El ¨¢rbitro de la batalla ideol¨®gica en Latinoam¨¦rica

En un continente dominado por los personalismos de Luiz In¨¢cio Lula da Silva y Hugo Ch¨¢vez, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, ha preferido cumplir su papel de agitador econ¨®mico de una forma discreta. En una ¨¦poca en la que Am¨¦rica Latina vive un fuerte enfrentamiento ideol¨®gico entre liberalismo y caudillismo, Moreno ha optado por ser el ¨¢rbitro y se dedica a levantar proyectos de desarrollo mientras otros pronuncian discursos.

Sentado en el sill¨®n de su despacho en el centro de Washington, Moreno, colombiano de 57 a?os, est¨¢ exultante de felicidad el martes por la tarde, minutos despu¨¦s de haber sido renovado en su cargo para un segundo periodo de cinco a?os. Su alegr¨ªa, obviamente, responde al reconocimiento por el ¨¦xito de su gesti¨®n. Pero ¨¦l la justifica por "el honor de ocupar este puesto en un momento particularmente positivo para este continente". "Esta es la d¨¦cada de Am¨¦rica Latina y el Caribe", afirma, sin un ¨¢pice de duda.

"El rescate de esta crisis est¨¢ en manos de Asia y Am¨¦rica Latina"

"En otras crisis anteriores, eran los pa¨ªses occidentales y m¨¢s ricos los que ten¨ªan que acudir al rescate de los m¨¢s pobres. Esta vez, el rescate est¨¢ en manos de Asia y de Am¨¦rica Latina", asegura el presidente del BID. Seg¨²n sus c¨¢lculos, Chile tendr¨¢ pronto la renta per c¨¢pita de un pa¨ªs desarrollado; Brasil, Argentina, M¨¦xico, Colombia y Per¨² le seguir¨¢n r¨¢pidamente.

Eso no solo permitir¨¢ mejores condiciones de vida a los latinoamericanos, sino que dar¨¢ m¨¢s relevancia pol¨ªtica al continente. Moreno destaca que Am¨¦rica Latina est¨¢ adquiriendo tal posici¨®n de liderazgo en la producci¨®n de bienes b¨¢sicos y de minerales imprescindibles, como el litio, que va a tener la oportunidad en el futuro de controlar el comercio y los precios.

El m¨¦rito hay que atribu¨ªrselo, seg¨²n Moreno, a "la capacidad de los gobiernos democr¨¢ticos surgidos en la ¨²ltima d¨¦cada de imponer disciplina en los procesos macroecon¨®micos y a la comprensi¨®n y apoyo a esa pol¨ªtica demostrados, por primera vez en la historia, por los electorados latinoamericanos". Esa combinaci¨®n ha conseguido sacar de la extrema pobreza a 70 millones de latinoamericanos y ha permitido al continente salir razonablemente intacto de la misma crisis que ha debilitado a Europa y a otras ¨¢reas.

En la visi¨®n optimista que Moreno tiene de su regi¨®n, parece a veces olvidarse del florecimiento de los populismos en varios pa¨ªses, de la persistencia de la injusticia social y de la singularidad de algunos de sus sistemas de gobierno. "Los problemas de gobernabilidad no est¨¢n resueltos", acepta, "es necesario ahora trabajar para mejorar la calidad de nuestra democracia".

Tampoco se ha atenuado el flujo migratorio hacia el Norte, que Moreno considera "un gasto gigantesco", por la p¨¦rdida de recursos humanos que representa para Am¨¦rica Latina y el Caribe. Pero cree que "en Estados Unidos hay puestos de trabajo que los estadounidenses nunca m¨¢s van a ocupar" y que este es un problema que se ir¨¢ racionalizando a medida que se restablezca la serenidad econ¨®mica.

Como presidente del BID, una entidad gobernada por sus miembros, no est¨¢ en condiciones de criticar la actuaci¨®n particular de un pa¨ªs. Entiende, sin embargo, que han surgido estos a?os figuras que concentran la atenci¨®n medi¨¢tica. "Lula es un hombre con una capacidad de conexi¨®n descomunal. El empuje que su personalidad la ha dado al papel internacional de su pa¨ªs es apabullante". Sobre otros l¨ªderes latinoamericanos prefiere no opinar en p¨²blico.

"No es f¨¢cil estar por encima de estos debates ideol¨®gicos", recuerda Moreno. Su receta para conseguirlo ha sido la de entender que en esta regi¨®n "se ha acentuado la heterogeneidad". "Ning¨²n pa¨ªs es igual al otro ni hay soluciones que sirvan para todos. Hay que aceptar la divisi¨®n ideol¨®gica y el peso que tiene sobre los comportamientos pol¨ªticos".

Ha costado llegar a este punto. Cuando Moreno tom¨® posesi¨®n del BID, en 2005, sustituyendo Enrique Iglesias, que dej¨® una huella en esa instituci¨®n que entonces parec¨ªa imborrable, se debat¨ªa sobre la desaparici¨®n del BID. Ch¨¢vez cre¨® su propio banco de desarrollo regional, y el auge de una econom¨ªa ultra liberal invitaba a prescindir de todo organismo estatal. "La gran lecci¨®n de estos a?os ha sido entender que hay un papel para un Estado eficiente, proactivo y t¨¦cnicamente sofisticado para aportar al desarrollo", opina Moreno.