Cuarenta a?os con la parcelaria
Las parroquias de Covas, en Ferrol, y Codeseda, en A Estrada, llevan m¨¢s de tres d¨¦cadas esperando el ordenamiento de su suelo rural
En la p¨¢gina web de Codeseda, la parroquia m¨¢s extensa de A Estrada, los datos hist¨®ricos -como los de los maestros asesinados durante la Guerra Civil-, los paisajes de ribera del Umia y algunas fotograf¨ªas antiguas de molinos, ferias y fuentes comparten protagonismo con un enlace sobre la interminable concentraci¨®n parcelaria que, desde hace m¨¢s de 30 a?os, intenta reducir el minifundismo tradicional gallego para aumentar la rentabilidad del campo. Un contador autom¨¢tico registra los 3.744 d¨ªas de espera desde el ¨²ltimo intento y los 13.728 acumulados desde que el gobierno de Franco la declarase de utilidad p¨²blica y ejecuci¨®n urgente en noviembre de 1972. La de A Estrada es la concentraci¨®n con m¨¢s a?os de atraso de toda Galicia. En la comunidad hay otros 163 procesos abiertos, la mayor¨ªa aprobados en los a?os noventa.
En la junta local de Esmelle ya han fallecido tres de sus ocho miembros
"Los j¨®venes ya no saben decir cu¨¢les son sus fincas", explica Carlos, propietario en la parroquia estradense y encargado de www.codeseda.com, donde los vecinos exponen puntualmente los pormenores de su concentraci¨®n que, aunque aprobada por decreto hace casi 40 a?os, no se reactiv¨® hasta el 2000, despu¨¦s de que los vecinos la solicitasen varias veces durante los noventa. La dificultad a la hora de encontrar a muchos propietarios -la emigraci¨®n dej¨® las tierras vac¨ªas- y los errores de unos planos demasiado antiguos alargaron la identificaci¨®n de las fincas. Los vecinos todav¨ªa no saben cu¨¢les ser¨¢n las nuevas parcelas, "y eso que Medio Rural lo prometi¨® para las navidades de 2009", apunta Carlos. Mientras tanto, y a la vez que se redacta el proyecto de concentraci¨®n, los agricultores de Codeseda siguen labrando sus antiguos minifundios. "No podemos hacer otra cosa. Esto ha paralizado totalmente el desarrollo de la zona", explica.
A falta de otro impulso, la ordenaci¨®n de 13.120 fincas r¨²sticas de Codeseda -que ser¨¢n 1.328 cuando termine la concentraci¨®n- avanza lentamente con cada proceso electoral. "Al menos eso es lo que se nos da a entender", afirma Carlos. Pocos d¨ªas antes de las elecciones locales de 2007, los vecinos fueron convocados a una reuni¨®n en la que se aprobaron las bases definitivas de su concentraci¨®n parcelaria, requisito imprescindible para continuar los tr¨¢mites. "Llev¨¢bamos a?os sin noticias", recuerda.
En todos estos a?os, el perfil socioecon¨®mico de Codeseda cambi¨® por completo. "Ahora casi nadie trabaja la tierra", reconoce Carlos. Las m¨¢quinas apuran estas semanas la construcci¨®n de los ¨²ltimos viales de acceso a las tierras. Las pistas de la concentraci¨®n, como todav¨ªa se las conoce en el rural gallego, est¨¢n pr¨¢cticamente acabadas en Codeseda, pero a¨²n hay concentraci¨®n para rato. Falta que los vecinos conozcan sus nuevas tierras -equivalentes en superficie y calidad a las anteriores-, que pase un largo plazo de alegaciones y que los propietarios reciban las escrituras de sus nuevas fincas. En otras parroquias rurales de Galicia el mismo proceso ha durado a?os.
"Esto se termina enseguida", le dec¨ªa el abuelo a Juan Canto, vecino de Covas -una parroquia del rural de Ferrol- cuando en los ochenta, reci¨¦n aprobado el decreto de concentraci¨®n, estudiaban los planos de sus fincas. Treinta a?os despu¨¦s, en Covas, Marmac¨®n, Mandi¨¢ y Esmelle, las cuatro parroquias de Ferrol que pretenden ordenar conjuntamente 2.000 hect¨¢reas, los propietarios de las nuevas fincas todav¨ªa no tienen escrituras. Y sin ellas no pueden, por ejemplo, poner sus fincas como aval de un cr¨¦dito o cobrar las expropiaciones a las que ha obligado la construcci¨®n del puerto exterior de Caneli?as, levantado en parte sobre terreno concentrado.
