Otro tiro por la culata
De "actitud gandhiana" ha reputado el ministerio fiscal el comportamiento de la diputada de Comprom¨ªs, M¨®nica Oltra, a ra¨ªz de las protestas vecinales en las que particip¨® en abril pasado contra los derribos en el barrio valenciano de El Cabanyal. Una actitud pac¨ªfica, pues, en la que, como est¨¢ documentado, ¨²nicamente falt¨® ofrecer ramos de olivo a los agentes de la autoridad, no obstante la virulencia inapropiada -puro eufemismo, ya que en realidad fue desmadrada- con que procedieron algunos de ellos, quiz¨¢ por la ineficiencia del mando en ese momento o por no haber asimilado todav¨ªa los agentes los debidos usos democr¨¢ticos. Este cambio requiere su tiempo y voluntad.
La citada y exculpatoria descripci¨®n del ministerio p¨²blico se produce como consecuencia de una querella presentada por el PP contra la mencionada parlamentaria, acusada de resistencia grave a la autoridad, un delito, pero sobre todo una acusaci¨®n, que tuvo su auge bajo el franquismo, donde la arbitrariedad policial ten¨ªa venia bajo la mirada complaciente o resignada de los jueces. Tal figura penal se hizo odiosa y resulta llamativo, aunque no sorprendente, que los populares hayan echado mano de la misma poniendo en un brete a quienes de entre sus militantes -diputados y concejales- se vieron forzados a dar la cara como querellantes y, en alg¨²n caso, tragarse el sapo.
Pero esa es la estrategia desplegada por Francisco Camps. Se trata de agotar todas las opciones, por inviables que parezcan, para involucrar judicialmente a los portavoces parlamentarios de la oposici¨®n, o descalificarlos mediante reprobaciones tan aparatosas como banales. El objetivo es conseguir una imputaci¨®n, por modesta que sea, con el fin de que el PP pueda alegar que en todas partes cuecen habas y no es s¨®lo el partido conservador, como realmente acontece, el que anda enzarzado en los tribunales, con las desoladoras expectativas que le amenazan. Pero ya se ve: uno tras otro, todos los tiros le salen por la culata mientras que los nubarrones procesales se ciernen sobre el molt honorable y su fecha de caducidad institucional es menos precaria y m¨¢s inminente cada d¨ªa.
Resulta indudable que buena parte de la dif¨ªcil tesitura que atraviesa el PP valenciano debe ser atribuida a la crisis econ¨®mica casi universal que nos ha relegado a la cola de entre todas las autonom¨ªas del Estado, con unas expectativas que oscilan entre la recesi¨®n y el crecimiento cero los dos pr¨®ximos a?os. Miseria o poco menos. Pero otro motivo de nuestras desdichas reside en las pol¨ªticas desarrolladas por este gobierno de la Generalitat, que posiblemente hubiesen pasado m¨¢s inadvertidas de no haber contado en las Cortes valencianas con unos y unas portavoces de la oposici¨®n -PSOE, EU, Comprom¨ªs- que han dado el callo, y a menudo brillantemente, contra la opacidad y los enga?os en los que el PP nos ha sumido prevali¨¦ndose de su hegemon¨ªa partidaria y su anacr¨®nica concepci¨®n de la democracia.
No ha de extra?arnos que a estos diputados se les quiera acallar, ya sea en la C¨¢mara, echando mano de ardides leguleyos, ya en los tribunales de justicia, donde puede darse el caso de que en breve veamos desfilar a los dos personajes de m¨¢s tron¨ªo de la derecha pol¨ªtica ind¨ªgena. Y no comparecen por iniciativa de la izquierda, sino empapelados por los juzgados y la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n. Ser¨¢n sin duda los momentos estelares del gobierno del PP.
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