Cate al Departamento de Educaci¨®n
Esta semana el Ministerio de Educaci¨®n ha hecho p¨²blica la Evaluaci¨®n General de Diagn¨®stico 2009 para el alumnado de cuarto de primaria. Su objetivo era medir el nivel de sus competencias b¨¢sicas en los ¨¢mbitos de comunicaci¨®n ling¨¹¨ªstica, matem¨¢tica, conocimiento e interacci¨®n con el mundo f¨ªsico y competencia social y ciudadana.
Una de las conclusiones que se desprende del informe es que el alumnado espa?ol tiene un nivel razonable de conocimientos, pero falla al aplicarlos; algo parecido a lo que dec¨ªa el informe PISA de 2006, centrado entonces en la ESO. Y, consecuentemente, supongo que este debe de ser el problema con el que se encontrar¨¢n -si es que no lo hacen ya- las universidades del pa¨ªs. Es decir, que ese fen¨®meno que la mayor¨ªa de especialistas coincide en llamar "crisis de la educaci¨®n" afecta a todos los niveles educativos.
La reutilizaci¨®n de libros no debe conculcar los derechos del sector editorial ni de los lectores
Las causas de esta "crisis" son, sin duda, m¨²ltiples y dif¨ªciles de analizar. Y, sin embargo, el informe del Ministerio de Educaci¨®n rompe alguno de los t¨®picos manejados: la situaci¨®n econ¨®mica de las regiones y la inversi¨®n en educaci¨®n no est¨¢n relacionadas directamente con los resultados. Por ejemplo, el Pa¨ªs Vasco es la m¨¢s inversora y, sin embargo, ocupa el puesto 14 en la clasificaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas. Catalu?a -en el n¨²mero 12- no se aleja demasiado de la situaci¨®n vasca: con una inversi¨®n por estudiante por encima de la media espa?ola, nuestros ni?os y ni?as suspenden.
Sin duda, nos queda mucho para llegar a la deseada media del gasto europeo por estudiante. Y, sin embargo, nos queda mucho m¨¢s que el simple hecho de desembolsar billetes si queremos tener una ense?anza p¨²blica de calidad y generaciones de estudiantes capaces no s¨®lo de interiorizar contenidos, sino, sobre todo, de aplicarlos.
Para renovar un modelo educativo insatisfactorio y anticuado, el Departamento de Educaci¨®n de la Generalitat ha promovido el uso de las nuevas tecnolog¨ªas, cuya necesidad es incuestionable. Sin embargo, los materiales digitales que auspici¨® en septiembre pasado eran tan -o m¨¢s- insatisfactorios y anticuados que el modelo que pretend¨ªan corregir. Eso sin contar con que, en muchas ocasiones, los centros educativos siguen sin disponer de una infraestructura tecnol¨®gica adecuada. En cualquier caso, vistos aquellos materiales, era flagrante la escasa importancia que el departamento daba a los contenidos.
Ese desprecio hacia los contenidos es el mismo que se percibe en su apolog¨ªa de la reutilizaci¨®n de cualquier libro, sea de texto o literario. Y no s¨®lo instiga a ello, sino que concede una subvenci¨®n por escolar a cada centro que participe en el programa dise?ado. As¨ª, tal vez los bolsillos de las familias salen beneficiados, pero todos los profesionales del libro dejan de cobrar por su trabajo: librer¨ªas, editoriales, autores y autoras, ilustradores e ilustradoras... Ser¨ªa m¨¢s justo conceder becas de libros a las familias que realmente lo necesiten, y no ese caf¨¦ para todos.
El Departamento de Educaci¨®n pretende tambi¨¦n con ello -dice- fomentar el uso racional de los recursos, lo que es un acierto, siempre que no conculque, como es el caso, el derecho a amar la lectura y a respetar los libros. La reutilizaci¨®n de una novela no permite marcar el libro, ni tenerlo dedicado, ni construir una biblioteca personal, ni releer la obra pasados unos a?os, ni conservar de mayor los libros de la infancia... La reutilizaci¨®n de una novela convierte la lectura en una mera actividad escolar.
Seg¨²n el citado informe del ministerio, existe una correlaci¨®n directa entre el n¨²mero de libros en casa y los resultados de la prole: a m¨¢s libros, mejores resultados. Sin duda, porque atesorar vol¨²menes en las estanter¨ªas de casa no implica s¨®lo sacarles el polvo de vez en cuando, sino, sobre todo, tener, como defiende Daniel Pennac, en su libro Como una novela: "El derecho a no leer; el derecho a saltar p¨¢ginas; el derecho a no acabar el libro; el derecho a leer cualquier cosa; el derecho a leer en cualquier lugar...".
Porque el departamento no protege estos derechos, le doy un cate.
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