La castraci¨®n
No han conseguido la cabeza en bandeja del catal¨¢n. Eliminar su condici¨®n de lengua vehicular en la ense?anza. No nos enga?emos. Esa era la pretensi¨®n central de quienes presentaron recurso de castraci¨®n al Estatut, despu¨¦s de haber sido aprobado en el Parlamento catal¨¢n, reformado y votado en el Congreso de los Diputados y refrendado por los ciudadanos. Y eso s¨ª que ser¨ªa, en imagen del celebrado Amin Maalouf en Identidades asesinas, la peor manera de herir a una pantera, de humillar al otro. Mientras se exprime con ardor sectario la sentencia del TC, yo me he ido contentando despu¨¦s de conocer otro veredicto de alt¨ªsimo tribunal, el Supremo de EE UU, que por un solo voto de diferencia ha ratificado el derecho a poder comprar y portar armas sin restricciones, imponiendo adem¨¢s esa "libertad" a las ciudades que se hab¨ªan declarado espacios libres de armas. Qu¨¦ maravilla el poder regalar a tu amor, el d¨ªa de Acci¨®n de Gracias, un fusil ametrallador comprado en la tienda de la esquina. Eso s¨ª que es una identidad y lo dem¨¢s son pamplinas. Y ya que andamos por coordenadas Far West, me gustar¨ªa difundir una noticia que reafirma el nivel de excelencia en que vive Galicia, una vez restablecida la milenaria normalidad conservadora. Resulta que el actual Gobierno ha decidido la destrucci¨®n de 192.000 libros de texto escolares (entregados gratuitamente por el malvado bipartito, que presid¨ªa el temible Touri?o), despu¨¦s de haber aprobado un nuevo decreto ling¨¹¨ªstico que establece la prohibici¨®n de ense?ar en gallego, en cualquier nivel, las materias troncales de matem¨¢ticas, f¨ªsica y qu¨ªmica y tecnolog¨ªa. Imag¨ªnense en qu¨¦ perplejidad filol¨®gica me encuentro cuando, en democracia, y desde la propia autonom¨ªa, te imponen que la lengua en que tu madre hac¨ªa las cuentas para pagar la luz y sacar adelante una familia no sirve para sumar en la escuela. Como proclam¨® don Manuel en La Habana, ?manda carallo!
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