Cuando la arquitectura apost¨® por la modernidad
Una exposici¨®n muestra c¨®mo es el equipamiento de los edificios p¨²blicos
La Fundaci¨®n Docomomo ejerce un trabajo impagable: documentar, difundir, conservar (y en la medida en que puede denunciar cuando es agredida) la arquitectura del Movimiento Moderno comprendido en el periodo desde 1925 a 1965. Hasta ahora ha realizado dos exposiciones con ese valioso patrimonio espa?ol. La primera la dedic¨® a los edificios industriales, grandes vol¨²menes donde el arquitecto puede actuar con mayor libertad y ensayar los nuevos materiales. La segunda protagonista fue la vivienda, el elemento por donde entr¨® la modernidad y lleg¨® a casi todos los individuos. Ahora le toca el turno a los edificios p¨²blicos, con la exposici¨®n Lugares p¨²blicos y nuevos programas (Arquer¨ªas de Nuevos Ministerios hasta el 5 de septiembre).
Comprende 84 equipamientos que permiten saber c¨®mo son los colegios, facultades, ambulatorios, hospitales, iglesias y edificios administrativos construidos en Espa?a y Portugal. "Al igual que pas¨® con las viviendas, los edificios destinados a infraestructuras c¨ªvicas sufrieron en Espa?a una profunda transformaci¨®n a partir de la d¨¦cada de los veinte, porque encontraron en ellos un aliado perfecto para responder a las nuevas exigencias que deb¨ªan cubrir", explica Susana Landrove, comisaria de la exposici¨®n y directora de la Fundaci¨®n Docomomo.
Esas nuevas exigencias eran obvias en el terreno de la ense?anza cuyas obras ocupan el 60% de la exposici¨®n. La poblaci¨®n aumenta de forma espectacular, crecen los barrios y necesitan escuelas. A esto se a?ade que la docencia era un s¨ªmbolo en los a?os de la Rep¨²blica. Los avances t¨¦cnicos tambi¨¦n exigen ampliar las facultades, que se a?aden a las Escuelas de Oficios y Universidades Laborales. Entre los edificios destacan el colegio Maravillas, en Madrid; la Ciudad Universitaria de Madrid; la Facultad de Geol¨®gicas y Biol¨®gicas de Oviedo y la Facultad de Derecho (ahora de Filosof¨ªa), de Valencia.
La ciencia de la salud tambi¨¦n se desarrolla progresivamente en los siglos XIX y XX lo que exige nuevas pol¨ªticas de sanidad (y nuevos edificios). Las preocupaciones sociales, como la alta mortalidad por tuberculosis en los a?os treinta, tambi¨¦n marcan la arquitectura del momento. La exposici¨®n recoge ocho centros sanitarios, como los sanatorios antituberculosos de Barcelona y Leza, el centro de rehabilitaci¨®n Ram¨®n y Cajal de Los Cristianos (Santa Cruz de Tenerife) y el ambulatorio Hermanos Laulh¨¦ de San Fernando (C¨¢diz). "Los arquitectos encargados de levantar estos edificios c¨ªvicos encontraron en los principios funcionalistas y racionalistas del Movimiento Moderno la soluci¨®n a estas nuevas necesidades, que exig¨ªan una ventilaci¨®n y soleamientos adecuados as¨ª como la mayor econom¨ªa material y formal", explica Landrove.
Los espacios religiosos no escaparon al lenguaje moderno y utilizaron los materiales m¨¢s novedosos como el vidrio, el hormig¨®n y el acero. Aunque luego algunas provocaran pol¨¦mica por tanta modernidad, como la bas¨ªlica de Nuestra Se?ora de Ar¨¢nzazu, en O?ate (Guip¨²zcoa). Estas nuevas iglesias, que se levantaron a partir de los cincuenta, van vinculadas al proceso de renovaci¨®n de la iglesia que llegar¨ªa despu¨¦s con el Concilio Vaticano II. "Hay artistas que sin ser religiosos encuentran en estos edificios un nuevo cambio de expresi¨®n", precisa la comisaria, "y se da en estas obras algo que reivindicaba la modernidad: la uni¨®n de todas las artes, arquitectura, pintura, escultura y vidrieras".
Cada obra de la exposici¨®n se presenta con un amplio reportaje fotogr¨¢fico, una ficha t¨¦cnica y una memoria explicativa. Docomomo ha elaborado un inventario de cerca de 600 equipamientos p¨²blicos que marcaron el momento en el que la modernidad se instal¨® en la pen¨ªnsula.
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