Perros que cambian la vida
Animales adiestrados ayudan a personas invidentes a vivir con autonom¨ªa
Alba y su perro Tori son inseparables. De hecho, Alba afirma: "No es un perro, soy yo misma". Alba de Toro tiene 22 a?os y estudia Traducci¨®n e Interpretaci¨®n en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Es invidente de nacimiento, pero derrocha empuje, valent¨ªa y curiosidad por descubrir el mundo. En esto le ayudado mucho su perra labrador, Tori. "Con ella ha habido un antes y un despu¨¦s. Antes viv¨ªa con mis padres en L'Ametlla del Vall¨¨s, pero Tori me ha dado la oportunidad de hacer cosas que antes no me habr¨ªa planteado", afirma orgullosa. Y es que desde que le dieron a Tori, hace cuatro a?os, se ha independizado, vive en Barcelona, ha viajado a la India a hacer un voluntariado e incluso ha vivido un a?o en Manchester (Reino Unido) cursando un Erasmus. El pasado verano se fue de vacaciones a Israel. "Heicimos autoestop, dormimos en el bosque", comenta entre risas y recordando las aventuras vividas.
Antes de contar con Tori, Alba utilizaba un bast¨®n, pero a los 18 a?os pudo solicitar un perro gu¨ªa, un proceso que no resulta sencillo. "Te hacen unas pruebas psicot¨¦cnicas porque hay mucha lista de espera. Es como sacarte el carnet de conducir", se?ala. La joven viaj¨® hasta Rochester (Estados Unidos) para recoger a Tori, que entonces ten¨ªa un a?o y cuatro meses de edad.
Los principios fueron dif¨ªciles y hay un proceso de adaptaci¨®n mutua, que es especialmente dura para el animal. Y es que los perros de asistencia viven el primer a?o de vida en familias de acogida para que se socialicen y despu¨¦s pasan cuatro meses en la escuela de instrucci¨®n. Ahora Alba y Tori comparten sus vidas y se han creado unos lazos y una simbiosis dif¨ªciles de imaginar para el resto de las personas. "Si cojo la bolsa de la compra, ya sabe que vamos al s¨²per. Y si cojo la mochila, sabe que vamos a la universidad. Si yo quiero andar r¨¢pido, ella me sigue; si ella est¨¢ cansada, yo tambi¨¦n lo estoy", comenta.
Al salir a la calle, Tori la gu¨ªa por todas partes y esquiva los obst¨¢culos, "no es un GPS, pero es como un bast¨®n supers¨®nico e inteligente", bromea. Pero en la ciudad tambi¨¦n encuentra dificultades y la joven se queja de que no todos los sem¨¢foros son sonoros y muchos pasos de cebra no est¨¢n se?alizados. Tambi¨¦n se ha encontrado con dificultades a la hora de entrar en restaurantes o discotecas, "pero Tori es muy tranquila y en los conciertos se echa y se duerme".
Precisamente, la Generalitat aprob¨® el pasado a?o una ley para acabar con las restricciones de acceso de estos animales. Pero la normativa tambi¨¦n regula la formaci¨®n que deben tener los instructores de los perros de trabajo, es decir, no solo los que asisten a personas con alguna discapacidad, sino tambi¨¦n los que se dedican a la detecci¨®n de drogas o explosivos. Este es el caso de Ruth Eleuterio (alumna de este master y voluntaria de Protecci¨®n Civil) y de Zen, su pastor alem¨¢n. Ambos se conocieron precisamente gracias a esta actividad. Y es que hace unos a?os Ruth y su antiguo perro lograron localizar a un hombre con vida, tras cuatro d¨ªas desaparecido. La familia de la v¨ªctima le regal¨® a Zen cuando todav¨ªa era un cachorro, como muestra de agradecimiento.
Ruth pasea diariamente a Zen como si fuera una mascota convencional. En el parque realizan ejercicios f¨ªsicos de obediencia. Pero Ruth y Zen buscan personas con vida, especialmente en la monta?a o entre los escombros de edificios. Por eso, ambos realizan un entrenamiento espec¨ªfico un par de veces a la semana en solares con demoliciones o en instalaciones especiales, como las existentes en Montorn¨¨s del Vall¨¨s (Vall¨¨s Oriental).
Como muchos de sus compa?eros, Ruth ha tenido que combinar el voluntariado con el trabajo. Si la llaman por una emergencia, tiene que salir corriendo, cosa que muchas veces los jefes no entienden. De hecho, a alguno de sus compa?eros esto le ha costado su puesto de trabajo. "Es una incongruencia porque vas a salvar la vida a una persona", comenta indignada Ruth.
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