Retrato del ¨¦xito y el fracaso
EL PA?S visita y busca las razones de los resultados opuestos de Castilla y Le¨®n y Valencia en Primaria - El factor socioecon¨®mico y la gesti¨®n son determinantes
Isabel Mart¨ªn, profesora de 4? de primaria en el colegio p¨²blico Marina Escobar de Valladolid, no sabe muy bien qu¨¦ es lo que est¨¢n haciendo mejor en Castilla y Le¨®n para que sus resultados escolares sean de los m¨¢s altos de Espa?a. Jos¨¦ Manuel P¨¦rez, director del colegio Santa Teresa, en pleno centro de Valencia, est¨¢ sinceramente sorprendido por los malos resultados en su comunidad. Y a C¨¦sar, un chaval de siete a?os del colegio de Santoyo, una peque?a poblaci¨®n de 250 habitantes a media hora de Palencia, le dan bastante igual las evaluaciones; lo que le gusta es la m¨²sica y quiere ser astronauta o polic¨ªa.
En realidad, hay muchas razones que pueden ayudar a entender por qu¨¦ Castilla y Le¨®n est¨¢ en los puestos de cabeza en todas las competencias examinadas en la evaluaci¨®n de 4? de primaria (ling¨¹¨ªstica, matem¨¢tica, cient¨ªfica y social) y la Comunidad Valenciana, en los de cola (un poco por encima de Baleares y Canarias). Por ejemplo, que en Castilla y Le¨®n, con la mitad de docentes, destinan a formaci¨®n del profesorado casi ocho millones de euros m¨¢s que en Valencia.
Los castellanos destinan ocho millones m¨¢s a formaci¨®n docente
La confianza en la educaci¨®n ayuda; un ambiente crispado desanima
Las diferencias escolares de ambas regiones ya exist¨ªan en el siglo XIX
El contexto influye en los resultados, pero se puede compensar
En el mundo rural o estudias o te quedas en el pueblo, dicen en Castilla y Le¨®n
En el campo hay tan pocos alumnos que casi reciben clases particulares
La construcci¨®n y el turismo han relegado la escuela en Levante
Valencia tiene m¨¢s inmigraci¨®n y un alumnado mucho m¨¢s heterog¨¦neo
Hay tambi¨¦n razones hist¨®ricas, de desarrollo de la escuela, de contexto poblacional y social, pero tambi¨¦n hay diferencias de inversi¨®n (m¨¢s gasto por alumno, menos alumnos por profesor) y de gesti¨®n a favor de los castellanos. Solo un detalle ilustrativo. Aparte de la evaluaci¨®n que ha hecho el ministerio con una muestra de alumnos de toda Espa?a, cada comunidad hace una prueba a todos los alumnos de todos los centros; con sus resultados, cada colegio castellanoleon¨¦s tiene que hacer un plan de mejora para el a?o que viene -en el Mariana Escobar de Valladolid, por ejemplo, han decidido que los alumnos hagan, al menos, una redacci¨®n a la semana-. Sin embargo, cuando les llega, solo "si el centro tiene voluntad, lo estudia y se hace algo", dice el secretario del colegio p¨²blico Cervantes de Valencia.
Pero, sobre todo, aunque pueda estar relacionado con todo lo anterior, hay un ambiente de confianza en la escuela y en la educaci¨®n, por un lado, y un des¨¢nimo generalizado dentro de un contexto de confrontaci¨®n continua entre administraci¨®n y distintos sectores educativos, por otro, que puede estar lastrando ese elemento tan difuso, tan dif¨ªcil de medir en informes como es la motivaci¨®n de alumnos, profesores y padres, uno de los factores que m¨¢s influyen en el buen funcionamiento de una escuela.
Si se traslada la lupa de primaria a secundaria, Castilla y Le¨®n vuelve a estar arriba, mientras la Comunidad Valenciana vuelve a mostrar serios problemas: tiene la segunda tasa m¨¢s baja de ¨¦xito en ESO, un 62,2%, solo por detr¨¢s de Baleares.
En la comparaci¨®n de estas dos comunidades, ambas extensas y gobernadas por el PP, se encuentran importantes diferencias de contexto. Hay algo m¨¢s del doble de alumnos valencianos que castellanoleoneses, sin embargo, en Castilla y Le¨®n la dispersi¨®n es enorme, con un vasto territorio donde el 35% del alumnado es rural.
Por otra parte, Valencia ha sufrido un aumento del 12% en la ¨²ltima d¨¦cada en su poblaci¨®n escolar -mientras en Castilla y Le¨®n el descenso ha sido del 13%-, lo que condiciona las necesidades de construcci¨®n de colegios; una de las grandes quejas de padres y sindicatos valencianos es que faltan plazas en la escuela p¨²blica. Adem¨¢s, los valencianos tienen una alta inmigraci¨®n (un 12% del alumnado). Y, sobre todo, uno de los factores que los estudios internacionales y nacionales marcan como prioritarios para explicar el ¨¦xito educativo: el nivel socioecon¨®mico y cultural de la poblaci¨®n; los castellanoleoneses parten con ventaja.
