El libro resiste la tormenta
Cuatro editores (Anagrama, Alfaguara, Acantilado y RBA) reflexionan sobre la cita madrile?a, la repercusi¨®n de la crisis en su industria y el futuro digital
"?Os hab¨¦is fijado en que en el cartel de la feria hay una nube con lluvia?". Pilar Reyes, editora de Alfaguara, se lo recuerda a sus tres compa?eros de charla mientras se instala en el restaurante en el que EL PA?S los reuni¨® el s¨¢bado, un d¨ªa antes de que la Feria del Libro de Madrid echara el cierre.
Los interlocutores son Jorge Herralde, fundador de Anagrama y editor de Paul Auster, Patricia Highsmith y Roberto Bola?o; Jaume Vallcorba, director de Acantilado y Quaderns Crema, una editorial en castellano y otra en catal¨¢n de cuyo cat¨¢logo forman parte tanto autores contempor¨¢neos (Imre Kert¨¦sz, Quim Monz¨®) como cl¨¢sicos (Montaigne, Chateaubriand); Joaquim Palau, responsable editorial del grupo RBA, que bajo el sello del mismo nombre y otros como Gredos publica a los cl¨¢sicos grecolatinos y a narradores como Alice Munro y Philip Kerr; finalmente, la propia Pilar Reyes, que hace un a?o lleg¨® de Colombia para hacerse cargo de Alfaguara, es decir, de la obra de Vargas Llosa, Saramago y P¨¦rez-Reverte.
Jorge Herralde: "Hay mucho papanatismo con la tecnolog¨ªa"
Pilar Reyes: "Lo que se ha dado un batacazo es la no ficci¨®n"
Joaquim Palau: "Me cuesta imaginar a alguien leyendo a Roth en pantalla"
Jaume Vallcorba: "Un lector solo digital est¨¢ abocado a la estupidizaci¨®n"
Casi todos tienen paraguas, solo Reyes usa lector de libros electr¨®nicos. Ninguno cree demasiado en las listas de libros m¨¢s vendidos. ?La raz¨®n? Nadie dice la verdad del todo y alguno incluso ha llegado a ver en ellas t¨ªtulos que ni siquiera hab¨ªan salido todav¨ªa de la imprenta. Incluso con una lluvia como la del s¨¢bado, la feria de Madrid les sigue pareciendo un prodigio.
Jorge Herralde. Lo asombroso es la gente que hay incluso con lluvia. La feria es un oasis, por no utilizar la maldita palabra burbuja, desde el punto de vista de la edici¨®n.
Pregunta. ?Habr¨ªa que subrayar la dimensi¨®n cultural de la feria? Muchos actos se quedan vac¨ªos.
J. H. Lo cultural es nuevo, antes ni exist¨ªa. Hab¨ªa churrer¨ªas y casetas de venta a plazos. Eso ha mejorado mucho.
Pilar Reyes. En Bogot¨¢ la gente lamenta que no se vendan derechos de autor, pero ?qu¨¦ falta hace?
J. H. Para eso, sobra con Francfort. ?ltimamente han invitado a agentes a la Feria de Guadalajara, pero muchos me han dicho que m¨¢s que trabajar lo que hicieron fue turismo.
Joaquim Palau. Lo bueno es enemigo de lo mejor. La Feria del Libro de Madrid est¨¢ muy bien organizada y es un ¨¦xito brutal. Pedirle que sea tambi¨¦n la m¨¢xima expresi¨®n cultural... No hay que tener complejos.
P. Herralde dec¨ªa que era un oasis y la directora de la feria dijo al presentar esta edici¨®n que las ventas de libros hab¨ªan ca¨ªdo un 10% en los dos primeros meses del a?o.
Jaume Vallcorba. A nosotros nos va muy bien.
J. H. Quitando a Vallcorba, la cifra es bastante acorde con la realidad. El valor refugio del libro, que se mantuvo en 2008 y 2009, empieza a agrietarse.
J. P. Va por barrios, porque el libro juvenil lleva unos a?os conteniendo la bajada del libro ilustrado. A veces, si te va muy bien con cuatro libros, los n¨²meros te enga?an.
P. R. Un librero me cont¨® que una vez entr¨® una se?ora y pregunt¨®: "?Tiene el libro?". Se refer¨ªa al de Larsson.
J. H. Imagino que le dijo: "Se?ora, se lo hab¨ªamos reservado".
P. O sea, que se vende mucho pero de pocos t¨ªtulos.
P. R. Lo que noto es que ahora las devoluciones ya son m¨¢s r¨¢pidas. Es m¨¢s impaciente el canal.
J. H. En este chaparr¨®n universal de la crisis, los libreros se vuelven m¨¢s cautos. Tambi¨¦n hay una crisis psicol¨®gica. La gente compra menos por si acaso.
P. ?Se publica demasiado? ?El mercado espa?ol puede asumir 70.000 t¨ªtulos al a?o?
J. P. El editor publica los libros que le parece oportuno, es su negocio, su dinero y su riesgo. El reto no estaba solo en reducir el n¨²mero de t¨ªtulos, sino de tiradas. Si eres prudente en las tiradas y no agobias al librero es leg¨ªtimo tener una programaci¨®n ambiciosa.
P. R. Muchas veces se publica para alimentar una cuenta de facturaci¨®n, pero la decisi¨®n tendr¨ªa que pasar por otro lado.
