Confesi¨®n desde Estocolmo

La lucha, la rabia, el deseo de acabar con el oponente, sea cual sea su naturaleza. La m¨ªstica de la violencia. ?Qu¨¦ signo la justifica? Para Lorena, o Irene, una guerrillera entrenada para el combate, hay m¨¢s preguntas que esa. La primera es por qu¨¦ se dej¨® capturar.

La nueva novela de Arturo Fontaine (Santiago de Chile, 1952) hurga en los s¨®tanos oscuros de la tortura bajo el r¨¦gimen de Pinochet. Y no solo lo hace desde el que sufre el dolor y la humillaci¨®n, el que ve degradado su cuerpo y su mente al nivel m¨¢s animal, asombrado a su vez por la bajeza y ensa?amiento inhumano de los verdugos, sino que se sit¨²a del lado de ellos, de los que persiguen y torturan a los que consideran peligrosos asesinos falsamente idealistas. Y todo a trav¨¦s del mismo personaje.

La vida doble es, en realidad, cu¨¢druple. Lorena, o Irene, o la Cubanita, es una adolescente algo ingenua, madre soltera. Despu¨¦s, una combatiente de Hacha Roja. Y, tras un cr¨ªtico momento de inflexi¨®n, traiciona, se convierte. Al final huye de Chile y se esconde de su pasado en Estocolmo. No resulta casual ese ¨²ltimo lugar de destino para una torturada convertida a la causa de sus enemigos. Hay un famoso s¨ªndrome con ese nombre. Al contar esto no revelo el suspenso de la trama, todo queda establecido desde las primeras p¨¢ginas. Porque esta novela lo cuenta todo a la vez y, sin embargo, crea el deseo de seguir leyendo, de adentrarse en los detalles que faltan. Que faltar¨¢n siempre. Las preguntas se suceden, se multiplican. Las respuestas van aflorando de manera velada. Las verdades, ?cu¨¢les son las verdades? La novela de Fontaine es la confesi¨®n de alguien que encontr¨® su objetivo en el delgado placer de la delaci¨®n. De la condena. En el poder letal del secreto.

Hubo casos reales como este durante la dictadura. El autor se ha basado en ellos y as¨ª lo deja traslucir al darle la forma de una conversaci¨®n de la protagonista con el escritor. La mujer habla a trav¨¦s de estas p¨¢ginas con autenticidad, con el lenguaje de la acci¨®n y del cuerpo. Nada resulta forzado, pese a las situaciones extremas. Tampoco se cede al facilismo del melodrama. Ni siquiera en las escenas de sexo y la historia de ?amor? Lo importante para Fontaine es darle densidad y fluidez al relato y lo consigue no solo con la voz principal, sino con personajes como el Flaco, el Gato, el Macha, o el Espartano, Canelo, Rafa. Todas son identidades falsas y a ellas se a?aden otros apodos o nombres ficticios. Apelativos de combate. Como si lo que sucedi¨® tuviera que medirse en una realidad aparte donde la m¨¢scara nunca deja ver el vac¨ªo que oculta. Esto es ficci¨®n, pero de alguna manera sucedi¨®. Y as¨ª lo atestigua la larga lista de fuentes utilizadas para su documentaci¨®n.

La vida doble es un enfrentamiento constante, una guerra sucia. Una novela que no decae, aunque casi al final parezca que no va a poder resolverse. Y casi te obliga a volver al principio. Fontaine ha labrado frase a frase una historia de las que no acaban con la ¨²ltima palabra.