La sentencia del Estatut

Leo sorprendido el art¨ªculo de J. Ramoneda sobre la sentencia del TC. B¨¢sicamente dice que es contraria a la soberan¨ªa popular porque el Estatuto de Catalu?a fue aprobado en refer¨¦ndum, que es una sentencia pol¨ªtica y no t¨¦cnica, o que le pone tierno apreciar en ella uno de los males de la sociedad espa?ola -el corporativismo-, porque la sentencia ha sido especialmente dura con los art¨ªculos del Estatuto que atribu¨ªa al Poder Judicial.

La soberan¨ªa reside en el pueblo, pero dif¨ªcilmente se puede considerar que la soberan¨ªa encuentre mejor reflejo en la decisi¨®n tomada -"s¨ª o no", sin matices- en un refer¨¦ndum con una participaci¨®n baj¨ªsima, que en las leyes ampliamente discutidas y aprobadas por los Parlamentos, o en las valoraciones de los ¨®rganos constitucionales. Una ley estatal o auton¨®mica que aprobara la instauraci¨®n de la pena de muerte o un tratamiento desigual de las personas ser¨ªa inconstitucional, aunque se ratificara en refer¨¦ndum. El TC no ha dictado una sentencia pol¨ªtica porque no ha valorado si debe haber m¨¢s autogobierno de las comunidades aut¨®nomas (CC AA), en un sentido confederal, o si el Estado federal-auton¨®mico debe ir en una l¨ªnea de adelgazamiento del poder de las CC AA, como ha sucedido en Alemania.

Eso s¨ª ser¨ªa una sentencia pol¨ªtica, como lo es la valoraci¨®n de Ramoneda de que el "federalismo" sale tocado con ella. Pero mientras Ramoneda es libre de dar su peculiar valoraci¨®n pol¨ªtica, el TC no puede y no lo ha hecho. Se ha limitado a juzgar (con mayor o menor acierto; la ciencia jur¨ªdica no es "exacta") la adecuaci¨®n de una norma al marco constitucional del que nos hemos dotado en este Estado, y que constri?e al Parlamento espa?ol y a los auton¨®micos, a los poderes legislativos, a los Ejecutivos o al Poder Judicial. Lo de que la sentencia es el reflejo del corporativismo es, simplemente, una patra?a. El Constitucional no es un ¨®rgano jurisdiccional y la mayor parte de sus miembros no son jueces, sino profesores.