Nace Rep¨²blica Solidaria contra Sarkozy
El ex primer ministro Dominique de Villepin presenta el partido pol¨ªtico con el que pretende disputar el espacio del centro-derecha franc¨¦s a su enemigo
Dominique de Villepin, ex primer ministro y rival enconado de Nicolas Sarkozy en la derecha francesa, apareci¨® al fondo de la sala, envuelto en una nube de periodistas y admiradores y recorri¨® la inmensa nave industrial oyendo un grito un¨¢nime: "?Villepin, presidente!, ?Villepin, presidente!". Despu¨¦s subi¨® a la tribuna y en la primera frase anunci¨® el nombre de su nuevo partido: Rep¨²blica Solidaria. Que esta formaci¨®n se convierta en un partido con futuro ante las pr¨®ximas elecciones presidenciales de 2012 de Francia o solo una molesta china en el zapato electoral de Nicolas Sarkozy ser¨¢ una cuesti¨®n que se decidir¨¢ en los pr¨®ximos meses.
Por lo pronto, en la hora larga de discurso que Villepin utiliz¨® para justificar la creaci¨®n de esta nueva fuerza pol¨ªtica, el ex ministro de Asuntos Exteriores no dej¨® ning¨²n t¨ªtere con cabeza, ni siquiera el de la selecci¨®n francesa de f¨²tbol y, sin citarle jam¨¢s, se ocup¨® en criticar punto por punto la actual pol¨ªtica del actual presidente de la Rep¨²blica. "Me comprometo en esto porque pienso que los franceses necesitan otra voz", dijo el pol¨ªtico.
"Hay una ambici¨®n m¨¢s fuerte que la pol¨ªtica, el amor a Francia", dice Villepin
El ex ministro de Asuntos Exteriores que en 2004 -como ¨¦l se encarg¨® de recordar varias veces en la jornada de ayer- se opuso a la guerra de Irak en una emocionante intervenci¨®n en la sede de la ONU en Nueva York, se planta as¨ª en la escena pol¨ªtica francesa, desafiando al mism¨ªsimo Sarkozy, dispuesto a disputarle el sitio. Ya lo hab¨ªa anunciado en marzo, un mes despu¨¦s de que el juez le absolviera del caso Clearstream, donde compareci¨® acusado de torpedear en 2004 la carrera pol¨ªtica del por entonces emergente ministro Sarkozy a base de amparar la falsificaci¨®n de unas comprometedoras listas bancarias. Toda Francia asisti¨® entonces, al airearse la relaci¨®n entre los dos pol¨ªticos, al odio que se profesaban (y se profesan). Ayer, Villepin, jugando la carta del conciliador generoso, quiso dejar claro una cosa a la hora de anunciar su nueva aventura pol¨ªtica: "No me mueve el rencor".
Pero el retrato que hizo de Francia fue demoledor, con constantes alusiones veladas a su rival y a sus frases clave, como, por ejemplo, aquella que sirvi¨® a Sarkozy como lema electoral ("Trabajar m¨¢s para ganar m¨¢s"). Ayer, Villepin afirm¨®: "He visto a los agricultores condenados a trabajar cada vez m¨¢s, por casi nada".
Dominique de Villepin escogi¨® con tino la fecha de su alocuci¨®n, el 19 de junio, un d¨ªa despu¨¦s de que Francia (Sarkozy incluido, con ceremonia televisada en Londres incluida) conmemorara el 70 aniversario del llamamiento del general Charles de Gaulle a resistir a los nazis. "En nuestra historia, hay una ambici¨®n m¨¢s fuerte que la pol¨ªtica, el amor a Francia. E incluso en las pruebas m¨¢s duras, Francia es capaz de comportarse. No olvidemos que hace 70 a?os hombres y mujeres, j¨®venes y no tan j¨®venes, respondieron a la llamada de un general desconocido, dispuestos a abandonarlo todo para reconquistar lo esencial".
A ese pasado glorioso Villepin opuso el, a su juicio, sombr¨ªo presente: "He visto, a la hora del baile de millones para salvar a los bancos, la c¨®lera de todos aquellos que tienen el sentimiento de pagar una crisis de la que los responsables se han puesto a salvo".
Despu¨¦s se refiri¨® a la, para ¨¦l esencial, ceguera que aqueja a los actuales gobernantes franceses: "Cada vez hay una mayor distancia entre los discursos y los actos, entre lo que viven los franceses y lo que nos dicen los dirigentes. ?Qu¨¦ pensar de una pol¨ªtica que parece negar la evidencia que los franceses viven en el d¨ªa a d¨ªa, con paro, precariedad y finales de mes complicados?"
Y sigui¨®, sin aludir jam¨¢s a ¨¦l, martilleando sobre la figura pol¨ªtica de Nicolas Sarkozy y sus medidas: "No aceptamos que el Estado se someta a los intereses particulares y que el dinero se coloque por encima del inter¨¦s general. No aceptamos que se toque la independencia de Francia coloc¨¢ndola en el mando integrado de la OTAN. No aceptamos la l¨®gica de los chivos-expiatorios, el debate sobre la identidad nacional, cuando todo sirve a denunciar, a mostrar con el dedo, a estigmatizar".
Y continu¨®: "Necesitamos, tengo la convicci¨®n, responsabilidad: un presidente por encima de las pol¨¦micas, que asuma plenamente su papel su papel de gu¨ªa, de ¨¢rbitro, que se comprometa en el tiempo con las prioridades esenciales al servicio del inter¨¦s general. Y ministros que gobiernen, que no est¨¦n a las ¨®rdenes de los consejeros pol¨ªticos del El¨ªseo".
Despu¨¦s, tras criticar la falta de pol¨ªtica internacional de Francia y la falta de orientaci¨®n econ¨®mica, tras se?alar la p¨¦rdida de valores, la desorientaci¨®n y desmoralizaci¨®n de la poblaci¨®n, tras recordar otras etapas gloriosas e, incluso, rememorar con nostalgia el equipo de f¨²tbol con el que la Rep¨²blica Francesa fue campeona del Mundo en 1998, Villepin anunci¨® que presidir¨¢ este nuevo partido, que a¨²n no se sabe muy bien d¨®nde llegar¨¢, pero s¨ª a qui¨¦n se enfrenta (sin citarle nunca).
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