Caber y valer
Me gustar¨ªa mucho conocer al aut¨¦ntico alcalde de Barcelona, que no es el se?or Hereu, como equivocadamente pod¨ªa pensarse, sino al ingenioso inventor de las proclamas publicitarias que aquel asume como propias. De lo que no estoy seguro es que este alcalde en la sombra, al que tanto encantan los juegos de palabras, sea un verdadero amigo de Hereu. Cuando uno ve, por ejemplo, los Puntos de reflexi¨®n tatuados en la acera de la Diagonal tiende a pensar que no. Estos deb¨ªan ser lugares en los que se reflexionara sobre el gran proyecto, y ahora son pat¨¦ticas huellas de una pantomima. Los motociclistas aparcan tranquilamente sobre los Puntos de reflexi¨®n y las ¨¢vidas trituradoras se aprestan a triturarlos (compru¨¦benlo si lo desean con un agradable paseo entre el paseo de Gr¨¤cia y Balmes, rodeados de patinadores y ciclistas a toda velocidad que ayudan a aumentar la emoci¨®n urbana).
El ocurrente alcalde a la sombra lleva a?os deleit¨¢ndonos con sus gracias. En lugar de recurrir a prosaicas leyes y a polic¨ªas eficaces, prefiere proponernos po¨¦ticas adivinanzas y cr¨ªpticos mensajes. De acuerdo con este talante la playa, pero convertida cari?osamente en un ser antropom¨®rfico, en una playita que habla y pide respeto, mientras los ba?istas convertidos en hooligans alborotan con toda impunidad. Siguiendo la misma pauta las hordas nocturnas avanzan a voz en grito bajo encantadoras banderolas en las que -tras un examen hermen¨¦utico- parece sugerirse que por la noche "hay que bajar el volumen". El alcalde en la sombra es tan ocurrente que espera detener la barbarie con sus jueguecitos ret¨®ricos.
Su ¨²ltimo invento es casi insuperable: "en Barcelona todo cabe pero no todo vale". Muchos rincones de la ciudad est¨¢n invadidos por este lema admirable. De lo que no estoy muy seguro es de la interpretaci¨®n que hemos de darle. "?Todo cabe?". ?Quiere decir que aqu¨ª tambi¨¦n acoger¨ªamos una convenci¨®n de asesinos en serie con tal de que gastaran algo de dinero y no empezaran a disparar enseguida? ?No ser¨¢ que el gran ocurrente se ha confundido en los t¨¦rminos, y en Barcelona todo vale pero no todo cabe, pues la ciudad ya no da cabida a los que gustan del silencio y desear¨ªan pasar sin el hostigamiento de los b¨¢rbaros?
Un consejo para Hereu: liquide a su sombra y gobierne de una vez.
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