Estoy en paro, no me hable del clima
La crisis, el fr¨ªo y los esc¨¦pticos debilitan la causa del calentamiento - La saturaci¨®n de mensajes 'verdes' les quita credibilidad
La causa del clima resiste con dificultad un invierno fr¨ªo y h¨²medo en buena parte del hemisferio norte, los embates de la crisis econ¨®mica y la campa?a de los esc¨¦pticos agarrados al llamado climagate (los correos robados a investigadores brit¨¢nicos). El calentamiento global cae r¨¢pidamente entre las preocupaciones de los ciudadanos, muy por detr¨¢s de los asuntos econ¨®micos, lo que unido al fiasco de la cumbre de Copenhague en diciembre deja la lucha por limitar las emisiones en su momento m¨¢s d¨¦bil.
Hace solo dos a?os, los bares, las oficinas y los medios de comunicaci¨®n de medio mundo rebosaban de debates apasionados sobre el clima. Fue la ¨¦poca de gloria de esta causa, impulsada, entre otros por el ex vicepresidente estadounidense Al Gore y un s¨¦quito de activistas famosos, como los actores Leonardo Di Caprio y Cate Blanchett. Su documental Una verdad inc¨®moda fue premiado con el Oscar en 2006, y, un a?o m¨¢s tarde, ¨¦l obtuvo el Premio Nobel de la Paz, galard¨®n que comparti¨® con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Clim¨¢tico (IPCC). Pero las buenas causas siempre corren el riesgo de morirse de ¨¦xito, y la proliferaci¨®n de mensajes verdes le rest¨® poder.
Fracasado Copenhague, solo queda alentar el consumo sostenible
El estado de la econom¨ªa es la coartada perfecta para los ataques
Los brit¨¢nicos preocupados por el clima han bajado del 41% al 26%
China ha descubierto que es m¨¢s barato descontaminar
"Ahora existen tantos t¨¦rminos en torno a la sostenibilidad, -clever, smart, bio, green, fair-, que esto se vuelve muy confuso para el consumidor. Por eso, a veces hablo incluso del spam de la sostenibilidad", coment¨® en Madrid Michael Kuhndt, director del Centre on Sustainable Consumption and Production (CSCP), asociado al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Kuhndt fue uno de los conferenciantes que participaron en el ciclo El equilibrio de la tierra organizado por la Fundaci¨®n Banco Santander. Tras el fracaso de Copenhague, ?qu¨¦ v¨ªas quedan para combatir el calentamiento global y la sobreexplotaci¨®n de los recursos?, se preguntaron cient¨ªficos y soci¨®logos.
"Comenzamos bastante tarde y la cuesti¨®n es si a¨²n estamos a tiempo. Nadie puede saber eso, as¨ª que nuestra ¨²nica opci¨®n es darnos prisa", resumi¨® el director del CSCP. Una evaluaci¨®n que podr¨ªan haber suscrito todos los ponentes. Desde el derrumbe de los sistemas financieros en 2008, sin embargo, la pol¨ªtica ambiental de los Gobiernos occidentales se caracteriza m¨¢s bien por su inercia. "Para algunos, el estado de la econom¨ªa es la coartada perfecta para olvidarse de sus compromisos con el clima", recalc¨® Ram¨®n Folch, socioec¨®logo y miembro del Club de Roma.
No solo los pol¨ªticos vacilan en cuestiones ambientales ante la conjunci¨®n fatal de paro y d¨¦ficit. Las cifras de dos sondeos recientes, de la BBC y del semanal alem¨¢n Der Spiegel, reflejan tambi¨¦n un creciente desapego de los ciudadanos. En Reino Unido, un 41% de los encuestados en noviembre de 2009 cre¨ªa que el cambio clim¨¢tico es una realidad de origen antropog¨¦nico, pero en febrero de 2010 esa cifra cay¨® al 26%. La misma tendencia se percibe en Alemania, donde en 2006 un 62% se sent¨ªa amenazado por el cambio clim¨¢tico; cuatro a?os m¨¢s tarde, la cifra ha bajado un 20%.
La campa?a de quienes niegan la mano humana tras el calentamiento ha calado en parte de la opini¨®n p¨²blica. "Actores globales como Exxon y otros reavivan deliberadamente viejas pol¨¦micas como, por ejemplo, la cuesti¨®n de si existe realmente un cambio clim¨¢tico de origen antropog¨¦nico. Esto supone un resurgimiento de la campa?a de los climaesc¨¦pticos con una fuerza que solo ten¨ªan en los comienzos del debate sobre el clima", apunta desde Berl¨ªn Klaus Milke, presidente de Germanwatch, una de las ONG ecologistas m¨¢s importantes de Alemania.
