"La mafia es un problema europeo"
La periodista alemana Petra Reski (Kamen, 1958) lleva 20 a?os escribiendo sobre mafia. Lleg¨® a Italia en 1989 para hacer un reportaje sobre La primavera de Palermo, y decidi¨® quedarse para seguir investigando. Hoy vive en Venecia, y lo sabe todo sobre 'Ndrangheta, Camorra y pol¨ªtica. Tras la matanza de Duisburgo en agosto de 2007 (seis calabreses acribillados por otros calabreses en la pizzer¨ªa Da Bruno), Reski escribi¨® el fascinante libro Mafia (Seix Barral, 2010), en parte censurado por la denuncia de algunos capos. Ahora, tras la megarredada en Mil¨¢n y Regio, Reski manda un aviso a los pol¨ªticos: "La mafia es un problema europeo, no italiano, y urge exportar la legislaci¨®n antimafia italiana al resto de la UE".
Pregunta. ?Le ha sorprendido lo que desvela la operaci¨®n?
Respuesta. Casi todo se sab¨ªa ya. Sab¨ªamos que siempre hay varios capos y que deciden todo entre varios clanes que van cambiando, no como en Sicilia; que el mando supremo en Calabria se sab¨ªa por las escuchas realizadas en Alemania: siempre dec¨ªan "tenemos que ir abajo" cuando hab¨ªa problemas, es decir a Calabria. Es una cuesti¨®n pr¨¢ctica. La 'Ndrangheta en su casa siempre ha estado tranquila. Y tambi¨¦n conoc¨ªamos la mezcla de lo arcaico y lo postmoderno... Tambi¨¦n se sabe hace tiempo que los calabreses quer¨ªan meter las manos en la Expo de Mil¨¢n. Pero estoy contenta de que la mafia tenga eco finalmente en el norte de Italia. Aqu¨ª la actitud es la misma que en Alemania: les gusta pensar que la mafia es una cosa del sur.
P. Pero su libro remonta la colonizaci¨®n a hace al menos 30 a?os.
R. Los primeros calabreses llegaron al norte en los a?os cincuenta. Hoy dominan pueblos enteros en la regi¨®n de Lombard¨ªa. En Alemania se instalaron en los a?os setenta con el mismo mecanismo: fuerte presencia en el territorio, apariencia de empresarios honrados, poca violencia y muchos negocios. Hace d¨¦cadas que el cofundador de Forza Italia, Marcello Dell'Utri, se fue a Mil¨¢n para hacer negocios. Antes de Tangent¨®polis (el esc¨¢ndalo de la financiaci¨®n ilegal de partidos que acab¨® con la I Rep¨²blica), los jueces Falcone y Borsellino ya estaban sobre la pista del norte. Poco antes de ser asesinado, Borsellino habl¨® de Vittorio Mangano (capo de Cosa Nostra que Dell'Utri contrat¨® como mozo de cuadras para Arcore, la casa de Silvio Berlusconi) en una famosa entrevista a una televisi¨®n francesa. Eso fue lo peor que pudieron hacer. Tocaron la patata caliente de la relaci¨®n entre mafia y pol¨ªtica cuando se preparaba el futuro post-Tangentopolis.
P. ?Cree que est¨¢ m¨¢s cerca el fin de la mafia y su infiltraci¨®n en la pol¨ªtica?
R. Soy pesimista. Llevo 20 a?os vi¨¦ndolo. Y no hay soluci¨®n represiva, militar. Cortan un tent¨¢culo, los dem¨¢s siguen. Solo la opini¨®n p¨²blica puede acabar con el fen¨®meno. Pero la opini¨®n p¨²blica sabe poco o nada. Porque el Gobierno siempre encuentra tiempo para hacer una nueva ley. Ahora han condenado a Dell'Utri a siete a?os en segundo grado. Ya solo le salva una ley. Su mensaje el d¨ªa de la condena fue una amenaza mafiosa a Berlusconi: "Mangano fue un h¨¦roe porque no habl¨®. Si yo fuera a la c¨¢rcel, no s¨¦ si podr¨ªa callar como ¨¦l". Berlusconi tiene la espalda contra la pared. Nicola Cosentino, el secretario de Estado de Econom¨ªa, no ha dimitido por sus relaciones con la Camorra, sino por intentar cargarse con pruebas falsas a su rival dentro del partido. Y Berlusconi le sigue defendiendo. El Pueblo de la Libertad solo puede hundirse si explota desde dentro. Fuera, la oposici¨®n no existe.
P. La operaci¨®n revela adem¨¢s la presencia de la 'Ndrangheta en Suiza, Alemania, Australia... Pero no hay arrestos en esos pa¨ªses.
R. No hay leyes espec¨ªficas que permitan arrestarlos, como sucede en Italia. All¨ª se dedican a lavar el dinero negro, sus empresas son limp¨ªsimas. En Alemania existe el delito de asociaci¨®n para delinquir, pero la pena es m¨ªnima y es muy dif¨ªcil probarlo. Los periodistas alemanes creen que la mafia no existe. No se informa sobre eso. Los polic¨ªas no entienden lo que es una amenaza. Incluso piden y obtienen de los jueces la censura, como en mi caso. En Madrid, Barcelona, Par¨ªs, Berl¨ªn, Ginebra, los mafiosos viven vidas tranquilas, no matan, y las c¨¢rceles son normales, si los cogen pueden seguir trabajando desde dentro. Hasta que los pol¨ªticos no tomen cartas en el asunto y se haga una ley antimafia europea esto se no acabar¨¢.
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