebi¨® la noble embestida de ese toro, al que oblig¨® a seguir la muleta y ligar algunas tandas con la mano derecha que supieron a torero consumado. La faena baj¨® el diapas¨®n con la muleta en la zurda, y, al final, todo qued¨® un poco embarullado. Destacaron el valor seco, el poder, el asentamiento de El Juli y algunos pasajes de calidad, pero su labor careci¨® del peso necesario -la estocada final cay¨® baja- para que el palco concediera la oreja que pidi¨® una parte importante de la plaza.

Cambiaron las tornas en el quinto. El toro manse¨® en el caballo, derrib¨® con estr¨¦pito, y lleg¨® al tercio final en actitud desafiante y ¨¢spera. Curiosamente, el torero poderoso se torn¨® torpe y con escasas ideas. ?Las vueltas que da una persona en tan poco tiempo...! Y acab¨® con el cuadro a las primeras de cambio. Tras unos pases de tanteo, mont¨® la espada y le recet¨® un bajonazo de aqu¨ª te espero. Ser¨¢ que la lluvia, que volvi¨® en ese momento, no es del agrado del torero.

Ilusion¨®, tambi¨¦n, Talavante en el tercero, otro de los toros, junto al segundo y cuarto, que derroch¨® nobleza. Y tuvo, como es habitual en ¨¦l, cimas y simas. Un comienzo de faena espectacular: tres estatuarios ajustad¨ªsimos, dos recortes, una trincherilla y uno de pecho que ilusionaron con raz¨®n a los tendidos. Tom¨® la izquierda y, ayud¨¢ndose con el estoque -fea costumbre- traz¨® alg¨²n natural estimable. De nuevo, el empaque con la derecha, y esa faena, de m¨¢s a menos, de la que la emoci¨®n se escapaba por momentos. Quedan un par de naturales de frente y una trincherilla; y unas manoletinas finales, pero falt¨® unidad, enjundia, pasi¨®n... En el sexto, con la tarde vencida y sin dejar de llover, con un toro deslucido, cumpli¨® con rapidez un puro tr¨¢mite.

Y queda Manolo S¨¢nchez, que entr¨® en el cartel para aliviar el peso de Jos¨¦ Tom¨¢s, y que ni ¨¦l ni su cuadrilla han justificado su inclusi¨®n. No est¨¢ ya S¨¢nchez para estos compromisos. Su primero fue un toro violento, muy mal lidiado, con el que ni siquiera estuvo aseado, lo que es mala cosa para un torero. Quiso ponerse bonito ante el noble cuarto y nadie se lo tom¨® en serio.

Al final, para desolaci¨®n de todos, Aguascalientes, en el recuerdo...