"El Estado est¨¢ perdiendo la batalla contra la corrupci¨®n"
Hace ahora tres a?os, el juez Miguel ?ngel Torres concluy¨® el sumario del caso Malaya, una de las mayores redes de corrupci¨®n urban¨ªstica destapadas en Espa?a, que se teji¨® en torno al Ayuntamiento de Marbella. El caso tuvo una enorme repercusi¨®n social por el n¨²mero de procesados (86) y por la identidad de algunos de ellos, como la tonadillera Isabel Pantoja y su pareja de entonces, el ex alcalde Juli¨¢n Mu?oz. El juez cambi¨® de destino tras dictar auto de procesamiento y desde mediados de 2007 est¨¢ en un juzgado penal de Granada. Ayer viaj¨® a Barcelona para participar en un curso organizado por la Universidad Pompeu Fabra y por la Oficina Antifraude de Catalu?a, que dirige el ex fiscal Anticorrupci¨®n David Mart¨ªnez Madero.
"La instrucci¨®n deber¨ªa ser m¨¢s corta. No puede durar una d¨¦cada"
"No me siento ni representado ni defendido por el Poder Judicial"
Pregunta. Algunos jueces de instrucci¨®n se lamentan de que les faltan medios para luchar contra la corrupci¨®n, pero ?no se trata de un mal com¨²n en los pa¨ªses de nuestro entorno?
Respuesta. S¨ª, pero esa insuficiencia de medios es todav¨ªa m¨¢s preocupante en Espa?a. Los delincuentes y sus organizaciones est¨¢n en una situaci¨®n de absoluta ventaja respecto a los medios del Estado. Hacen falta m¨¢s medios, personales, materiales y normativos, porque en ocasiones el juez tiene la sensaci¨®n de que le toca inventar el proceso con escasas herramientas. El Estado est¨¢ claramente en desventaja para combatir la delincuencia organizada y esos grupos cada vez avanzan m¨¢s.
P. ?El Estado est¨¢ perdiendo la batalla contra la corrupci¨®n?
R. Sin duda. Que se hagan de vez en cuando algunas operaciones no quiere decir que se est¨¦ combatiendo m¨¢s la corrupci¨®n. Es que cada vez hay m¨¢s casos y much¨ªsimos de ellos no afloran.
P. ?Qu¨¦ deber¨ªa hacerse para ganar la batalla?
R. Hacen falta juzgados especializados en corrupci¨®n y crimen organizado. Y unidades policiales que de verdad est¨¦n al servicio de jueces y fiscales. M¨¢s medios materiales y mayor respaldo a las actuaciones judiciales y policiales.
P. ?Empezando quiz¨¢s por la mayor¨ªa de los partidos pol¨ªticos, que se lamentan cuando sus militantes son los investigados?
R. S¨ª. Todos los partidos se quejan y critican las decisiones judiciales si les toca a ellos. Y cuando hay cambio de Gobierno pasa lo contrario. En algunos casos los partidos pueden ser un problema si sus intereses no responden al inter¨¦s democr¨¢tico. Me parece que en Espa?a hay una superaci¨®n de la democracia por la partitocracia y se hace m¨¢s pol¨ªtica de partido que de Estado. La justicia es un campo de lucha pol¨ªtica y se deber¨ªa respetar m¨¢s a los jueces.
P. Las actuaciones de algunos jueces no ayudan a mejorar ese prestigio que reclama.
R. Puede ser. Los jueces tenemos una parte de culpa de lo que nos ocurre porque en muchos casos no hemos asumido nuestra posici¨®n constitucional e institucional. Lo que no puede ser es que todas las decisiones judiciales se analicen siempre intentando situar al juez en una u otra tendencia pol¨ªtica.
P. ?Cuando habla de cambios normativos quiere decir que no basta con reformar el C¨®digo Penal?
R. Exacto. Lo que no puede ser es que en Espa?a dure una d¨¦cada la instrucci¨®n de un caso. Deber¨ªa ser m¨¢s abreviada y que de verdad se debatieran las cuestiones en el juicio. Y es imprescindible una regulaci¨®n de todos los instrumentos de investigaci¨®n que limitan derechos fundamentales. Hablo de las intervenciones telef¨®nicas, las entradas y registros, la recogida de las piezas e instrumentos de convicci¨®n. No puede ser que todo eso est¨¦ sin regular.
P. ?Se siente representado por el Consejo General del Poder Judicial?
R. Una de las funciones del Consejo deber¨ªa ser representar y defender a los jueces y yo no me siento ni representado ni defendido.
P. Cuando investig¨® el caso Malaya estando en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de Marbella se dijo de todo por determinadas decisiones que adopt¨®. ?C¨®mo lo vivi¨®?
R. Me sent¨ª poco amparado. Ten¨ªa la sensaci¨®n de que las decisiones que tomaba se ve¨ªan desde un punto de vista pol¨ªtico y pod¨ªan gustar m¨¢s o menos a un sector o a otro del Consejo.
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