El amigo Kagame
Cuando la permanencia en el poder se prolonga demasiado, al gobernante le salen varias caras. Paul Kagame, l¨ªder del Frente Patri¨®tico Ruand¨¦s (FPR) y presidente del pa¨ªs de las Mil Colinas, ejerce el poder absoluto desde 1994, cuando su guerrilla mayoritariamente tutsi baj¨® de Uganda y del norte de Ruanda para poner fin al genocidio de su pueblo.
En 100 d¨ªas, entre abril y junio de 1994, el Gobierno hutu, su Ej¨¦rcito y su milicia armada y mimada por la Francia de Mitterrand, asesin¨® a machetazos a cerca de 800.000 personas, la mayor¨ªa tutsis y hutus moderados.
En aquel tiempo convulso, Kagame fue percibido por la comunidad internacional como un liberador. Nacido en Ruanda en 1957, se exili¨® junto a sus padres a Uganda dos a?os despu¨¦s, tras la ca¨ªda de la monarqu¨ªa tutsi y las primeras persecuciones y matanzas. A diferencia de la mayor¨ªa de sus compatriotas, Kagame apenas habla franc¨¦s. Su idioma colonial es el ingl¨¦s, el de Uganda.
Considerado un brillante estratega, lleg¨® a ser jefe militar de Ioweri Museveni, cuando este era un jefe guerrillero. El pacto fue ayudarse a alcanzar el poder en sus pa¨ªses. Museveni derroc¨® a Milton Obote en 1986 y Kagame entr¨® en Kigali en 1994. Como jefe del FPR estudi¨® sendos cursos para mandos en academias militares de Reino Unido y EE UU.
En 1996 intervino junto a Museveni en Zaire (actual Congo) para deponer a Mobutu (aliado de Francia) y colocar a Laurent Kabila (pr¨®ximo a EE UU). Kabila no cumpli¨® los objetivos y le organizaron un golpe de Estado en agosto de 1998. Del fracaso de aquella intentona surgi¨® la Primera Guerra Mundial africana: nueve pa¨ªses en armas por las riquezas de Congo. Museveni y Kagame perdieron la amistad cuando sus tropas combatieron por el control de Kisangani, la antigua capital del marfil de El coraz¨®n de las tinieblas de Conrad. Kagame utiliz¨® su presencia en Congo para perseguir a los hutus all¨ª refugiados. De un genocidio tutsi se pas¨® a cr¨ªmenes de guerra. (La Audiencia Nacional acusa al FPR de la muerte de varios misioneros espa?oles.)
Kagame ya no es el l¨ªder inmaculado, sino un hombre manchado por la corrupci¨®n y la guerra. Muchos son los responsables de 16 a?os de cr¨ªmenes. Kagame es solo uno de ellos. Desde 1994 han muerto en los Grandes Lagos m¨¢s de 4,5 millones de civiles. Pocos dieron para un titular de prensa. No son Irak ni Afganist¨¢n.
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