F¨¢bula de Einstein y Del Bosque
Un actor de Hollywood conocido por su simpleza fue el interlocutor preferido por Einstein cuando el sabio de la teor¨ªa de la relatividad visit¨® los estudios Columbia siendo ya muy famoso. Despu¨¦s de su larga conversaci¨®n con el actor, de nombre Fernando Lamas, los colegas de este quisieron saber de qu¨¦ hab¨ªan hablado. "Ah, es un viejo muy simp¨¢tico, muy buen conversador. Me dijo que aqu¨ª daba gusto estar, entre gente tan guapa e inteligente". ?Y qu¨¦ le respondiste?, preguntaron a Lamas. "Le respond¨ª", dijo, "que todo es relativo".
Del Bosque es mucho m¨¢s listo que Lamas, d¨®nde va a parar, pero, si se hubiera encontrado con Einstein en ?frica del Sur, tambi¨¦n le habr¨ªa dicho que todo es relativo. Con esa justificaci¨®n de la historia se ha paseado primero sobre los cristales rotos por Suiza y ahora por el triunfo ante Alemania. Todo es relativo y hasta que pase el rabo todo es toro, como dice P¨¦rez-Reverte. Lo bueno de esa pachorra relativista del seleccionador espa?ol es que se la ha contagiado a sus jugadores. Si se hiciera una antolog¨ªa de lo que dijeron estos antes y durante el campeonato que ahora est¨¢n a un paso de ganar no se hallar¨¢ ni una sola frase que desprecie al contrincante o que anuncie victoria en lugar de competici¨®n o drama.
Est¨¢ siendo una lecci¨®n de sensatez que le viene muy bien, por otra parte, no solo al f¨²tbol, sino tambi¨¦n al pa¨ªs. Joyce dec¨ªa que, ya que no se puede cambiar de pa¨ªs, habr¨ªa que cambiar de conversaci¨®n. Este pa¨ªs entr¨® en el Campeonato del Mundo de f¨²tbol teniendo una conversaci¨®n reiterativa sobre los nubarrones que la vida hab¨ªa posado sobre Espa?a y han sido unos muchachos disciplinados y geniales, ordenados por un hombre que parece a la vez un maestro de obras y un maestro de escuela, los que han llenado las barras de los bares y los pasillos de las universidades, e incluso las irreductibles tertulias de los comentaristas, de una ilusi¨®n in¨¦dita y de una conversaci¨®n distinta.
No es un milagro. Es la consecuencia de una pol¨ªtica futbol¨ªstica que tiene su arranque (as¨ª es la vida) en una escuela catalana del f¨²tbol, La Mas¨ªa, que tiene m¨¢s a?os que Guardiola y que ha hallado cobijo en la m¨¢s representativa de las formaciones balomp¨¦dicas nacionales, la selecci¨®n. Responde a una teor¨ªa del juego que cobra sentido cuando se trabaja en conjunto. Y en eso la selecci¨®n es ejemplar. Un grupo de chicos, algunos millonarios, otros multimillonarios y otros a¨²n humildes como su origen, ha demostrado, ante un pa¨ªs col¨¦rico a veces y a veces perplejo, que se puede jugar a resolver colectivamente las ecuaciones m¨¢s complejas del m¨¢s popular de los deportes.
En esa teor¨ªa del juego se ha producido adem¨¢s un espejo entre seleccionador y seleccionados que ha sido decisivo en la imagen del equipo. Todos estos futbolistas, sin excepci¨®n alguna, han dado un espect¨¢culo complementario al excelente resultado de sus actuaciones: son buenas personas, chiquillos que parecen salidos de un campo colegial en el que compitieran con la ilusi¨®n de llevar un buen resultado a casa. La consecuencia es este cambio de conversaci¨®n del que ahora disfruta el pa¨ªs. Los que auguraban, despu¨¦s de Suiza, un suicidio futbol¨ªstico de la Espa?a que hab¨ªa ido a buscar gloria a ?frica entender¨¢n ahora por qu¨¦ Del Bosque dijo siempre que todo es relativo.
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