Noches de duende en el lago Leman
Paco de Luc¨ªa, Duquende, Pira?a y Farruco, protagonistas en Montreux - Camar¨®n, El Cigala o Farruquito tambi¨¦n actuaron en su d¨ªa en el festival suizo
El joven llega con aire algo perdido a las laber¨ªnticas tripas de la sala y pide en ingl¨¦s: "?Alguien podr¨ªa conseguirme una acreditaci¨®n?". La r¨ªgida encargada de producci¨®n suiza pregunta al visitante: "?Y usted qui¨¦n es?". Y el joven de la camisa de le?ador responde: "Soy el hijo de Paco de Luc¨ªa". Curro, de 26 a?os, ha llegado hasta el lago Leman para acompa?ar a su padre.
Es la gran noche flamenca en Montreux, un nuevo cap¨ªtulo en la admiraci¨®n confesa que los programadores del enorme (en tama?o) festival suizo profesan hacia el duende y el quej¨ªo. Que se lo digan a viejos conocidos de Montreux como Camar¨®n de la Isla, Tomatito, El Pele, Lole y Manuel, Farruquito o Diego El Cigala, que en el pasado supieron hacer temblar el lucero aqu¨ª, en el escenario del Auditorio Stravinsky, a orillas del lago Leman.
Se respiraba un ambiente de gran familiaridad el jueves por la noche en los camerinos que el Montreux Jazz Festival hab¨ªa dispuesto para Paco de Luc¨ªa y sus compa?eros de ruta: Duquende, Pira?a, o el bailaor Farruco. A ellos se sum¨® luego Antonio S¨¢nchez, sobrino del maestro de las seis cuerdas, quien se ocup¨® de la gran (inmensa) responsabilidad de hacerle la segunda guitarra.
De hecho, mientras se sirve un simple arrocito en la cantina, Paco de Luc¨ªa comenta al cronista: "Mira, a m¨ª ya no me interesa tanto hablar de mi trabajo, pero creo que estar¨ªa bien que se hable de estos jovenes, que son el futuro, y tocan tan bien". Y como es dif¨ªcil decir "no" al creador de Ziryab, se impone un encuentro en el camerino del talentoso sobrino. Una charla puntuada por las vertiginosas escalas que el inmenso guitarrista practica en la soledad de su estancia, apenas dos metros al lado.
"He comenzado a acompa?ar a mi t¨ªo en junio", explica el joven de 26 a?os formado gracias a largos contratos en tablaos de Jap¨®n o Barcelona. Y es que parece que la situaci¨®n de los j¨®venes flamencos no es muy f¨¢cil hoy en d¨ªa, a juzgar por los comentarios de Antonio. "La cosa est¨¢ muy dura, y cada vez cuesta m¨¢s conseguir trabajo regular con una compa?¨ªa de danza o un tablado". ?Y qu¨¦ se siente al tocar junto al m¨¢s grande? "Es un sue?o infantil hecho realidad", explica entusiasta. "Tocar con Paco te hace sentir muy bien, es una persona que transmite una enorme seguridad". Antonio S¨¢nchez parece libre de veleidades cuando afirma: "Para m¨ª, lo central es apoyarle y darle lo que necesita en su m¨²sica. No se trata de ponerme a m¨ª en primer plano".
Paco de Luc¨ªa es una presencia habitual en Montreux, donde protagoniz¨® un concierto ¨¦pico en 2006 junto a Diego el Cigala y Farruquito. "???Hace cuatro a?os ya!!?", pregunta pasmado el maestro momentos antes de subir a la escena del Miles Davis Hall. All¨ª le espera una sala abarrotada y entregada a la magia flamenca desde el momento mismo en que las botas del de Algeciras pisan las tablas.
Arranca solo, abriendo el fuego con una ronde?a, Mi ni?o Curro, obviamente dedicada a su hijo. Al poco se le sumar¨¢ El Pira?a al caj¨®n para comenzar a hacer subir la presi¨®n del respetable, entre el que abundaban acentos espa?oles de las dos orillas del charco. Instalado como un patriarca rodeado de disc¨ªpulos, el concierto desemboca en la intervenci¨®n de Duquende y la arm¨®nica de Antonio Serrano. Tras una pausa, los flamencos del lago Leman atacan La cautivaron, entrando ya en una recta final en la que es el baile de Farruco el que se lleva el gato al agua.
Y luego, en bambalinas, una sorpresa: el hombre que junto a Paco de Luc¨ªa y Al Di Meola causara sensaci¨®n planetaria en 1981 con el legendario disco Friday night in San Francisco. Nada menos que John McLaughlin, llegado para abrazar a su amigo. "?Pero si hace seis a?os que no nos vemos!", explica el ingl¨¦s con una amplia sonrisa y envidiables pintas de buen vivir. A ellos se suma para descorchar el champ¨¢n el incombustible Claude Nobs, fundador y director del Montreux Jazz Festival.
A todo esto, ?y los dem¨¢s m¨²sicos? El cronista comprueba asombrado al entrar al camerino que todos rodean a Farruco, quien se dedica a pulsar la guitarra. ?Y la m¨ªtica juerga flamenca? "Hombre, si acaso nos tomamos un vinito... o mejor a¨²n un g¨¹isquito", comenta risue?o El Pira?a. A eso de la una de la ma?ana, Michael Stein, el m¨¢nager alem¨¢n de Paco de Luc¨ªa, se despide avisando de que ma?ana, temprano, la troupe sigue ruta hacia Italia. En el camerino, tras la puerta cerrada, quedan a solas dos colosos de la guitarra: John McLaughlin y Paco de Luc¨ªa. A saber qu¨¦ recuerdos comparten los viejos amigos que sedujeron y siguen seduciendo al mundo...
'Flamencos suizos'
- Claude Nobs, director del Festival de Montreux, nunca ha escondido su admiraci¨®n por el flamenco.
- En la evoluci¨®n del concepto festival de jazz al de festival de m¨²sicas del mundo, siempre ha habido un lugar para el duende a orillas del lago Leman.
- En 1991, en el Auditorio Stravinsky, el festival recibi¨® a una embajada de lujo: Camar¨®n de la Isla, Tomatito, El Pele y Lole y Manuel. Con posterioridad, Diego El Cigala y Farruquito tambi¨¦n ejercieron de flamencos suizos.
Babelia
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