La ordenaci¨®n del rural ferrolano, que afecta tanto a fincas como a monte, se ha topado con numerosos atrancos en sus 30 a?os de historia: primero, porque Medio Ambiente suspendi¨® la concentraci¨®n en las parcelas cercanas al mar, aunque despu¨¦s la permiti¨®; luego, con el descubrimiento y consiguiente orden de protecci¨®n de un castro y, por ¨²ltimo, con la declaraci¨®n de la costa ¨¢rtabra como Lugar de Inter¨¦s Comunitario. Pero lo que indigna a los vecinos es la falta de informaci¨®n. "Jam¨¢s nos dijeron en qu¨¦ situaci¨®n estaban nuestras fincas", lamenta Canto.
Oficialmente, en Covas, Esmelle, Mandi¨¢ y Marmac¨®n solo falta la entrega de las escrituras de las fincas a sus nuevos due?os, pero han pasado tantos a?os que ni los miembros de la junta local de concentraci¨®n se f¨ªan de que vaya a cumplirse la promesa del conselleiro de Medio Rural, Samuel Ju¨¢rez, que en visita a la zona el pasado mayo anunci¨® que los t¨ªtulos de propiedad llegar¨ªan en un a?o a m¨¢s tardar. "Por aqu¨ª ya pasaron muchos partidos pol¨ªticos, siempre con la misma historia, y esto no se acaba", protesta Victoriano Rodr¨ªguez, uno de los dos vocales de la parroquia de Esmelle en la junta local de concentraci¨®n, que representa los intereses de los vecinos ante las administraciones. En sus 30 a?os de historia, la junta local, formada por ocho personas, ha perdido a tres de sus miembros, fallecidos sin ver terminada la ansiada ordenaci¨®n.
El proceso que empezaron los abuelos y siguieron los hijos es ahora cosa de los nietos. Pocos trabajan la tierra y el cansancio empieza a hacer mella. "Los vecinos han pasado de una fase reivindicativa a otra de desidia", reconoce el edil ferrolano Manuel Santiago. A diferencia de los propietarios de Codeseda, los de Covas, Esmelle, Marmac¨®n y Mandi¨¢ s¨ª saben qu¨¦ fincas les han adjudicado, al menos provisionalmente, porque todav¨ªa est¨¢n por resolver las alegaciones al reparto. "Sin papeles no podemos comprar ni vender. Podemos hacer una escritura privada, pero es m¨¢s cara y si queremos hacerlo bien, legalmente, necesitamos la p¨²blica", explica Rodr¨ªguez.
Juan Canto recurre varias veces al adjetivo "kafkiano" al recordar los pormenores de la concentraci¨®n parcelaria en su parroquia de Covas. Junto a un centenar de vecinos, ha presentado ante el Tribunal Superior de Xustiza una demanda por da?os y prejuicios que ya ha sido admitida a tr¨¢mite. Su objetivo, que se le reconozcan a los vecinos los trastornos derivados de tantos a?os de incertidumbre. "No plantamos ni un pino porque ma?ana la tierra puede ser de otro. Todav¨ªa faltan accesos, nuevos planos -Caneli?as dividi¨® varias propiedades- y marcos", enumera. Su vecino Victoriano Rodr¨ªguez se queja del abandono de lo ya hecho, como las pistas de concentraci¨®n, transferidas al Ayuntamiento dos a?os despu¨¦s de su apertura. "No se limpian, salvo que est¨¦n vinculadas a alg¨²n itinerario tur¨ªstico", se queja.
Lo que s¨ª se mueve, y a pasos agigantados, es el abandono del rural. Manuel Santiago calcula que el censo agrario en Covas, Marmac¨®n, Esmelle y Mandi¨¢ no supera el 0,25% de la poblaci¨®n activa. "Y los que lo pagan, lo hacen para tener derecho a la jubilaci¨®n, pero no viven de esto", puntualiza.
Los primeros s¨ªntomas ya se vislumbraban hace 30 a?os, reci¨¦n aprobada la concentraci¨®n. "Por entonces la gente ya prefer¨ªa trabajar en el sector naval", recuerda Juan Canto. Junto a otros propietarios de Covas ha creado una asociaci¨®n, A Chousa, para exigir que se aceleren los tr¨¢mites y organizar el futuro del campo ferrolano a trav¨¦s de cooperativas cuando llegue el momento: "Un monte ya no tiene sentido con menos de 20 ¨® 30 hect¨¢reas, y tampoco queremos dejar las tierras abandonadas, porque el agr¨ªcola es el ¨²nico uso que podemos darles".
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