Robinho ya no vive del enga?o
?nico rostro amable de un equipo militarizado y con un Kak¨¢ melanc¨®lico, el ex madridista ha madurado y se ha convertido en el m¨¢ximo exponente del 'jogo bonito'
Aunque nunca le abandona la sonrisa, a Robinho solo le faltan las maracas para ser nominado el futbolista m¨¢s dichoso de la Copa del Mundo de 2010. Nada mejor que la expresividad de Robson de Souza (S?o Paulo, 1984) para dar la bienvenida a los visitantes en el Randburg High School, a pocos minutos de Johanesburgo, sede de la concentraci¨®n de Brasil. Robinho es una bendici¨®n para el hincha, para el telespectador y para la prensa.
Dunga intimida mucho por su cara avinagrada y quien puede le evita en la sala de prensa. Luis Fabiano no para de patear despu¨¦s de contar seis partidos sin meter un gol. Y Kak¨¢ contin¨²a ensimismado, incapaz de descubrir si su dolencia es espiritual o com¨²n a la de cualquier futbolista: un d¨ªa se habla de la pubalgia, al otro se se?ala al aductor izquierdo y de vez en cuando responden: "Molestias musculares". Un misterio. La melancol¨ªa de Kak¨¢ contrasta con la alegr¨ªa de Robinho, convertido hoy en el m¨¢ximo exponente del jogo bonito, el genuino representante del f¨²tbol brasile?o, el ¨²nico rostro amable de un equipo militarizado. "El comandante Dunga decidir¨¢", contesta Robinho cuando se le pregunta sobre la posibilidad de que sustituya a Kak¨¢ como organizador del juego despu¨¦s del buen rendimiento ofrecido en el partido contra Corea del Norte.
Es una bendici¨®n para el hincha, el espectador y la prensa
Ahora se siente m¨¢s futbolista que nunca y dispuesto a poner fin a su rebeld¨ªa
Ya no sue?a con ser el sucesor de Pel¨¦. No solo pedalea. Tambi¨¦n da pases de gol
Dunga: "Hace un a?o me ped¨ªan que no le convocara porque jugaba mal"
Kak¨¢ jug¨® nuevamente muy mal, fue otra vez sustituido y hasta el encuentro siguiente se continuar¨¢ debatiendo sobre su posible suplencia. La misma rutina se repite en la vigilia del encuentro ante los Elefantes de Costa de Marfil, que lidera Drogba. Apagado Kak¨¢, el protagonismo del estreno lo asumi¨® Robinho, que se arrim¨® a la banda derecha para combinar con Maicon y Elano y asistir al propio Elano para que marcara un bonito gol. Robinho, que viste el 11, jug¨® un rato de 10 y estuvo l¨²cido, sobre todo en comparaci¨®n con Kak¨¢. ?Y porqu¨¦ Robinho no juega por Kak¨¢?, se preguntan los analistas brasile?os. "Por m¨ª, no hay problema por jugar un poco m¨¢s retrasado", confiesa; "ya lo hice y lo hago ahora en el Santos. Podr¨ªa entrar y que Nilmar jugara con Luis Fabiano. Ser¨ªamos m¨¢s ofensivos. Pregunten a Dunga".
A Dunga no parece seducirle mucho la idea porque el sustituto natural de Kak¨¢ es Baptista. Ocurre que el equipo estuvo tan apagado en su debut que no se descarta que el seleccionador recurra a Robinho. Julio C¨¦sar, en cualquier caso, advierte: "Puede que nos venga mejor para nuestro juego un rival como Costa de Marfil". El portero sabe muy bien que su equipo prefiere contragolpear para imponer su velocidad antes que atacar. El puesto es sagrado en Brasil y exige mucha responsabilidad, caracter¨ªsticas que no parecen responder al perfil de Robinho, un futbolista cuya carrera est¨¢ siendo muy controvertida. Hay en la federaci¨®n brasile?a quienes piensan que Robinho est¨¢ en buen momento y hay que disfrutar de su estado de forma m¨¢s que en darle nuevas obligaciones. "Lo que quiero es ayudar a Brasil a ser campe¨®n", dice ¨¦l.
Robinho piensa que el bien colectivo le ayudar¨¢ individualmente si sale con la Copa de Sud¨¢frica. "No quiero ser mejor que ninguno de mis compa?eros", remacha en un mensaje que agradece Dunga, siempre tan cuadriculado, en la sala de prensa y en el banquillo, poco dado a la fantas¨ªa, como si necesitara recrear la escenograf¨ªa del 1994, en Estados Unidos, cuando fue capit¨¢n del Brasil campe¨®n. "Hace un a?o me ped¨ªan que no le convocara porque jugaba mal", alega Dunga, "y ahora resulta que la alineaci¨®n deber¨ªa empezar por Robinho". Aunque el invierno de Johanesburgo puede recordarle su estancia en el Manchester City, Robinho se siente ahora m¨¢s futbolista que nunca, dispuesto a poner fin a su rebeld¨ªa, la misma que le llev¨® a forzar su salida del Santos al Madrid, del Real al City y de la Premier de vuelta a Brasil.
La pregunta es hasta qu¨¦ punto ha madurado Robinho a sus 26 a?os despu¨¦s de ser compa?ero de barra de Ronaldinho, Ronaldo y Adriano, de acudir a m¨¢s de una fiesta cargado de camisinhas (profil¨¢cticos), de ser m¨¢s m¨²sico que futbolista. Ahora ya no mezcla la fiesta con el f¨²tbol. La jarana que tuvo la concentraci¨®n brasile?a en Alemania nada tiene que ver con la reclusi¨®n de la canarinha en Sud¨¢frica. Tambi¨¦n ha dejado de so?ar con ser el sucesor de Pel¨¦. Hoy, simplemente, se cuestiona si puede ser el sustituto de Kak¨¢, el bal¨®n de oro de 2007, o, por el contrario, le conviene m¨¢s progresar como Robinho.
Desde hace un tiempo, Robinho no solo pedalea ni se arranca con sus trucos, sino que tambi¨¦n es capaz de meter un pase de gol para Elano. Ve el futbol de otra manera y es m¨¢s feliz en Brasil que cobrando 15.000 euros semanales en el Manchester City, el club que le tiene cedido al Santos despu¨¦s de pagar 40 millones de traspaso al Madrid. Robinho ya no vive del enga?o ni quiere que le tengan enga?ado: "Yo, lo que diga el comandante Dunga".
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