Desde la 'banlieue', con la camiseta de Argelia

Los seguidores de Dominique de Villepin que ayer se congregaron en la inacabable y algo destartalada nave de La Halle Freyssinet, en Par¨ªs, compon¨ªan una variedad peculiar. Hab¨ªa tipos callados, impecablemente vestidos con traje de raya diplom¨¢tica y zapatos beis puntiagudos; y j¨®venes ruidosos con ch¨¢ndales, sudaderas, gorras y pancartas en las que escribieron su filiaci¨®n: la banlieue parisiense, las afueras de la capital, los barrios m¨¢s duros, abonados a una alt¨ªsima abstenci¨®n que en los ¨²ltimos meses, tal vez por estrategia electoral y siempre con una nutrida cobertura medi¨¢tica, han sido muy visitados por Villepin. Uno de estos j¨®venes, embutido en la camiseta blanca de la selecci¨®n argelina de f¨²tbol, explic¨® por qu¨¦ ¨¦l y su grupo de 15 amigos hab¨ªan acudido al mitin: "Porque no es Sarkozy. Por ahora creemos a Villepin".

Tambi¨¦n Villepin supo referirse a esos j¨®venes en su discurso: "En lo referente a las banlieues, debemos salir de una pol¨ªtica condescendiente, de una pol¨ªtica todav¨ªa llena de reminiscencias coloniales".

Despu¨¦s, con la mira puesta en la siempre recurrente pol¨ªtica de seguridad de Sarkozy, Villepin asegur¨®: "No aceptamos que un Gobierno instrumentalice el miedo hacia el otro, el miedo hacia el inmigrante, el miedo hacia el extranjero, hacia el islam, negando la vocaci¨®n de Francia".

As¨ª, entre la raya diplom¨¢tica y la camiseta de Argelia ?De qui¨¦n es este nuevo partido? ?A qui¨¦n se dirige? Villepin dio algunas pistas: "Esto es un movimiento independiente, e ir¨¢ al encuentro de los que se consideran hu¨¦rfanos de la Rep¨²blica, a esos franceses que, elecci¨®n tras elecci¨®n, no votan ya. La mitad de Francia".

Y luego a?adi¨®: "A los que no se sienten ya representados, a los que consideran que su palabra ha sido confiscada. Esto es un movimiento de uni¨®n, m¨¢s all¨¢ de los partidos, abierto a todos, cualesquiera que sean los or¨ªgenes, creencias o compromisos: de derecha, de izquierda o de centro: gaullistas, liberales, centristas, socialistas o comunistas. En fin, una fuerza alternativa".

Explic¨® por qu¨¦ no basta con la UMP, el partido de Sarkozy: "Yo he sido de esa mayor¨ªa, pero como la mayor parte de los franceses, no me reconozco en las decisiones que ha tomado el Gobierno". Y tambi¨¦n por qu¨¦ el Partido Socialista no le convence: "Los socialistas se niegan a ver la realidad cara a cara, son incapaces de asumir las reformas indispensables y vuelven siempre a viejas f¨®rmulas".