Pol¨ªticas de ¨¦xito
La noticia de que nuestros escolares ocupan los ¨²ltimos puestos del pa¨ªs por sus conocimientos, no parece haber afectado en exceso a la sociedad valenciana. Pasadas las reacciones del primer momento -todas ellas previsibles, por otra parte-, los datos publicados por el Ministerio de Educaci¨®n han desaparecido pr¨¢cticamente de las p¨¢ginas de los diarios. Si ello es consecuencia de la situaci¨®n econ¨®mica que padecemos, o del desinter¨¦s por la educaci¨®n, no sabr¨ªa decirlo. De momento, y ateni¨¦ndonos a los hechos, hemos de admitir que la ense?anza no es un problema prioritario para los valencianos. En cualquier caso, sorprende el escaso relieve que la oposici¨®n ha dado a un asunto que podr¨ªa haberle proporcionado un rendimiento pol¨ªtico. Muy pocas cosas -fuera del caso G¨¹rtel- mueven el ¨¢nimo de la oposici¨®n, siempre tan discreta y comedida.
El precario estado de la educaci¨®n valenciana que nos descubre el informe del ministerio, es resultado de una suma de problemas. A las dificultades que se enfrenta la ense?anza en el pa¨ªs, debemos a?adir las propias de la Comunidad. El turismo y la construcci¨®n, que han sido los pilares productivos de nuestro crecimiento, no necesitan una mano de obra cualificada. Esto ha originado la escasa valoraci¨®n social que entre nosotros tienen los estudios y hacen que nuestra tasa de abandono escolar sea de las m¨¢s altas del pa¨ªs. No repetiremos unos argumentos que los economistas han explicado de forma m¨¢s precisa, y en numerosas ocasiones.
Otra parte de los problemas que padecemos, hemos de buscarla en el comportamiento de nuestros gobernantes. Si los pol¨ªticos se hubieran limitado a ejercer sus funciones administrativas, es probable que nuestra educaci¨®n se encontrara en un estado muy superior al que se halla. Por desgracia, en lugar de aclarar las cosas, la Consejer¨ªa ha procurado complicarlas cuanto le ha sido posible. No se trata, como alguna vez se ha dicho, de una cuesti¨®n de ideolog¨ªa, sino de competencia. En el informe publicado por el Ministerio, los mejores resultados los obtienen comunidades gobernadas por el Partido Popular. Las declaraciones de Font de Mora, culpando al Gobierno central de provocar nuestro desastre, no tienen ning¨²n valor. Son absolutamente falsas. Con las leyes de Madrid, La Rioja aparece en el primer puesto. Pero esto no quiere explicarlo el consejero.
Aunque no estemos de acuerdo con ¨¦l, no deber¨ªamos menospreciar la actuaci¨®n de Font de Mora. Todas las medidas que ha tomado este hombre tienen un punto intencionado de provocaci¨®n, que ha sido muy meditado. El consejero sabe que su trabajo no es tanto procurar una buena formaci¨®n a los escolares como tener entretenidos a los padres y a los profesores. Si lo juzgamos bajo ese aspecto, el trabajo de Font de Mora gana muchos enteros y hay que atribuirle un ¨¦xito notable. El consejero ha conseguido reducir los problemas de la ense?anza -y, en la Comunidad Valenciana los problemas de la ense?anza son inacabables- a una serie de an¨¦cdotas sucesivas, que nos han enredado a todos de una manera u otra.
Mientras discut¨ªamos si hab¨ªa que impartir o no Educaci¨®n para la ciudadan¨ªa en ingl¨¦s, o decid¨ªamos qu¨¦ se hac¨ªa con el chino mandar¨ªn, Ciegsa -esa empresa de la que no hemos visto al d¨ªa de hoy un solo papel- constru¨ªa colegios con los sobrecostes m¨¢s altos del pa¨ªs.
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