J. P. No digo que haya que publicar para neutralizar las devoluciones. Se trata de racionalizar. Nosotros, que somos un grupo de seis editoriales, hemos pasado de 2008 a 2009 de 400 novedades a 280.
P. R. ?T¨² cu¨¢ntos publicas, Jorge?
J. H. Setenta novedades y 35 en bolsillo. La impresi¨®n que tengo es que ha habido una reducci¨®n en las tiradas y se han terminado las falsas euforias, pero que se edita much¨ªsimo. Aparecen sellos de best sellers que esperan el golpe de suerte. Es una huida hacia adelante. Y luego est¨¢ esa cantidad de peque?as editoriales, que hacen una labor excelente con pocos t¨ªtulos bien escogidos. Pero la suma da la impresi¨®n de que no desciende el n¨²mero de novedades. Eso s¨ª, ahora hay m¨¢s cautela en las reediciones y los tirajes.
J. V. Yo siempre me he movido en tiradas bajas. De unos 4.000 ejemplares. La facilidad de reimpresi¨®n ha mejorado mucho la log¨ªstica. Y publicamos menos de 60 t¨ªtulos al a?o.
P. R. Nosotros antes public¨¢bamos casi 100. Este a?o, 50 nuevos y reediciones con nueva cara. Lo que se ha dado un batacazo es la no ficci¨®n. Seguramente porque estaba muy centrado en el libro de autor medi¨¢tico, seguramente porque el tipo de lector que los compra tiene que prescindir de algo por la crisis y no tiene los libros entre las prioridades de su cesta de la compra.
J. P. Para m¨ª no es una mala noticia.
J. H. No s¨¦ si el batacazo es tal. Hay autores que siguen en las listas de m¨¢s vendidos y son medi¨¢ticos, como Punset.
J. P. No me refer¨ªa a Punset.
J. H. Pero debe su popularidad a que sale en televisi¨®n.
J. P. Yo estaba en Destino cuando explot¨® como autor de libros y eso no es exacto. Era conocido por la televisi¨®n, pero creo que hubiera sido igualmente popular sin la televisi¨®n.
J. H. Yo creo que no. De todos modos, lo que est¨¢ m¨¢s penalizado es el ensayo serio, pero lo mismo pasa en Francia y en Italia, que eran santuarios de la cultura.
J. V. Eso est¨¢ ligado al deterioro del sistema educativo. Todo tiende a la p¨ªldora.
P. R. Tambi¨¦n tiene mucho que ver con Internet. La manera de leer en Internet nos obliga a recibir informaci¨®n de manera muy dispersa.
J. H. Umberto Eco lo llama alfabetizaci¨®n distra¨ªda.
P. Hablando de Internet, la tormenta del a?o es el libro electr¨®nico.
J. H. Es una falsa tormenta. Me parece m¨¢s preocupante el estado de la econom¨ªa en general y su repercusi¨®n sobre la industria del libro que la amenaza del libro electr¨®nico. Es un caramelo medi¨¢tico. El apocalipsis siempre es muy result¨®n, pero el libro electr¨®nico supone ahora el 3% del mercado en Estados Unidos.
P. En Espa?a no llega al 1%.
P. R. Dicen que en 2020 representar¨¢ el 15%. Es un nuevo formato que nos obliga a pensar en otros t¨¦rminos, pero con esos n¨²meros cualquier anuncio apocal¨ªptico es falso. Eso s¨ª, hay que estar alerta.
J. H. Lo particular de Espa?a es que el libro electr¨®nico ha sido capaz de poner de acuerdo en Libranda a los tres grandes competidores (Planeta, Santillana y Random House) m¨¢s al s¨¦quito que vamos detr¨¢s. La convivencia entre electr¨®nico y papel ser¨¢ larga. Hay mucho papanatismo con la tecnolog¨ªa.
J. P. El editor administra contenidos, y seguir¨¢ haci¨¦ndolo. Si alg¨²n d¨ªa el formato electr¨®nico tiene una importancia notable, bienvenido sea, te aseguro que todos los editores estar¨¢n preparados para llevar sus contenidos a ese soporte.
J. V. Todo depender¨¢ de la educaci¨®n. Si a uno le dan una edici¨®n de Proust con las im¨¢genes de localizaci¨®n, van a asesinar la imaginaci¨®n de la gente. Lo importante no es tanto el medio como la actitud que uno tiene ante las cosas. Para leer necesitas un determinado estado de esp¨ªritu. Lo que uno lee en pantalla lo olvida con mayor facilidad. Con el libro electr¨®nico nos puede pasar como con el v¨ªdeo: grabamos un mont¨®n de pel¨ªculas para luego no verlas jam¨¢s.
J. P. Eso tambi¨¦n pasa con los libros de papel. La informaci¨®n de pantalla es muy ¨²til, pero me cuesta imaginarme a alguien leyendo a Roth o a Alice Munro en pantalla.
P. ?No ser¨¢ una cuesti¨®n generacional? ?Creen que alguien que escuche m¨²sica pero no compre CD y vea cine sin pisar las salas leer¨¢ libros en papel?
J. V. ?Te refieres a escuchar m¨²sica en un iPod? Se pierde un 60% de la calidad. Un lector solo digital est¨¢ abocado a un proceso de estupidizaci¨®n imparable.
J. H. Tal vez sea algo generacional, s¨ª. El que durante toda su vida haya escuchado solo el 40% no va a echar de menos lo que se pierde. No sabemos qu¨¦ pasar¨¢ con los llamados nativos digitales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.