Fini se enfrenta a Berlusconi por la 'ley mordaza'
Otra bronca en el Pueblo de la Libertad por la norma que limita las escuchas
Parece acercarse el momento del "ahora o nunca" para Gianfranco Fini. El presidente de la C¨¢mara de Diputados y l¨ªder de la corriente interna del Pueblo de la Libertad ha asegurado que no permitir¨¢ la tramitaci¨®n r¨¢pida de la ley que limita las escuchas telef¨®nicas y su difusi¨®n. Pero su socio Silvio Berlusconi tiene mucha prisa por promulgar la ley mordaza, y ha lanzado un ultim¨¢tum a Fini y los suyos: si retrasan la aprobaci¨®n de la norma, significa que est¨¢n fuera del partido y se romper¨ªa la mayor¨ªa.
En Roma corre la insistente voz de que hay grabaciones muy comprometedoras a punto de salir a la luz. Eso explicar¨ªa la premura de Berlusconi y la virulencia del en¨¦simo choque con su aliado y ex delf¨ªn. La amenaza a los finianos no admite matices: o se aprueba antes de julio la ley consensuada hace unos d¨ªas en los ¨®rganos de direcci¨®n, o se va a elecciones anticipadas.
Aunque en Italia todo es negociable, esta vez la bronca interna en el centro-derecha ya no guarda ni las formas. Las acusaciones cruzadas y los chantajes m¨¢s o menos velados son el pan de cada d¨ªa. Mientras, el rechazo al proyecto de ley sigue cruzando fronteras. La responsable de la OSCE para la libertad de los medios de informaci¨®n, Dunja Mijatovic, advirti¨® ayer desde Viena de que el Gobierno debe "retirar o modificar" el texto "para adaptarlo a los est¨¢ndares internacionales de la libertad de expresi¨®n".
El asunto, sea cual sea la salida, tiene mala soluci¨®n. La regulaci¨®n de las interceptaciones judiciales es una de las grandes promesas electorales de Berlusconi, y el n¨²cleo cercano al primer ministro piensa que, si no se aprobara, la amplia mayor¨ªa lograda en las urnas hace dos a?os -casi dos a?os de discusi¨®n sobre la ley- e incluso la legislatura habr¨ªan servido para muy poco.
En el otro lado de la balanza, seguir ciegamente adelante con una ley impropia de un pa¨ªs europeo y claramente anticonstitucional producir¨¢ serios problemas. El conflicto institucional con el presidente de la Rep¨²blica y las fricciones con aliados clave como Estados Unidos, que ya ha recordado varias veces que las escuchas son b¨¢sicas para la lucha contra las mafias, ser¨ªan inevitables.
El mal, en todo caso, est¨¢ ya hecho. El electorado italiano castiga siempre la divisi¨®n interna de los partidos y soporta mal las contradicciones. La misma derecha que gan¨® las elecciones de 2008 con una feroz campa?a contra la inseguridad ciudadana se descompone hoy por una ley que muchos empiezan a ver, pese a la propaganda oficial, como un regalo al crimen organizado y un golpe de mano contra la prensa y la justicia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.