Melod¨ªas para viajeros bajo tierra
Grupos de folk, rock y 'latin-jazz' act¨²an en el Intercambiador de Moncloa
Una guitarra ac¨²stica suena mientras usted, probablemente con prisa, baja las escaleras del Intercambiador de Moncloa. Lo sorprendente no es que haya gente tocando, sino que un grupo completo monte un concierto, escenario y t¨¦cnicos de sonido incluidos. La primera pregunta que algunos viajeros de Metro hacen es: "?Son conocidos?". Uno nunca sabe, en el subterr¨¢neo han tocado Rosana y O'Funk'illo, por poner solo dos ejemplos.
La mayor¨ªa de los que pasan le dedican poco tiempo a la escucha de esta iniciativa del Consorcio Regional de Transportes, que empez¨® ayer y que se repite hoy. El motivo era celebrar el D¨ªa de la m¨²sica. "Creo que voy a perder el autob¨²s", se r¨ªe Evelia, una chica que ha ido reduciendo la marcha progresivamente al encontrarse de sopet¨®n con el pop ac¨²stico del d¨²o Ernest. Ellos han sido los encargados de abrir este marat¨®n de actuaciones programado de las 15.00 horas a las 22.30, en el acceso desde del Ministerio del Aire, planta -2. Un chico con gafas de sol analiza de arriba abajo a los dos guitarristas y cantantes. Contesta con movimientos de cabeza, para aprovechar mejor los dos minutos que puede dedicarles.
"La idea era mostrar grupos nuevos", explica un organizador
Despu¨¦s de Ernest, tocan Before de Blue, Jos¨¦ Luis Subtil, Ic¨ªar ?lvarez y Doctor Zoidberg. Despu¨¦s llega el latin-jazz de Jaime Vasquez y la Calle Mora. Vikxie y Vanila Base cierran este variado lunes.
Hoy, tomar¨¢n el relevo Vinegar Works, los boleros de Hannibal Ariel, el pop-rock de Jace y Loly, Shane, Cool y Walden Uno. Calocando traer¨¢n flamenco fusi¨®n y Otra Cara se anuncian como rock-metal. La mayor¨ªa no tienen disco publicado.
"Este es uno de nuestros temas. Lo vamos a volver a tocar, porque la gente est¨¢ pasando...", se disculpa Juan, de Ernest, ante los pocos que aguantan m¨¢s de dos canciones seguidas. "No digas nada, que no se hab¨ªan dado cuenta", bromea Alberto ante su escasa audiencia, que va mutando cada poco. "Solemos tocar en Preciados. Aqu¨ª no pagan, pero es una buena iniciativa. En muchos bares, lo ¨²nico que les importa es la gente que puedas meter", opinan ambos. "Yo no puedo dedicarme a pedir a mis amigos que vengan a verme y, encima, que paguen entrada", apunta Juan.
Ricardo tiene que esperar el autob¨²s 664. En vez de quedarse en su d¨¢rsena, este universitario prefiere sentarse y comer algo mientras ve los conciertos. "Esto es cultura de paso", define, encantado de que le amenicen la media hora de espera.
Un chico de unos 18 a?os mira embelesado el escenario. "Tengo sentimientos encontrados", dice dudoso. "Mand¨¦ mi maqueta y no me han seleccionado. Soy Alonsorgaz. Ese es mi MySpace", aprovecha.
Es el primer a?o que se organiza. "Hicimos una selecci¨®n entre las 32 maquetas que nos han enviado. La idea era ofrecer grupos nuevos", dice unod e los responsables. Como Jos¨¦ Luis Subtil, que se estrena. "Es una buena manera de foguearse", dice. No parece importarle que tengan que escucharle sin perder de vista otro ritmo, el del reloj.
Marat¨®n de conciertos. Intercambiador de Moncloa. Gratuito.
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