Para la mayor¨ªa de los cient¨ªficos del clima, sin embargo, el calentamiento es una realidad indiscutible. Tanto, que en mayo el Consejo Nacional de Investigaci¨®n estadounidense public¨® tres informes en los que no solo apoya la evidencia cient¨ªfica a favor del cambio clim¨¢tico, sino adem¨¢s insta al Gobierno de Obama para que reduzca las emisiones e intente adaptarse a las consecuencias.
"Uno de los resultados m¨¢s consistentes de los modelos de cambio del clima es la desertificaci¨®n de toda el ¨¢rea del Mediterr¨¢neo, Espa?a en particular, y tambi¨¦n el norte de ?frica", dice John Shepherd, del Centro Nacional de Oceanograf¨ªa de la Universidad de Southampton (Reino Unido).
Pese a que un 60% de los encuestados por Der Spiegel cree que el cambio clim¨¢tico conllevar¨¢ m¨¢s desventajas que ventajas para su pa¨ªs, un sorprendente 23% opina lo contrario. "Tuvimos un verano sahariano con miles de muertos en la UE y nadie sabe lo que pasar¨¢ ma?ana. Pero es dif¨ªcil hacer previsiones meteorol¨®gicas", advierte el presidente de Germanwatch. Es posible que los pron¨®sticos fallen, aunque no tanto como la memoria colectiva.
Para europeos y estadounidenses, el ¨²ltimo invierno ha sido casi interminable, fr¨ªo y de fuertes nevadas. "Pero, desde un punto de vista global, ha sido el segundo m¨¢s c¨¢lido desde que comenzaron las mediciones hace 130 a?os, seg¨²n la NASA. Y tanto abril como los ¨²ltimos 12 meses han sido los m¨¢s c¨¢lidos desde 1880", rectifica esa sensaci¨®n popular el f¨ªsico Stefan Rahmstorf, del Instituto para la Investigaci¨®n del Impacto del Cambio Clim¨¢tico de Potsdam (PIK en sus siglas en alem¨¢n). Rahmstorf afirma que "muchos de los fallos del IPCC resultaron no serlo. En algunos casos habr¨ªa sido suficiente ver el informe -accesible en Internet- para desmentir las acusaciones".
De todos los reproches contra los cient¨ªficos a ra¨ªz del climagate, -la supuesta manipulaci¨®n de datos por parte de cient¨ªficos de la Universidad de East Anglia y una serie de errores en el ¨²ltimo informe del IPCC, de 2007-, se han confirmado ¨²nicamente dos fallos del panel, que los reconoce.
Pero no existe fe de errores para rectificar los esc¨¢ndalos que se quedan en agua de borrajas. La discrepancia entre la informaci¨®n disponible y su comunicaci¨®n afecta a los temas de medio ambiente, vulnerables a la desinformaci¨®n por la cantidad de grupos de presi¨®n implicados: Gobiernos, empresas, ONG y cient¨ªficos. Quien se halla entre la espada y la pared es el ciudadano, paralizado por el spam verde, los mensajes confusos de los medios de comunicaci¨®n, la incapacidad de los Gobiernos para fijar unos objetivos comunes de reducci¨®n de CO2 y, por ¨²ltimo, l miedo a que su pa¨ªs se convierta en otra Grecia.
Tampoco parece que la tecnolog¨ªa pueda ser la panacea para ese dilema, porque, "a pesar de que buena parte de la sostenibilidad a lo mejor est¨¢ basada en ella, tambi¨¦n est¨¢ en la ra¨ªz de la degradaci¨®n del medio ambiente", remat¨® Francisco Lozano, profesor de Medio Ambiente de Esade en su intervenci¨®n en El equilibrio de la tierra.
Propuestas de la geoingenier¨ªa -como la introducci¨®n de part¨ªculas aerosoles en la atm¨®sfera superior o la fertilizaci¨®n de los oc¨¦anos- contra el calentamiento carecen de un marco legislativo que permita experimentar a gran escala y evaluar sus peligros. "Mi preocupaci¨®n principal radica en un entusiasmo excesivo por probar algunas de esas ideas antes de que la investigaci¨®n est¨¦ realmente avanzada", apunt¨® el ocean¨®grafo Shepherd.
"No hay una conspiraci¨®n perversa ni del capitalismo ni del anticapitalismo para destruir el medio ambiente. No es un objetivo, es una consecuencia no deseada", como precis¨® Ram¨®n Folch. Y, pese a la falta de acuerdos internacionales, hay quien empieza a dar pasos hacia otro patr¨®n productivo. Una de las labores principales del CSCP es asesorar a empresas y, seg¨²n su director, Thomas Kuhndt, desde el comienzo de la crisis, la demanda no ha dejado de aumentar. "Lo que puede verse como un obst¨¢culo m¨¢s para asumir el fin de toda actividad productiva, en realidad no lo es. Aplicar seriamente criterios de sostenibilidad empresarial es sin¨®nimo de ahorro, y este, a su vez, de beneficio", destac¨® tambi¨¦n Lozano.
