Aquel 12 de junio de 1985
Aquel 12 de junio de 1985 fue un d¨ªa lleno de emociones para muchos espa?oles. No todas fueron buenas emociones. Recuerdo muy bien que, durante mucho tiempo, Felipe Gonz¨¢lez nos hablaba de aquel "terrible 12 de junio" porque no solo se hab¨ªa firmado el Tratado de Adhesi¨®n de Espa?a a la Comunidad Europea, sino que ese d¨ªa ETA hab¨ªa asesinado al coronel Vicente Romero Gonz¨¢lez, a su conductor Juan Garc¨ªa Jim¨¦nez, al polic¨ªa nacional Esteban del Amo Garc¨ªa y al brigada Jos¨¦ Millarengo de Bernardo. Fueron v¨ªctimas de la intenci¨®n b¨¢rbara de ETA de enlutar un d¨ªa de esperanza y de ensombrecer el futuro. Lo segundo no lo consigui¨® entonces ni ahora.
Aquel acto solemne al anochecer, en el palacio Real de Madrid, supon¨ªa la concreci¨®n de un anhelo. Mientras asist¨ªa a la ceremonia, pensaba en el largo camino recorrido desde que Salvador de Madariaga y otros exiliados asistieran al Congreso del Movimiento Europeo de La Haya en 1948, pasando por quienes, como mi padre, asistieron al Congreso de M¨²nich de 1962 y por quienes crearon las primeras asociaciones europeas en Espa?a en los a?os cincuenta. Me acordaba de todos los que negociaron nuestra adhesi¨®n desde 1977 y que, sin duda, merecen el reconocimiento de todos los espa?oles.
Espa?a necesita a Europa tanto como ella nos necesita a nosotros. Solidaridad es la palabra clave
Adem¨¢s, iba a ser el principio de mi colaboraci¨®n ininterrumpida en temas europeos a lo largo de una d¨¦cada, ocho a?os con el presidente Felipe Gonz¨¢lez y dos a?os con Enrique Bar¨®n cuando este fue el primer espa?ol presidente del Parlamento Europeo. Con Bar¨®n, pionero en iniciativas que hoy parecen evidentes pero que entonces eran audaces, aprend¨ª y sufr¨ª que en pol¨ªtica es muy importante tener raz¨®n en el momento preciso, ni antes ni despu¨¦s. Con Felipe Gonz¨¢lez lo aprend¨ª todo y tambi¨¦n que no basta con tener raz¨®n, es preciso que los dem¨¢s te la reconozcan.
Esa d¨¦cada de 1985 a 1995 ha sido definida por algunos como la d¨¦cada de la "gran galopada europea" porque coincidieron grandes ambiciones, personalidades pol¨ªticas muy europe¨ªstas, cambios fundamentales en la escena mundial y una clara voluntad de hacer una Europa no solo econ¨®mica, sino pol¨ªtica. En ese tiempo se defini¨® y se consolid¨® el papel de Espa?a como uno de los socios europeos m¨¢s importantes y de mayor confianza y participaci¨®n en la construcci¨®n del proyecto europeo. No fue un camino f¨¢cil, todo hab¨ªa que ganarlo palmo a palmo. Unos con su buen hacer y su lucha constante en Bruselas y en otros sitios (por algo nos llamaron al principio "los prusianos del Sur") y otros desde su responsabilidad de gobierno.
Creo que hubo cinco momentos muy importantes que definieron la verdadera dimensi¨®n de Espa?a en Europa: 1) La propuesta de la "ciudadan¨ªa europea" lanzada por vez primera por Felipe Gonz¨¢lez en una conferencia en Bruselas en diciembre de 1988 y retomada dos a?os despu¨¦s. 2) La primera presidencia espa?ola de la CE en 1989, culminada con el Consejo Europeo de Madrid en el que se aprob¨® el informe Delors para la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria. 3) El apoyo incondicional a la unidad alemana al caer el muro de Berl¨ªn, algo decisivo para obtener siempre el respaldo alem¨¢n y del canciller Kohl (este dec¨ªa siempre que le sobraban los dedos de una mano para contar a los l¨ªderes que le hab¨ªan apoyado en el proceso de unidad). 4) El Consejo Europeo de Maastricht en 1991 con la aprobaci¨®n del Tratado de la Uni¨®n Europea, de la moneda ¨²nica y, sobre todo, del Fondo de Cohesi¨®n, que supon¨ªa la concreci¨®n del principio de cohesi¨®n econ¨®mica y social, otra gran aportaci¨®n espa?ola. 5) Los resultados del Consejo Europeo de Edimburgo en 1992, donde Espa?a consolid¨® una posici¨®n muy ventajosa con los Fondos Estructurales en el llamado paquete Delors II. Esto supuso una inyecci¨®n impresionante de financiaci¨®n para nuestro pa¨ªs en los siguientes 10 a?os.
Para construir una Uni¨®n Europea verdaderamente pol¨ªtica hacen falta dos elementos fundamentales: grandes dosis de solidaridad y una afinidad de sentimientos. Sin ambos se puede trabajar en un gran mercado, pero no se puede compartir una casa ni un proyecto com¨²n. Espa?a ha sido muy solidaria y a su vez ha recibido muchas muestras de solidaridad. Espa?a ha sido y es un pa¨ªs muy af¨ªn al esp¨ªritu de un ambicioso proyecto pol¨ªtico europeo como el ¨²nico que puede garantizar el progreso, la estabilidad y la seguridad de nuestro pa¨ªs y del continente.
Hoy, 25 a?os despu¨¦s, en plena crisis econ¨®mica espa?ola y europea, aprendamos de la historia, respetemos y valoremos a todos aquellos que hicieron posible que Espa?a fuese y sea un socio de referencia en el proyecto europeo. Olvidemos el pesimismo, para concentrarnos en lo que podemos hacer juntos para que lo alcanzado hasta ahora no se malogre. Si ahora toca sacrificarse, tendremos que hacerlo todos, sin excepci¨®n. Cualquier otra alternativa nos lleva a un futuro peor que el presente. Necesitamos a Europa tanto como ella nos necesita a nosotros. Solidaridad es la palabra clave.
Josep Pons Irazaz¨¢bal es embajador de Espa?a en Viena.
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