"El poder, con el caso del hotel del Palau, no ha podido controlarlo todo"
Daniel Jim¨¦nez Schlegl (Barcelona, 1966), abogado urbanista y doctor en Derecho. Dej¨® de dar clase en la Universidad en 2005 para ejercer por su compromiso social. Como abogado de la Asociaci¨®n de Vecinos del Casc Antic y de Vecinos en defensa de la Barcelona Vella, present¨® una batalla jur¨ªdica para paralizar el hotel del Palau al estimar que era un negocio privado amparado en el tr¨¢fico de influencias. En noviembre, present¨® una denuncia al fiscal que ha llevado a F¨¨lix Millet a prisi¨®n y hoy a declarar al juzgado al consejero de Econom¨ªa Antoni Castells. Por la comisi¨®n del Parlament, pasa hoy el promotor del hotel.
Pregunta. ?Le sorprende que su denuncia haya llevado al final a Millet a prisi¨®n?
Respuesta. S¨ª, porque era una cuesti¨®n estrat¨¦gica. No pretend¨ªamos enviar a nadie a la c¨¢rcel. El caso del hotel estaba pasando inadvertido dentro del esc¨¢ndalo Millet y pensamos que ten¨ªamos documentos que quiz¨¢ el fiscal no conoc¨ªa. Quer¨ªamos que valorara que hab¨ªa una voluntad lucrativa que extralimitaba el objetivo de la fundaci¨®n convirti¨¦ndose en una especulaci¨®n. Con la querella, el fiscal ha puesto de relieve la falta de inter¨¦s p¨²blico de la operaci¨®n al hablar de tr¨¢fico de influencias.
P. ?Cu¨¢ndo asume el caso?
R. Los vecinos me llamaron en 2007 tras recibir an¨®nimos. Nosotros defendemos la funci¨®n social del urbanismo y vimos que ese proyecto solo era bueno para el negocio privado: se destru¨ªa patrimonio hist¨®rico-arquitect¨®nico y se suprim¨ªa un equipamiento docente protegido. El inter¨¦s p¨²blico era injustificable.
P. ?Qu¨¦ papel tuvo entonces el Ayuntamiento?
R. Aprob¨® el proyecto inicial de modificaci¨®n del Plan General Metropolitano y presentamos alegaciones que no prosperaron. En 2008, se hizo un proceso de participaci¨®n promovido por la concejal Itziar Gonz¨¢lez. Pese a la voluntad de aunar el m¨¢ximo consenso, el hotel no se discut¨ªa y decidimos quedar fuera porque nac¨ªa viciado y era un parip¨¦. Recogimos 3.500 firmas y el Ayuntamiento hizo caso omiso. S¨®lo ERC se opuso al proyecto. Con la junta del Palau, no hablamos nunca.P. Patrimonio de la Generalitat tumb¨® parte del proyecto de hotel de Tusquets porque iba a tirar casas protegidas. ?Por qu¨¦ sigue con el contencioso en el juzgado?
R. Porque su dictamen fue insuficiente y atentatorio e hizo una valoraci¨®n pol¨ªtica, cuando no le tocaba, al decir que conven¨ªa hacer el hotel. Un informe de Veclus, aportado por Millet, admit¨ªa que dentro de las casas hab¨ªa elementos dignos de protecci¨®n. Presentamos un recurso ante el consejero de Cultura que fue desestimado. Y ahora hemos interpuesto otro por la v¨ªa judicial. El plan provisional del hotel se aprob¨® el d¨ªa 22, la v¨ªspera que los mossos registraran el Palau. Ya recog¨ªa el proceso participativo: el hotel era menos agresivo -pasaba de tener tres plantas de garaje a una- y Millet se quedaba un local. Presentamos otro contencioso porque no ve¨ªamos inter¨¦s p¨²blico.
P. La aprobaci¨®n definitiva se public¨® en el DOG el 28 de octubre con el caso Millet en pleno apogeo. ?Le sorprendi¨® que la Administraci¨®n no parara el hotel?
R. S¨ª y no solo por eso. Es como si Ayuntamiento hubiera mantenido un doble discurso: a principios de a?o, o pregunt¨® a la fundaci¨®n qu¨¦ quer¨ªa hacer con el suelo. Y esta contest¨® que equipamientos para el Palau y el barrio. Ellos sab¨ªan que hab¨ªamos denunciado el caso al fiscal y que ten¨ªamos dos contenciosos pero a¨²n as¨ª siguieron con la recalificaci¨®n.
P. El auto de la juez ha revelado multitud de contactos pol¨ªticos. ?Se imaginaba tantos?
R. No, pero como el pelotazo era evidente sospech¨¢bamos que habr¨ªa cruces de llamadas. Es el mundo de Millet, de esa clase social, de esas familias con poder e influencia. Son las esferas de palacio y es posible que en ellas haya contactos permanentes, relaciones de confianza y tratos de favor.
P. Habla de pelotazo...
R. La beneficiaria era Olivia Hoteles, que se apropia de un espacio p¨²blico, y al parecer Millet y Montull como intermediarios. La Generalitat, con la transferencia de aprovechamiento, ganaba su dinero pero sorprende que el Ayuntamiento no haya recibido las plusval¨ªas para la comunidad y solo haya actuado como gestor.
P. Ramon Garc¨ªa Bragado, concejal de Urbanismo, dice ahora que Millet le enga?¨®. ?Se lo cree?
R. En absoluto. Su m¨¦rito es que es el ¨²nico que da la cara y se traga todos los sapos. No es cierto que la operaci¨®n haya sido limpia y transparente: se ha demostrado por contactos y cartas que conoc¨ªan el cambio de titularidad de la fundaci¨®n a favor de Olivia Hoteles. Los convenios entre la Fundaci¨®n y la Generalitat y entre Ayuntamiento, Generalitat y Fundaci¨®n no se publicaron en el DOG. Y es extra?o que no existieran informes previos antes de la firma del convenio de Econom¨ªa. Ha habido oscurantismo y la Administraci¨®n ha allanado el terreno para que esto siguiera adelante.
P. El Ayuntamiento deshar¨¢ la recalificaci¨®n. ?Qu¨¦ har¨¢ con los dos contenciosos?
R. Esperar que se confirme. Pero quiero subrayar que han sido los vecinos quienes han actuado en defensa del inter¨¦s general en lugar de la Administraci¨®n, que favoreci¨® a particulares para permitir un negocio. Son los vecinos quienes merecen la Creu de Sant Jordi o la de la Ciutat y no Millet. La Administraci¨®n los ningune¨® por Millet y Montull. Es un clasismo inaceptable.
P. Le habr¨¢ sorprendido la rapidez de la juez De Rosa.
R. Es el contrapunto del juez Solaz. Desde la denuncia del fiscal al auto de prisi¨®n han pasado cuatro o cinco d¨ªas. Siempre que haya un juez y un fiscal que cojan el toro por los cuernos hay que seguir confiando en la justicia.
P. Tras tanta lucha en solitario, la satisfacci¨®n ser¨¢ grande...
R. S¨ª pero si no hubiera estallado el caso Millet, el proyecto habr¨ªa prosperado. Las grandes decisiones se toman en palacio sin contar con los vecinos. Y es un poco triste. En este caso, el poder no ha podido controlarlo todo. Lo escandaloso es el tr¨¢fico de influencias. Nos olvidamos que la Administraci¨®n ha de aplicar el mismo rasero a todos y en eso ha fallado.
P. ?Ha cobrado honorarios?
R. No, pero ha sido fascinante.
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