Junto a una de las mayores cadenas de supermercados en Europa, el CSCP ha elaborado una lista de criterios ambientales y sociales -el consumo de agua en la producci¨®n, las condiciones de trabajo y el uso de pesticidas, por ejemplo- para una serie de productos llamados pro-planet. El objetivo: llegar al mercado de masas con una ¨²nica marca reconocible que sirva para vender desde alimentos hasta muebles y viajes.
Una encuesta en 18 pa¨ªses del centro de estudio de mercado global Synovate para la radio alemana Deutsche Welle se?ala que un 27% de los entrevistados estar¨ªa dispuesto a pagar hasta un 9% m¨¢s por art¨ªculos respetuosos con el medio ambiente. Unas perspectivas de beneficio a lo que Kuhndt llama el spam de la sostenibilidad.
"?Algunas compa?¨ªas se pintan de verde? Claro que s¨ª. Pero solo hace falta un bloguero -o un periodista espabilado- para tomar una foto de las oficinas centrales con las luces encendidas por la noche para destruir el mito", opina desde Hong Kong Steve Garton, jefe global del departamento de investigaci¨®n de medios de Synovate.
Para Kuhndt, el meollo de la cuesti¨®n no es la r¨¢pida transici¨®n de un sistema eficiente a un sistema suficiente, es decir, de reducci¨®n del consumo, en los pa¨ªses desarrollados sino el comportamiento de los consumidores en los llamados BRIC (Brasil, Rusia, India, China). "Los pr¨®ximos grandes grupos de consumidores no est¨¢n aqu¨ª. Nosotros somos cada vez mayores y menos mientras que en otros pa¨ªses vemos un crecimiento constante de la poblaci¨®n. Por eso es imprescindible tener all¨ª ideas nuevas desde el principio", aclar¨®.
El consumo sostenible tendr¨¢ un futuro anecd¨®tico si pa¨ªses como India o China, que suman un tercio de los habitantes del globo, no se suman a ese reto, adem¨¢s de controlar el crecimiento poblacional. Pero tambi¨¦n es una oportunidad para fomentar un verdadero fen¨®meno de masas.
Seg¨²n Lozano, en China "este a?o se ha previsto una inversi¨®n inicial de 30.000 millones de d¨®lares [24.000 millones de euros]" en renovables porque la contaminaci¨®n por el uso de carb¨®n ha disparado de tal manera las cuentas sanitarias "que sale m¨¢s a cuenta sanear el aire". Un lenguaje universal que no falla.
Meteorolog¨ªa pronostica m¨¢s calor
La Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (Aemet) prev¨¦ un verano m¨¢s c¨¢lido y seco de lo normal. As¨ª lo anunci¨® ayer el portavoz del organismo, Ferm¨ªn Elizaga, quien anunci¨® que el est¨ªo ser¨¢ "marcadamente c¨¢lido con una probabilidad superior al 70%" y que la temperatura estar¨¢ entre uno y dos grados por encima de lo normal.
El pron¨®stico se basa en el modelo del Centro Europeo de Predicci¨®n a Medio Plazo, que se renueva de forma mensual. El sistema analiza el oc¨¦ano para estimar el estado inicial de este, y un modelo de circulaci¨®n general acoplado oc¨¦ano-atm¨®sfera sirve para obtener la evoluci¨®n prevista de la atm¨®sfera y del oc¨¦ano.
Todos los organismos del mundo buscan hacer predicciones a medio plazo (no s¨®lo a unos pocos d¨ªas, en los que la probabilidad de acertar es alt¨ªsima). Saber si va a ser un oto?o lluvioso o no tiene mucho inter¨¦s para un pa¨ªs y por eso hay mucha investigaci¨®n en marcha. Sin embargo, estas predicciones de meses son todav¨ªa poco fiables.
Seg¨²n la BBC, la agencia brit¨¢nica de meteorolog¨ªa, el Metoffice, dej¨® de hacer p¨²blicas sus previsiones estacionales despu¨¦s del fiasco de anunciar un verano asfixiante y un invierno templado, ya que ocurri¨® justo lo contrario, un verano pasado por agua y un invierno fr¨ªo.
Fuentes del sector explican que la agencia se cura en salud para evitar que si hay una gran ola de calor se les acuse de falta de previsi¨®n -en el organismo a¨²n escuecen las cr¨ªticas del Gobierno de que no predijo correctamente una nevada que oblig¨® a cerrar Barajas-. La Aemet tambi¨¦n hizo balance de la primavera, la segunda m¨¢s fresca del siglo XXI, por detr¨¢s de 2004.
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