Fotos de fetos
Las relaciones del g¨¦nero humano con las bellas artes son singularmente desiguales y bastante descompensadas. Cualquiera puede aventurarse con la fotograf¨ªa, pero Capa y Centelles, entre pocos, ostentan un puesto de honor en el podio del reportaje gr¨¢fico. La derecha valenciana mantiene un extra?o v¨ªnculo con la fotograf¨ªa. Aplica la misma sa?a a censurar una exposici¨®n de im¨¢genes ya divulgadas en los medios, que cuando echa mano de fotos de embriones para sabotear la legislaci¨®n sobre el aborto. Para ponerse en rid¨ªculo, Francisco Camps y su Gobierno nunca sit¨²an el list¨®n a una altura que no puedan superar en el siguiente salto. ?nimo, pues, y que no decaiga. Para ahuyentar las tentaciones abortistas, la paciente ser¨¢ sometida a un tratamiento que sin duda ocupar¨¢ lugar destacado en el museo de los horrores. Falta por conocer los detalles de la disposici¨®n auton¨®mica, pero trat¨¢ndose de estos aprendices de doctor Mengele, el desprop¨®sito est¨¢ garantizado. Podemos imaginar una escena con mujer en trance de acogerse a la ley para interrumpir un embarazo no deseado y, antes de tumbarse en el quir¨®fano -que es lo menos parecido a tomarse una horchata en una terraza-, tener que someterse a una sesi¨®n coercitiva con la aviesa intenci¨®n de que d¨¦ marcha atr¨¢s. Pensando mal, un m¨¦dico o una enfermera se encargar¨¢n de pasarle, en silencio, una colecci¨®n de fotograf¨ªas e ilustraciones de fetos, a ver si la se?ora o se?orita cambia de opini¨®n impresionada por el cat¨¢logo. Pensando peor, ser¨¢ un obispo, sacerdote, destacamento de legionarios de Cristo, Juan Cotino o todos a la vez rodeando a la presa y bombarde¨¢ndola con im¨¢genes de fetos y consignas. Si no hay suficientes, pueden a?adir cromos de renacuajo com¨²n. En medio de la pesadilla, no se va a notar. Y a¨²n as¨ª, para ablandar al objetivo y doblegar su voluntad, quiz¨¢ la paciente necesite vista de ginec¨®logo. Entre una foto actual de George Clooney y la de su propio embri¨®n; entre la Charlize Theron de ahora mismo y su r¨¦plica embrionaria, no hay color. La respuesta esperada tampoco ser¨¢ la misma en la sesi¨®n de tortura. La distancia entre la perspectiva cient¨ªfica y el chantaje emocional entra?a un riesgo mal calculado por los inquisidores. Un sujeto no responde igual ante los est¨ªmulos en un banco de semen, que una sujeta acorralada por un somat¨¦n de beatos, aunque ambas dependencias se hallen esterilizadas. Si el PP insiste en sabotear las leyes con fotos, exigiremos que en las pr¨®ximas elecciones, cada fajo de papeletas del partido de la derecha, est¨¦ presidido por las instant¨¢neas que mejor ilustran sus ejemplares trayectos: Camps imputado a la salida del juzgado, Fabra pendiente de juicio, Ripoll en el camino del cadalso, el cerebro de la trama G¨¹rtel en la boda de El Escorial... Fetos o fotos son miradas distintas a un mismo c¨®digo gen¨¦tico.
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