La alcaldesa Otaola amansa Lizartza
La responsable del ¨²nico Ayuntamiento del PP en Guip¨²zcoa ha mantenido a raya a los violentos - "Me hubiese gustado poder estar m¨¢s con la gente en la calle"
Un concienzudo dispositivo de seguridad espera a Regina Otaola cada vez que llega a Lizartza para ejercer como alcaldesa. A punto de cumplir tres a?os en el cargo, la situaci¨®n se ha sosegado bastante en este municipio guipuzcoano de 641 habitantes, la mayor¨ªa simpatizantes de la ilegalizada Batasuna. "Ahora no me recibe el comit¨¦ de bienvenida para insultarme. Me ve¨ªan como un demonio, pero nos hemos ganado la confianza de algunos vecinos", asegura Otaola. La primera edil del ¨²nico Ayuntamiento que el PP gobierna en Guip¨²zcoa recalca que en todo este tiempo no ha hecho otra cosa que "servir al ciudadano" y "aplicar la ley para ganar en libertad". Eso s¨ª, lamenta por encima de todo no haber podido "estar m¨¢s cerca de la gente". EL PA?S la acompa?¨® anteayer en una jornada de trabajo como alcaldesa.
"Aqu¨ª nadie me va a dar trabajo. As¨ª que me ir¨¦ al paro y lo buscar¨¦ fuera"
"Si esto ha servido para ganar en normalidad, me doy por satisfecha"
El consistorio gasta 5.000 euros anuales en limpiar las pintadas
Solo en una ocasi¨®n -recuerda que fue un d¨ªa de verano- entr¨® en un bar del pueblo a tomar caf¨¦. Sus movimientos en Lizartza resultan muy limitados y tan repetidos como sincronizados. Antes de que llegue a la localidad, una patrulla de la Ertzaintza, avisada con antelaci¨®n, ya tiene tomada una posici¨®n estrat¨¦gica a 200 metros de la casa consistorial y agentes de paisano vigilan el entorno. El veh¨ªculo que traslada a Otaola se detiene a pocos pasos del ayuntamiento y su escolta le acompa?a hasta el despacho de alcald¨ªa. Ahora los vecinos m¨¢s radicales no le increpan como antes, ni siente tanto la presi¨®n de ese entorno. Sin embargo, y con el pueblo en completa calma, declin¨® tajante posar en la calle para las fotograf¨ªas, o en el balc¨®n del consistorio, donde colgaban las banderas oficiales, incluida la espa?ola.
"Cuando llegamos aqu¨ª ten¨ªamos muy claro que ven¨ªamos a trabajar por el pueblo. No se trataba s¨®lo de hacer cumplir la ley de Banderas y deslegitimar el terrorismo con la retirada de fotos de presos y pintadas, sino que ten¨ªamos que hacer cosas para el pueblo", sostiene. El PP se hizo con Lizartza en las municipales de 2007 porque fue la ¨²nica formaci¨®n que present¨® una candidatura a su Ayuntamiento. La lista popular logr¨® 27 votos, frente a las 142 papeletas en blanco, opci¨®n que defendi¨® el PNV, que gobern¨® la localidad entre 2003 y 2007, y los 186 nulos que se atribuy¨® la izquierda abertzale ilegalizada.
El 3 de julio de 2007, Otaola tom¨® posesi¨®n como alcaldesa en un pleno muy bronco en el que ella y su equipo tuvieron que o¨ªr c¨®mo les llamaban "fascistas", "ladrones" y "perros". "Aquello fue muy duro. Mucha gente no daba un duro por nosotros", comenta ahora. La alcaldesa, quien ha compaginado su quehacer municipal con un esca?o en las Juntas Generales de Guip¨²zcoa, narra aquellos episodios con absoluta normalidad, como si fuese el peaje que hab¨ªa que pagar para "normalizar" un municipio "atenazado por los batasunos".
