Se?or Del Bosque
Humilde, cari?oso y socarr¨®n, el seleccionador le ha dado a Espa?a la mayor alegr¨ªa futbol¨ªstica de su historia sin levantar la voz ni torcer el bigote
Toni Grande sostiene que Vicente Del Bosque es un tipo muy humilde, cari?oso, inteligente, socarr¨®n y con genio: "No lo parece, pero tiene muy mala leche". Grande, adem¨¢s de un tipo muy castizo, es la mano derecha de Del Bosque en la selecci¨®n como lo fue antes en el Madrid. Pocos, a excepci¨®n de Trini, la esposa del t¨¦cnico salmantino, pueden hablar con mayor conocimiento de causa sobre el t¨¦cnico que ha llevado a Espa?a a ganar el Mundial. Son amigos desde hace a?os, y se han tomado mil ca?as por la vieja ciudad deportiva del Madrid, especialmente en La Fontona.
Del Bosque tiene fama de afortunado, y resultar¨ªa contradictorio negarlo viendo su palmar¨¦s y conociendo a su familia, su verdadera pasi¨®n, tal vez solo comparable a la predilecci¨®n que siente por lo que llama "el marisco salmantino", eso es, el buen embutido. Pero no es menos cierto que en su casa, de ni?o, no sobraba un duro. "No ten¨ªa para botas de f¨²tbol, jugaba con el calzado que pod¨ªa", ha recordado hace poco.
Tiene un regusto amargo: no haberle dado m¨¢s minutos a los suplentes
"Es muy futbolero y bastante meticuloso", cuentan los jugadores
Del Bosque siempre tuvo fama de gal¨¢n, as¨ª que se cas¨® bien pasados los 30 porque seg¨²n ha explicado alguna vez, esperaba a Trini, la mujer de su vida, con la que tiene tres hijos: Vicente, de 23 a?os, ?lvaro de 21 y Gema, de 17. El seleccionador naci¨® en Salamanca en 1950 y los or¨ªgenes de la familia habr¨ªa que buscarlos en Carpio del Campo, coraz¨®n de la vieja Castilla, llena de ferroviarios. Tanto su t¨ªo Vitorino -que estuvo 51 a?os dedicado a tales tareas- como su padre, Ferm¨ªn, ejercieron la profesi¨®n. Al padre le arruin¨® la carrera la guerra civil: fue denunciado y pas¨® tres a?os en un penal de ?lava, confinado por republicano. "No hizo nada, pero ya sabe c¨®mo eran esas cosas... estaba donde estaba, le se?alaron por rojo y termin¨® en la c¨¢rcel", explica resignado el seleccionador, que guarda en casa los legajos del proceso contra su padre. "Yo no soy tan radical", asume Del Bosque, de pensamiento progresista. Tambi¨¦n Trini, su mujer, a la que conoci¨® en Madrid, es hija de ferroviarios. El seleccionador ten¨ªa un hermano menor de nombre Ferm¨ªn, que falleci¨® de c¨¢ncer a los 43 a?os, al que dedic¨® la victoria contra Alemania, partido que se jug¨® justo el 7 de julio, San Ferm¨ªn.
De los tres hijos de Del Bosque, hay uno, ?lvaro, el mediano, que le cambi¨® la vida. Naci¨® el 6 de agosto de 1989 y Del Bosque, por aquel entonces, era entrenador del Castilla. Pocos d¨ªas despu¨¦s, unas pruebas confirmaron que Alvarito hab¨ªa nacido con un s¨ªndrome de Down. "Al principio lloramos mucho", confes¨® en una charla con Gemma Herrero publicada en el libro 39 historias solidarias alrededor del deporte. "Ahora cuando miro atr¨¢s pienso: 'que gilipollas fuimos".
Para Del Bosque y sus amigos, no hay duda: ?lvaro es un regalo que les concedi¨® la vida. Ayer, en La Moncloa, Alvarito se enfund¨® una camiseta azul con el n¨²mero 6 de Del Bosque. La cambi¨® poco despu¨¦s por una roja con el 12 y antes de entrar al palacio se fundi¨® en un abrazo muy emotivo con su padre, el seleccionador. M¨¢s tarde se le vio bromear con Xavi subido al autocar de los campeones. "Mi hijo es feliz y contagia felicidad. Es p¨ªcaro, pero no sabe qu¨¦ es la maldad", explica orgulloso. Del Bosque, convencido de que las cosas no suceden por casualidad, recuerda que cuando era jugador del Madrid, cada ma?ana les visitaba en el vestuario de la vieja ciudad deportiva un ni?o con id¨¦ntico trastorno que su hijo: "No recuerdo el nombre, solo que era muy divertido y le cogimos mucho cari?o. A m¨ª siempre me tocaba el bigote".