Sin embargo, estos ¨²ltimos est¨¢n por encima de lo que cabr¨ªa esperar por su ¨ªndice econ¨®mico, y Valencia, por debajo. "La Comunidad Valenciana tiene unos niveles de rendimiento inferiores a los que corresponder¨ªa por su ¨ªndice socioecon¨®mico", asegura el profesor de Psicolog¨ªa Evolutiva y de la Educaci¨®n de la Universidad de Sevilla Jes¨²s Palacios.
?Qu¨¦ ocurre entonces? "Aqu¨ª hay dos posibilidades: estudiar o estudiar", resume el viceconsejero de Educaci¨®n castellano, Fernando S¨¢nchez-Pascuala. "En los pueblos siempre se le ha dado mucha importancia", a?ade C¨¦sar Arenas, responsable de estudios de CC OO en Castilla y Le¨®n.
"Tienen que estudiar para tener m¨¢s posibilidades. Si luego se quieren quedar en el pueblo, que se queden, pero que sea por decisi¨®n propia". Mar¨ªa Teresa Gonz¨¢lez es la madre de C¨¦sar (7 a?os) y Eva (4), alumnos del colegio unitario de Santoyo (Palencia). En este peque?o pueblo, la mayor¨ªa se dedica a la agricultura o a la construcci¨®n, cuenta la maestra, Concha Aguado. El colegio, ubicado en una habitaci¨®n del Ayuntamiento, tiene una sola profesora (apoyada varias veces a la semana por un profesor itinerante de ingl¨¦s o una de m¨²sica), para cinco alumnos: tres de educaci¨®n infantil y dos de primaria, C¨¦sar, que est¨¢ en 2?, y Claudia en 1?. Falla la parte social, dice Aguado, pero adquieren una base muy buena: "Los peque?os aprenden much¨ªsimo porque escuchan las explicaciones de los mayores", asegura. "Son clases particulares", a?ade a la salida del cole Piedad del Blanca (41 a?os), la madre de Paula, otra de las ni?as peque?as, en la plaza del pueblo. Muy cerca, est¨¢ terminando de colocar el escenario para las fiestas Enrique P¨¦rez (40 a?os), el padre de Claudia (6 a?os) y ?lex (4). Su mujer trabaja en Palencia, ¨¦l, en el campo, e insiste: "Hay que estudiar, eso es lo primero, y luego ya se ver¨¢".
Las expectativas de padres y alumnos son uno de los factores que marcan m¨¢s distancias entre los resultados de los alumnos en esta evaluaci¨®n (unos 76 puntos de diferencia sobre una media de 500 entre los que solo esperan terminar la ESO y los que quieren ir a la universidad). Y, aunque est¨¢ relacionado, a¨²n m¨¢s grandes son las diferencias dependiendo del nivel cultural de los padres, medido rudimentariamente con los libros que hay en las estanter¨ªas familiares: a los que tienen menos de 10 vol¨²menes les separan 80 puntos de diferencia con los que tienen m¨¢s de 100 libros en casa.
El catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Complutense Julio Caraba?a public¨® en 2008 un trabajo en el que buscaba las claves de las diferencias entre pa¨ªses y regiones en el famoso informe Pisa. En ¨¦l pon¨ªa de manifiesto c¨®mo muchas de las distancias que hoy se dibujan entre las comunidades se pod¨ªan ver ya en 1860: Castilla y Le¨®n ten¨ªa escolarizados en torno al 70% de los ni?os de seis a nueve a?os, y sobre un 30% de ni?as; mientras que Valencia, en los ¨²ltimos puestos, escolarizaba alrededor de un 30% de chicos y chicas. "Si la demanda de escuela en 1860 tiene algo en com¨²n con el aprendizaje en el a?o 2006, ese algo tiene que ser de naturaleza motivacional. Hay tradiciones culturales fuertemente enraizadas, aparentemente en el territorio, pero realmente en la familia, como el voto", escribe Caraba?a.
