Basureros exquisitos
Alg¨²n d¨ªa habr¨¢ que hacer una tesis, o al menos una tesina, sobre la formidable colaboraci¨®n de la derecha para desmontar las m¨¢s se?eras afirmaciones marxistas. Sin ir m¨¢s lejos, Carlos Marx tiene dicho en alguna parte de su obra que "puede considerarse que el dinero es una basura; ahora bien, la basura no es dinero". Cu¨¢n errado andaba el pobre hombre. Se ve que no ten¨ªa en su mente al lumpen. Pero tampoco a una cuadrilla de emprendedores pol¨ªticos y empresarios valencianos que han hecho de la gesti¨®n basurera el eje de un trapicheo que lo mismo acaban en la trena sin que se detecte en sus redichos trajes ni una mota de polvo proveniente de los vertederos. Les ocurre como a esa gran te¨®rica, Dolores de Cospedal, quien usa simult¨¢nea y consecutivamente como sin¨®nimos insultantes los t¨¦rminos marxista y fascista, bien porque ignore qu¨¦ cosas son esas, bien porque en su partido abunden los ex en el primer caso y los actuales en el segundo, o bien, como es l¨®gico, porque esa se?ora simplemente no sabe lo que se dice, aunque al parecer s¨ª lo que se hace, que son dos cosas distintas. O como a Soraya de Santamar¨ªa, esa pizpireta (no es ning¨²n insulto: as¨ª se calificaba a ciertas actrices del Hollywood de la ¨¦poca dorada, como Doris Day o Sandra Dee, a elegir), que hace pol¨ªtica a base de mohines, donde los labios reafirman lo que la mirada, menos potente, desmiente, y, en general, toda esta tropa se enfrenta a los problemas reales como el shakesperiano Falstaff con las tetas de la posadera, que no sabe por d¨®nde cogerlas.
?El lector se imagina al atildado, sonriente y bien puesto Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll acarreando pal¨¦s de basura? Pues no. ?O al figur¨ªn provinciano Luis Fernando Cartagena embols¨¢ndose el cepillo de las monjitas? Pues tampoco. ?O a Carlos Fabra, de vida tan agitada, acelerando expedientes para concursar con ¨¦xito para sus amigos en contratas de productos fitosanitarios? Eso cuadra algo m¨¢s, pero tambi¨¦n suena como a poca cosa. ?O a Francisco Camps prob¨¢ndose trajecitos en Madrid cuando tan bien le sientan los de los grandes almacenes? Se dir¨¢ que son ganas de figurar en p¨²blico, pero detr¨¢s de esa fantasiosa figuraci¨®n est¨¢n los contratos de la gesti¨®n de la basura y sus provechosas plusval¨ªas, el horror de los monstruos arquitect¨®nicos de Calatrava, un artista de los arquitectos especiosos, copi¨®n de sus proyectos con ligeras modificaciones y alegremente adicto a los sobrecostes. Pero detr¨¢s de todos estos petimetres de opereta, hay basureros de vocaci¨®n, como podr¨ªa ser el caso del empresario ?ngel Fenoll, que empez¨® llevando carretillas de residuos, se enriqueci¨® colaborando con toda esta pandilla de mercachifles trajeados en el asunto de las basuras y ahora parece dispuesto a largar sobre los vertederos de mierda que lo llevan a los tribunales.
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