Aprobado en la UE
Los pasos dados en pol¨ªtica econ¨®mica salvan el balance del semestre espa?ol
La presidencia semestral espa?ola de la UE que ahora llega a su t¨¦rmino se salda con un aprobado. Esta nota es la media entre el suspenso obtenido, si se relacionan los resultados con las expectativas levantadas por el Gobierno, y un m¨¢s que digno notable logrado si se comparan, en cambio, con la situaci¨®n de partida interna y externa de la Uni¨®n. Vender la piel del oso antes de cazarlo conlleva el riesgo de que, en ausencia de caza, la venta devenga frustrante. Algo as¨ª ha sucedido con la pol¨ªtica internacional del semestre, con la que se buscaba afirmar el papel de Europa como actor global. Pretensi¨®n jalonada por media docena de cumbres, en su mayor¨ªa fallidas. Sobre todo dos, la que deb¨ªan mantener la UE y EE UU, que Obama despreci¨® acuciado por problemas dom¨¦sticos y por considerar que el formato de dichos encuentros tiene poco de ¨²til; y la euromediterr¨¢nea, que deb¨ªa dotar de contenido a la estrenada Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo. El correcto desempe?o de las citas con Am¨¦rica Latina, vecinos como Marruecos y otras no compensa el fiasco de las principales.
Y no es que Espa?a o su Gobierno sean muy especialmente responsables de lo sucedido. Europa part¨ªa de horas muy bajas en el ¨¢gora internacional, como su muy secundario papel en la cumbre del cambio clim¨¢tico de Copenhague, subrayado por la sustituci¨®n de un eficaz responsable de su pol¨ªtica exterior, Javier Solana, por alguien de difuso, por no decir inexistente perfil, como la baronesa Ashton (por cierto, la candidata de Espa?a al puesto). Y estos meses no han hecho m¨¢s que subrayar su car¨¢cter prescindible: ante tensiones y conflictos como los de Ir¨¢n, Corea, Afganist¨¢n o el de Oriente Pr¨®ximo, o en pol¨ªticas transversales como la del desarme nuclear. Europa ni estaba con sus aportaciones en las principales encrucijadas, ni los principales protagonistas, como Estados Unidos, China y algunos otros pa¨ªses emergentes, la esperaban. El problema es que durante este semestre la Uni¨®n apenas ha hecho nada para revertir la situaci¨®n. La presidencia espa?ola no ten¨ªa la principal responsabilidad, pero s¨ª la compart¨ªa.
Tampoco en el ¨¢mbito social y ciudadano la cosecha ha estado a la altura de la siembra ret¨®rica. De la plet¨®rica agenda social prometida, quedar¨¢ en el mejor de los casos una orden de protecci¨®n europea contra la violencia de g¨¦nero y alg¨²n avance en cuestiones de sanidad. En el actual¨ªsimo y urgente tratamiento del problema del crecimiento del paro mediante pol¨ªticas activas espec¨ªficas no se ha producido ni una sola idea, ni un solo avance, ni un solo mensaje.
En cambio, el resultado ha sido notable en pol¨ªtica econ¨®mica y lucha contra la crisis financiera. Notable, porque al final se han tomado decisiones clave. Aunque siempre con retraso, siempre en la pr¨®rroga, siempre tras enormes desgarros que empeoraban la coyuntura. Ocurri¨® sobre todo con la crisis griega. Transcurrieron meses hasta establecer un mecanismo de rescate de los pa¨ªses del euro enfrentados a crisis de su deuda soberana. Meses en los que la indecisi¨®n de las instituciones, el particularismo de los Gobiernos y la falta de liderazgo facilitaron las especulaciones de los mercados financieros. Pero al fin se complet¨® la uni¨®n monetaria, y se esboz¨® un esquema de verdadera uni¨®n econ¨®mica.
Piezas clave son los esquemas de supervisi¨®n financiera, los controles de fondos especulativos y agencias de calificaci¨®n, los borradores para un Pacto de Estabilidad presupuestaria m¨¢s rigorista, la agenda 2020. Los avances institucionales son extraordinarios: mucho m¨¢s que el debate sobre el contenido de esa pol¨ªtica econ¨®mica. Por m¨¢s que cueste visualizarlo, tanto la crisis de este semestre como sus respuestas, aunque sean provisionales y tentativas, han sido gigantescas.
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