La secretaria auton¨®mica de Educaci¨®n de Valencia, Concepci¨®n G¨®mez, recuerda que las diferencias entre comunidades en el informe de primaria han sido peque?as (unos 70 o 90 puntos de media), en comparaci¨®n con las que hay entre los alumnos que estudian dentro de un mismo colegio (hasta 400). Y a continuaci¨®n asegura que no se pueden comparar los resultados de Valencia (pero tampoco los de Catalu?a, Baleares o Murcia), que han sido, en general, m¨¢s bajos que en la mitad norte de la pen¨ªnsula, con los de Castilla y Le¨®n, porque el arco mediterr¨¢neo tiene unas caracter¨ªsticas especiales. La cuesti¨®n es si el auge econ¨®mico de estas autonom¨ªas en los ¨²ltimos a?os, con gran abundancia de trabajo poco cualificado en la construcci¨®n o el turismo, no solo han influido en el n¨²mero de j¨®venes que dejan de estudiar y se ponen a trabajar con 16 a?os, sino en los resultados de toda la escuela, dice. De momento, la consejer¨ªa est¨¢ haciendo su propio estudio. Guillermo Mart¨ª, responsable educativo de UGT en la comunidad, en esto, y en poco m¨¢s, est¨¢ de acuerdo con la secretaria y lo expresa de forma tajante: "El dinero r¨¢pido en la construcci¨®n ha ido deteriorando el sistema".
La consejer¨ªa se queja en un documento de la forma en que se ha hecho la evaluaci¨®n porque no se han tenido en cuenta los contextos "pluriling¨¹es" de las comunidades con dos lenguas cooficiales -Pa¨ªs Vasco no est¨¢ incluido en las clasificaciones oficiales en dos de los ex¨¢menes por problemas al traducir algunas preguntas al euskera, seg¨²n el ministerio-. As¨ª, se le echa la culpa al dise?o de la prueba y no al hecho en s¨ª de ser comunidades biling¨¹es. No hay suficiente evidencia cient¨ªfica hasta el momento que permita cerrar tajantemente este debate, pero, por ejemplo, en el informe Pisa, Galicia y Euskadi (otra vez del tercio norte peninsular) tienen mejores resultados que la media espa?ola tanto en lengua como en matem¨¢ticas.
La inmigraci¨®n es otro elemento a tener en cuenta, mucho menor en Castilla y Le¨®n. A Francisco Tomillo, director de secundaria y presidente de la Asociaci¨®n de directores de Castilla y Le¨®n, le parecen sorprendentes los buenos resultados de los escolares de su comunidad. "Aqu¨ª se hacen muchas cosas mal, lo que ocurre es que el alumnado es muy homog¨¦neo. Hay mejores resultados porque hay menos alumnos dif¨ªciles", sostiene.
Es cierto que la gesti¨®n en ambas comunidades esconde luces y sombras. El gasto por alumno es mucho menor en Valencia: 6.986 euros, frente a 5.738 (la media espa?ola es 6.207). Hay que tener en cuenta esa dispersi¨®n castellana, con muchos escolares del campo, m¨¢s caros de atender. Probablemente, aquellos cinco ¨²nicos alumnos del centro de Santoyo salgan a mucho m¨¢s de esos 6.900 euros por cabeza, dejando a los de las ciudades con una cifra que se aproximar¨¢ m¨¢s al dato valenciano. Algo parecido ocurre con el n¨²mero de alumnos por profesor. En cualquier caso, es muy dif¨ªcil de calcular. Por otra parte, el abandono escolar temprano ha aumentado en Castilla y Le¨®n en la ¨²ltima d¨¦cada, hasta el 27,1% en 2009, mientras que la Comunidad Valenciana lo ha reducido en tres puntos, hasta el 32,9%, y que el a?o pasado el presupuesto educativo aument¨® en la comunidad mediterr¨¢nea un 5% y solo un 0,9% en la castellana. Aunque las cifras castellanas son mejores en general.
"La administraci¨®n no invierte, la educaci¨®n no es una prioridad", se queja en Valencia Guillermo Mart¨ª, de UGT. Sindicatos, padres y un buen n¨²mero de profesores consultados para este reportaje lamentan que a la consejer¨ªa, encabezada por Alejandro Font de Mora, no le preocupan las verdaderas prioridades, sino temas que les parecen intrascendentes y peregrinos como incluir chino como idioma optativo cuando la ense?anza del ingl¨¦s a¨²n no funciona, subvencionar los uniformes en la escuela p¨²blica o dar Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa en ingl¨¦s. Aquello, que finalmente paraliz¨® un tribunal, "fue la gota que colm¨® el vaso", dice la presidenta de las asociaciones de padres de Valencia, Mar¨ªa Jos¨¦ Navarro, y moviliz¨® a padres y profesores de tal manera que el curso pasado estuvo marcado por huelgas, paros y manifestaciones. Y, despu¨¦s de aquello, la desmotivaci¨®n, a?aden varios profesores.
Sin embargo, el consejero de Educaci¨®n castellanoleon¨¦s, Juan Jos¨¦ Mateos, asegura que en general no hay conflictos, y esa fama tienen en toda la comunidad educativa espa?ola.
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