"Todas las sinfon¨ªas de Mahler suenan como ¨®peras"
Hoy s¨¢bado 26 de junio, Claudio Abbado (Mil¨¢n, 1933) cumple 77 a?os. Las suyas han sido dos vidas. En la primera se convirti¨® en leyenda de la m¨²sica en todo el mundo. La segunda se la tom¨® con m¨¢s calma. La inici¨® precisamente en Lucerna, en el verano de 2003, dirigiendo la Segunda Sinfon¨ªa de Gustav Mahler, que no por capricho se conoce como Resurrecci¨®n. "Yo prefiero llamarlo continuaci¨®n, en mi caso, no resurrecci¨®n. Pero es verdad. Ahora dispongo de m¨¢s tiempo para estudiar, para profundizar y meterme dentro del repertorio, desde el barroco a la m¨²sica contempor¨¢nea". Abbado se repuso entonces de un c¨¢ncer que casi lo fulmina. Pero, como dice su amigo y colega Mariss Jansons, "la m¨²sica lo salv¨®". Actualmente se recupera en Italia de una serie de actuaciones muy exigentes en Berl¨ªn que le han exigido un reposo decretado por los m¨¦dicos. Quiere reaparecer como nuevo en Lucerna. Hace siete a?os retom¨® su actividad como director precisamente al frente de la orquesta del festival suizo. "La hab¨ªa creado Toscanini y la idea inicial era juntar a los mejores de otras orquestas, grupos de c¨¢mara y solistas para tocar all¨ª en verano. Desde que hemos empezado he hecho grandes amigos", asegura Abbado. El clima funciona. "Confiamos mutuamente unos en otros, compartimos el amor y la pasi¨®n por nuestro trabajo y tenemos la misma filosof¨ªa acerca de c¨®mo debemos escuchar la m¨²sica. La ejecutamos en una formaci¨®n grande pero prestamos atenci¨®n a quien est¨¢ al lado como si interpret¨¢ramos m¨²sica de c¨¢mara. Es esencial". El m¨¦todo lo define. Tambi¨¦n a muchos de su generaci¨®n y ha calado en varios l¨ªderes de las posteriores. Es una concepci¨®n del arte sinf¨®nico que sin ir m¨¢s lejos comparte su sucesor en la Filarm¨®nica de Berl¨ªn, el brit¨¢nico Simon Rattle.
Desde su regreso a Lucerna, Abbado ha abordado principalmente a Mahler en el festival. Este a?o se estrena con Fidelio, de Beethoven, pero dedicar¨¢ dos conciertos al compositor austriaco. "Es el gran revolucionario del siglo XIX y el XX. El puente entre el romanticismo y la escuela de Viena. Mahler jam¨¢s compuso una ¨®pera, pero todas sus sinfon¨ªas suenan como ¨®peras, lo mismo que las grandes obras de Wagner pueden entenderse como enormes poemas sinf¨®nicos. Hoy ¨¦l nos sigue ense?ando a todos que no hay l¨ªmites en la evoluci¨®n de la m¨²sica".
Lucerna no ha sido el ¨²nico pilar en esta segunda vida de Abbado. Tambi¨¦n ha salido en busca de talentos fuera de Europa. Su colaboraci¨®n con el sistema de orquestas de Venezuela, montado por Jos¨¦ Antonio Abreu, premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes, ha sido otra de sus prioridades. Ha puesto en pr¨¢ctica un entendimiento activo con la juventud. "Las nuevas generaciones de m¨²sicos son mucho m¨¢s abiertas que nosotros. Los m¨¢s veteranos les podemos brindar experiencia. La interacci¨®n entre generaciones es fundamental para la m¨²sica".
Eso lo aplica Abbado sobre el escenario. "Por ejemplo, los dos principales segundos violines de la orquesta de Lucerna son Hanns-Joachim Westphal y Raphael Christ. El primero es miembro de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn desde hace 50 a?os. Empez¨® su carrera con Furtw?ngler y siempre ha sido el alma de la orquesta. Se sienta con Christ uno de los m¨²sicos m¨¢s j¨®venes y miembro de la Orquesta Mozart de Bolonia".
Claudio Abbado dirigir¨¢ la Orquesta del Festival de Lucerna y la Mahler Chamber Orchestra los d¨ªas 12, 15, 20, 21 de agosto en el Festival de Lucerna. Los d¨ªas 17 y 18 de octubre dirigir¨¢ la Novena sinfon¨ªa de Mahler, con la Orquesta del Festival de Lucerna, en el Auditorio Nacional de Madrid, dentro del ciclo Iberm¨²sica. El 20 de octubre ofrecer¨¢ el mismo concierto en la Salle Pleyel de Par¨ªs.
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