Su primera decisi¨®n tras asumir el cargo fue ordenar la retirada de todos los carteles con fotos de etarras, las pintadas y las pancartas que colgaban de la fachada del consistorio. Con el paso del tiempo ha tenido que estampar su firma para sacar adelante la construcci¨®n y mejora de caminos rurales, la adecuaci¨®n de conducciones de agua, la remodelaci¨®n de la plaza del pueblo o la instalaci¨®n de juegos infantiles. Con un presupuesto anual de 819.000 euros, ahora tiene entre manos proyectos para construir 56 viviendas -30 libres y 26 protegidas- y una nueva ikastola, y para rehabilitar un puente y el paseo que bordea el r¨ªo Araxes. "Pensaban que ¨ªbamos a limitarnos a poner la bandera espa?ola. La pusimos, claro que s¨ª, y borramos las pintadas, por supuesto, pero tambi¨¦n hemos hecho muchas cosas m¨¢s", enfatiza. El Ayuntamiento ha gastado desde que ella lo encabeza 5.000 euros anuales en la limpieza de pintadas.
La alcaldesa acude al pueblo una o dos veces por semana y convoca cada dos o tres meses los plenos, que se celebran "con toda normalidad" porque s¨®lo acuden los ediles del PP. "Al principio, la gente ven¨ªa a los plenos a armar cancha. Eso se acab¨®, porque decidimos hacerlos a puerta cerrada. El Ayuntamiento est¨¢ para trabajar, no para mantener batallas campales", destaca. Otaola es as¨ª, de medidas dr¨¢sticas. Ahora no organiza las fiestas patronales, porque un a?o, siguiendo sugerencias vecinales, encarg¨® juegos para ni?os y contrat¨® a unos aizkolaris. Le boicotearon todos los actos.
Su paso por Lizartza seguir¨¢ en la misma l¨ªnea durante el a?o que resta para concluir su mandato. "No quiero ninguna despedida. Si esto ha servido para ganar en normalidad, me doy por satisfecha", concluye.
"Dejo la pol¨ªtica vasca"
"Yo me voy. Dejo la pol¨ªtica en el Pa¨ªs Vasco". Regina Otaola pondr¨¢ fin dentro de menos de un a?o a una trayectoria pol¨ªtica que inici¨® en 1995 cuando entr¨® en el PP. "Yo estaba m¨¢s c¨®moda con Mar¨ªa San Gil [anterior presidenta del PP vasco]. Lo l¨®gico es que, si no estoy tan a gusto con quienes mandan ahora en el partido, me vaya", explica para justificar su retirada. Otaola no ha conectado ni con Antonio Basagoiti, sucesor de San Gil, ni con el actual presidente del partido en Guip¨²zcoa, Borja S¨¦mper.
Enfoca su futuro a la empresa privada. Acaba de seguir un curso sobre responsabilidad social empresarial y tiene previsto apuntarse a otro sobre recursos humanos: "Aqu¨ª [en Euskadi] nadie me va a dar trabajo, as¨ª que me ir¨¦ al paro y buscar¨¦ trabajo fuera", indica.
Se marchar¨¢ satisfecha si en las pr¨®ximas municipales se presentan en Lizartza todos los partidos democr¨¢ticos: "Hace tres a?os, el PP fue el ¨²nico partido que apost¨® por presentar su lista. No entiendo que un partido nacionalista como el PNV deje a un lado un pueblo como Lizartza". El anterior alcalde de la localidad fue el actual presidente del PNV guipuzcoano, Joseba Egibar, sobre cuya gesti¨®n municipal su sucesora prefiere no hacer comentarios.
Asegura que su decisi¨®n de tomar las riendas del municipio se bas¨® en "un ejercicio de responsabilidad y en la defensa de unos ideales y unos valores elementales. No puede haber espacios de impunidad, y lo m¨¢s importante es que los ciudadanos de Lizartza vivan libres, sin chantajes ni presiones".
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