Lecciones para Israel
El informe sobre el Bloody Sunday no solo arroja al fin la verdad sobre la matanza, sino un pu?ado de lecciones que los Gobiernos (y hoy sobre todo el de Israel) deber¨ªan imprimir a fuego en su manual de supervivencia.
La muerte de manifestantes pac¨ªficos (v¨¦ase la pel¨ªcula de Paul Greengrass) no solo llev¨® el drama a decenas de hogares de una ciudad, Derry, depauperada en los setenta por la represi¨®n brit¨¢nica y ahogada por la falta de derechos, sino que situ¨® su causa en un faro que a¨²n brilla alto en la escena internacional. "El Gobierno brit¨¢nico lanz¨® a los brazos del IRA a toda una generaci¨®n de j¨®venes", me coment¨® Greengrass cuando se estren¨® su pel¨ªcula en Madrid.
As¨ª fue. El drama que vivi¨® el gueto del Bogside coloc¨® un altavoz al conflicto, amas¨® la simpat¨ªa internacional hacia una comunidad aplastada, fortaleci¨® al IRA y degener¨® en una espiral de atentados que sum¨® 3.000 muertos. A diferencia de ETA, el Bloody Sunday coloc¨® al IRA en el lado emocional de los buenos para buena parte del mundo. Y esa fortaleza hizo posible un proceso de paz que culmin¨® en 1998 con el Acuerdo de Stormont.
Pero no es esa -la de la legalidad- la ¨²nica lecci¨®n que deben aprender los Gobiernos. Tras la matanza, Londres promovi¨® una investigaci¨®n de attrezzo para simular la acci¨®n del Estado de derecho ante la atrocidad. En solo tres meses, el Informe Widgery exoner¨® a los soldados, aleg¨® leg¨ªtima defensa sin pruebas y no explic¨® por qu¨¦ algunas v¨ªctimas hab¨ªan sido tiroteadas por la espalda.
?Les suena? El paralelismo con las explicaciones que propaga Israel sobre el ataque a la flotilla humanitaria -o a Gaza o L¨ªbano- es clamoroso: leg¨ªtima defensa, eran terroristas y las ¨²nicas pruebas en la mano, las que muestran hasta cuatro disparos en los cad¨¢veres de los nueve fallecidos, no parecen existir.
Todo Gobierno puede tener la tentaci¨®n de maquillar sus errores bajo mentiras, pero cuando la evidencia es clamorosa y el Gobierno sigue abrazando la versi¨®n err¨®nea de lo ocurrido y una narrativa exculpatoria, las matanzas y represiones no solo fortalecen al enemigo. Acaban volviendo. Y aunque la verdad tarde casi 40 a?os, como el informe culminado ayer en Reino Unido, siempre se paga.
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