Dicen que ?lvaro es un muchacho encantador, pero eso no quita que sea muy cr¨ªtico. Cuando Del Bosque era entrenador del Madrid, le recrimin¨® agriamente que dejara a Casillas en el banquillo -"?Joder, Alvarito, solo me faltabas t¨²!", le contest¨® el padre- y antes de que cerrara la lista definitiva para el Mundial no hubo d¨ªa que no insistiera en que no se olvidara de G¨¹iza. "Se enfad¨® mucho cuando supo que el jerezano no jugar¨ªa el Mundial", explican en el entorno de Del Bosque. Durante su estancia en Sud¨¢frica -el hijo peque?o acudi¨® con toda la familia durante diez d¨ªas, a presenciar dos partidos de la primera fase y la final- se convirti¨® en defensor a ultranza de Llorente y Javi Mart¨ªnez. La explicaci¨®n no es muy futbolera: se fue de safari con los familiares de los jugadores del Athletic y les cogi¨® cari?o.
A Del Bosque se le reconoce como un tipo "muy sentido" en la selecci¨®n y dicen que se ha ido del Mundial con un regusto amargo: le hubiera gustado darle m¨¢s minutos a los te¨®ricos suplentes. Los futbolistas le reconocen como una persona dialogante y divertida -"No es Luis, pero en las charlas tambi¨¦n nos re¨ªmos con sus ocurrencias"-, muy futbolero y bastante meticuloso. "Le gusta tener mucha informaci¨®n", le se?alan sus ayudantes. "Es un poco esponja, porque le gusta recoger muchas opiniones. Pero en sus decisiones, es firme, porque suelen ser producto de una larga reflexi¨®n", cuentan. Eso s¨ª, en el banquillo es r¨¢pido: "Ve las cosas muy claras y activa las soluciones con determinaci¨®n".
An¨ªmicamente dicen que ha sido un mes tenso para el salmantino, al que en ning¨²n momento nadie ha visto afectado "del mal del seleccionador", ese que con frecuencia ha afectado a sus antecesores, llen¨¢ndoles de irritabilidad y cierta paranoia al encajar las cr¨ªticas. Lejos de ello, ha usado como nunca su gesto m¨¢s conciliador al manejarse con los medios, a los que ha atendido de manera gentil del primer al ¨²ltimo d¨ªa. Lector empedernido de peri¨®dicos, el tacto del papel lo ha suplido con el ordenador, aunque sea de los que empieza el d¨ªa con un caf¨¦ y el diario sobre la mesa. "Entiende vuestro trabajo y est¨¢ convencido de que aclararos las dudas es bueno para todos, no es una tarea que le d¨¦ pereza", explican en la federaci¨®n.
Los jugadores, que le mantearon despu¨¦s de la final -"no es Guardiola, pesa un poco m¨¢s", reconoci¨® uno de los jugadores barcelonistas-, cuentan que la noche en la que Espa?a perdi¨® contra Suiza estaba hecho polvo. "Ten¨ªa miedo que nos atacaran las dudas", reconoce uno de los jugadores. "Soy muy perfeccionista y a menudo me quedo con la ¨²ltima sensaci¨®n", reconoci¨® Del Bosque. Aunque le cueste perder los papeles y raro sea el d¨ªa que le protesta al ¨¢rbitro, sufre mucho en los partidos y la ma?ana siguiente, o incluso la misma noche, suele volver a verlos. Y frecuentemente su opini¨®n varia respecto a la inicial. "Vive los partidos con mucha tensi¨®n". Ninguno como la final cuando asisti¨® al recital de faltas de los holandeses y lleg¨® a meterse en el campo a protestarle al ¨¢rbitro.
El domingo, con la medalla al cuello de campe¨®n del Mundo, atendi¨® a los medios en la sala de prensa, como manda la FIFA, y pas¨® por la zona mixta, donde no tiene obligaci¨®n de contestar, pero se par¨® con todos los que le requirieron. "La imagen de un seleccionador es la de un pa¨ªs", sostiene. Era su primer Mundial, porque nunca disput¨® uno como futbolista. En 1978 cuando Kubala contaba con ¨¦l, Zamora le parti¨® la pierna en Atotxa. Nunca se quej¨®. Su padre, el ferroviario, le ense?¨® a levantarse y caminar, por injusta que sea el traspi¨¦s. Y paso a paso, le ha dado a Espa?a la mayor alegr¨ªa futbol¨ªstica de su historia; sin levantar la voz ni torcer nunca el bigote.
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