La liberaci¨®n de disidentes no altera la posici¨®n de EE UU hacia la isla
Washington exige un comportamiento m¨¢s claro para levantar el embargo
El anuncio de la liberaci¨®n de cinco presos pol¨ªticos en Cuba y la promesa de que otros 47 saldr¨¢n de la c¨¢rcel en los pr¨®ximos dos o tres meses resulta insuficiente para facilitar a corto plazo una mejora de las relaciones con EE UU, que exige un comportamiento m¨¢s claro de parte del r¨¦gimen en el respeto de los derechos humanos para levantar el embargo econ¨®mico vigente sobre la isla.
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, interpret¨® la decisi¨®n del Gobierno cubano como "un signo positivo", pero advirti¨® de que era algo que deb¨ªa haberse producido hace mucho tiempo y no quiso especular sobre las consecuencias que puede tener en las relaciones bilaterales. Barack Obama tom¨®, al comienzo de su Administraci¨®n, medidas para mejorar las comunicaciones entre los dos pa¨ªses y facilitar el contacto entre los cubanos del interior y los cientos de miles que residen en este pa¨ªs. Pero, ante la falta de reciprocidad por parte de La Habana, las posibilidades de nuevas concesiones norteamericanas se esfumaron r¨¢pidamente. Clinton asegur¨® en primavera que Washington no tomar¨ªa m¨¢s medidas hasta que se produjeran signos evidentes de apertura y respeto a los derechos humanos en Cuba.
Los grupos de derechos humanos relativizan el valor de las excarcelaciones
Esta liberaci¨®n de presos va en esa direcci¨®n, pero no es previsible que el anuncio, por s¨ª solo, sirva para que EE UU tome medidas. No lo creen as¨ª los principales expertos, como Michael Shifter, presidente del Di¨¢logo Interamericano, quien pronostic¨® que "queda un largo camino por delante". M¨¢s a¨²n cuando las organizaciones de derechos humanos elogian la medida anunciada en Cuba pero relativizan su valor.
"Mientras en Cuba contin¨²en imperando leyes draconianas y procesos judiciales que no son m¨¢s que una farsa, las c¨¢rceles seguir¨¢n pobl¨¢ndose con nuevas generaciones de cubanos inocentes que se atrevan a ejercer sus derechos b¨¢sicos", afirma el director de Human Rights Watch para Am¨¦rica, Jos¨¦ Miguel Vivanco.
En estas circunstancias, lo m¨¢s probable es que la Administraci¨®n norteamericana espere a ver primero si todos los presos son efectivamente liberados y, despu¨¦s, a comprobar si esa medida es un gesto aislado o responde a la voluntad del r¨¦gimen de aumentar las libertades.
Mientras tanto, est¨¢ abierta en el Congreso una v¨ªa para reducir el embargo que puede acelerarse o demorar a¨²n mucho tiempo, en funci¨®n de la marcha de los acontecimientos. El 30 de junio, el Comit¨¦ de Asuntos Agr¨ªcolas de la C¨¢mara de Representantes, que es uno de los que entiende sobre asuntos del embargo, vot¨® a favor de levantar la prohibici¨®n de que los ciudadanos norteamericanos viajen a Cuba. Esa propuesta debe a¨²n ser discutida por el Comit¨¦ de Asuntos Exteriores de esa C¨¢mara, pasar despu¨¦s al pleno y ser respaldada tambi¨¦n por el Senado antes de convertirse en ley.
Se trata de un proceso largo y muy complicado de desarrollar a cuatro meses de unas elecciones legislativas en las que los dos partidos se juegan posiciones importantes en Florida, donde reside la mayor parte del exilio cubano.
La posibilidad de una acci¨®n personal del propio Obama se ve, a su vez, igualmente condicionada por el calendario electoral, as¨ª como por las dudas que el presidente ha ido acumulando a lo largo de su estancia en la Casa Blanca sobre la verdadera voluntad de las autoridades cubanas. Parece necesario algo m¨¢s que este anuncio para vencer esas dudas.
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