Alemania tritura la fe de Maradona
Recital colectivo de los de L?w ante una Argentina que fue un culto a la individualidad
Alemania es un equipo de autor. Hace dos a?os, Joachim L?w crey¨® que su selecci¨®n podr¨ªa parecerse alg¨²n d¨ªa a Espa?a, el adversario que le hab¨ªa dado una lecci¨®n en la Eurocopa de Austria y Suiza. El entrenador alem¨¢n se propuso seguir ese camino que trata de llegar al ¨¦xito a trav¨¦s de un f¨²tbol fresco, atrevido y sin complejos. De ah¨ª que reclutara un grupo muy dotado t¨¦cnicamente, los M¨¹ller, ?zil, Kedhira, Kroos y Marin, sin calcular siquiera que los tres primeros iban a dar un rendimiento espectacular favorecidos por la baja por lesi¨®n a ¨²ltima hora del autoritario Ballack, lo que fue una liberaci¨®n.
Es un triunfo colectivo, liderado por Schweinsteiger, adornado por M¨¹ller y ?zil y rematado por la maza de Podolski y Klose. En contraste con el culto a la individualidad de Argentina, en la que Maradona y Messi asumieron un protagonismo que no les correspond¨ªa. El Pelusa, por una simple falta de formaci¨®n para el cargo, fi¨¢ndolo todo a su inspiraci¨®n y fe, creyendo que los futbolistas le devolver¨ªan con goles el amor que les dio. Y Messi, porque quiso ser el principio y el final de las jugadas sin alcanzarle para tanta exigencia, incomprendido en un equipo sin centrocampistas de verdad y con dos laterales de mentira. Se fue del torneo sin marcar y, aunque jug¨® mejor que Rooney y Cristiano, su historia de desamor con la albiceleste parece indefinida. Una pancarta en el Green Point anunci¨® lo que iba a suceder: "Adi¨®s, Maradona".
Messi quiso ser el principio y fin de las jugadas, sin poder ante tanta exigencia
El torneo va poniendo a cada jugador en su sitio. De los dos j¨®venes alemanes que impresionaron en el estreno ante Australia, ?zil y M¨¹ller, el primero ofrece detalles muy sutiles mientras el segundo crece un palmo en cada partido. La timidez del mediapunta de origen turco juega en su contra. Todo lo contrario que el descaro de M¨¹ller, convertido ya, a los 20 a?os, en una de las figuras del torneo: cuatro goles y una asistencia. Y un intervencionismo total en Alemania, apareciendo desde cualquier lado, lanzando el ataque por todas partes y acompa?ado por Lahm, el duendecillo, que percuti¨® por la orilla ante la zancada torpe y tard¨ªa de Heinze.
Mientras escuchaba el himno alem¨¢n, M¨¹ller gui?¨® el ojo derecho a la c¨¢mara, encantado con el escenario a pesar de que hace un a?o estaba en Tercera. Otamendi, uno de los laterales postizos de Maradona, entr¨® muy mal en el partido. Atropell¨® a Podolski y a esa falta desde el interior derecho acudi¨® Schweinsteiger para golpear a pie cambiado. Al vuelo con efecto del bal¨®n lleg¨® antes que nadie M¨¹ller, sigui¨¦ndole la matr¨ªcula otra vez Otamendi. Presente en todas las salsas, M¨¹ller toc¨® un bal¨®n con la mano e inmediatamente, al ver la tarjeta amarilla, sab¨ªa que se perd¨ªa la semifinal.
Lejos, muy lejos del ¨¢rea, Messi perd¨ªa sus mejores quiebros en una zona inofensiva. Cuando pasaba el bal¨®n a Heinze, por poner un ejemplo, es como si se lo diera a un marciano, tal es el uso tan extra?o que iba a hacer de ¨¦l. Si el que se lo pasaba a Messi era Otamendi, la pedrada era inevitable. Ese es el tipo de laterales con los que ha contado Maradona para la Copa del Mundo.
Aferrado a sus amuletos, El Pelusa se paseaba por el rect¨¢ngulo de los entrenadores como un le¨®n herido, con ganas de saltar en cualquier momento. Un ob¨²s de Di Mar¨ªa y un pelotazo de T¨¦vez a la cara de Mertesacker metieron en el partido a Argentina, consciente a esas alturas de que el camino estaba muy empinado, sobre todo porque el portero Neuer se empleaba con valent¨ªa y seguridad. Messi ejecut¨® afilados pases de mediocentro, pero los desmarques de Higua¨ªn y T¨¦vez se produjeron medio cent¨ªmetro fuera de la ley.
?zil tom¨® el testigo de M¨¹ller y Alemania, pese a su ventaja, atac¨® con todo, dej¨¢ndose apenas tres hombres ante Neuer. El partido se electriz¨® porque las contras argentinas amenazaban tormenta. Pero el poder¨ªo f¨ªsico de Boateng fue el mejor ant¨ªdoto contra la velocidad de Messi y los desmarques de Higua¨ªn. Alemania encontr¨® un fil¨®n por los extremos. Y hasta desde el suelo M¨¹ller, tras una falta de Demichelis, convirti¨® un bal¨®n en un pase muy limpio a Podolski, que esper¨® y se lo cedi¨® a Klose para que marcara.
Maradona se dio cuenta tarde. Cuando retir¨® a Otamendi por Pastore, el desastre estaba consumado. Y, cuando Schweinsteiger fue tumbando defensas, el ¨²ltimo era Higua¨ªn, en posici¨®n de central no se sabe por qu¨¦. El pase atr¨¢s lo remat¨® Fiedrich. Hasta ah¨ª, hasta la l¨ªnea de gol, hab¨ªa llegado el central. La actuaci¨®n de Schweinsteiger fue soberbia. L?w hizo debutar a otro de los chicos de la cantera, Kroos, y el Green Point se puso en pie para despedir a M¨¹ller. En el en¨¦simo contragolpe germano, ?zil acarici¨® un centro que empalm¨® Klose a gol. Frente a los regates sin destino de Messi, el juego coral de Alemania ilumin¨® el Green Point.
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