Una celebraci¨®n excluyente

Durante el Mundial de Sud¨¢frica parte de la hinchada espa?ola ha lanzado como grito de "guerra" "Yo soy espa?ol, espa?ol, espa-?ol...". El lema excluye a los miles de ciudadanos que sin tener esa nacionalidad viven y trabajan aqu¨ª. A muchos de ellos los hemos visto cantar, pintarse la cara y portar la bandera de Espa?a. Con acierto, un comentarista televisivo afirmaba que en el futuro la selecci¨®n espa?ola estar¨ªa tambi¨¦n integrada por hijos de emigrantes. La selecci¨®n espa?ola ser¨¢ m¨¢s a¨²n un s¨ªmbolo de una identidad nacional plural.

El mencionado lema no ha sido el ¨²nico gesto excluyente. Responsables pol¨ªticos han manifestado su contrariedad por la exhibici¨®n de banderas espa?olas. Incluso ha habido grup¨²sculos de personas que ten¨ªan organizadas celebraciones por si Espa?a perd¨ªa el Mundial. Los m¨¢s deleznables de ellos han llegado a agredir a quien celebraba el triunfo de la selecci¨®n espa?ola. En todas las comunidades aut¨®nomas conviven personas que tienen un especial sentimiento de pertenencia hacia ella. Muestra de ello es la imagen del equipo espa?ol en la celebraci¨®n de Madrid: muchos de los jugadores portaban s¨ªmbolos espec¨ªficos de su comunidad aut¨®noma. Desde una visi¨®n pluralista de Espa?a no puede ponerse el grito en el cielo por eso. Quien as¨ª lo haga est¨¢ fuera de lo que sienten la mayor¨ªa de los espa?oles.

Finalmente, en la celebraci¨®n hubo otro gesto excluyente: la l¨ªnea de presentaci¨®n y musical escogida rayaba no solo en lo rancio, sino que para muchas personas entre las que me encuentro, quiz¨¢s por prejuicios quiz¨¢s por desconocimiento, echaba cierto tufo a cultura de uniformidad cuartelera, muy alejada de la riqueza y variedad art¨ªstica espa?ola contempor¨¢nea. La hist¨®rica victoria de la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol debe servir para aunar, no para excluir.