Baile de m¨¢scaras (o mascarada) en la justicia
I.- Pensando en lo que necesita la Justicia en este territorio, el Consejo General (CG) decidi¨® no nombrar presidente del TSJ, prorrogando una situaci¨®n de inadmisible interinidad. Debiera haberse explicado que se tom¨® la mejor decisi¨®n para esta Comunidad. A muchos nos est¨¢ dando verg¨¹enza no poder explicarlo. Despu¨¦s de m¨¢s de un a?o, cabr¨ªa preguntar: ?Hay alguien ah¨ª? Y eso que el vicepresidente del CG se permite afirmar que "sigue con la pol¨ªtica de transparencia que inspira la actuaci¨®n del Consejo" (Las Provincias 14-7-10).
Es pat¨¦tico que sea el CG el que asuma y provoque el mayor deterioro de la imagen de la justicia en la Comunidad. No hay reprobaci¨®n ni expediente alguno para quienes impunemente incumplen la ley (arts. 336 y 338 LOPJ) y el mandato constitucional (art. 122), estando llamados a exigir su cumplimiento.
?Qu¨¦ desverg¨¹enza querer capitalizar en su favor el esfuerzo y dedicaci¨®n de la mayor parte de los jueces, cuya responsabilidad condiciona hasta nuestra vida personal y familiar! La desmoralizaci¨®n de los jueces ante el desprestigio y escasa autoridad del CG, la reducida actitud cr¨ªtica de los medios y el desinter¨¦s de la ciudadan¨ªa ante los intereses tribales de los servidores p¨²blicos, convierten la situaci¨®n en una bufonada indecente, en cuyo ceremonial ofician y se alimentan partidos y asociaciones profesionales.
II.- Cuando la pol¨ªtica entra en la justicia, la justicia se esfuma por la chimenea. Lo grave es que la puerta la abren las asociaciones judiciales. Nada ser¨ªa posible sin la complicidad asociativa. La justicia resulta manipulable a inter¨¦s de las opciones partidistas.
No pueden presentarse alternativas de coherencia cre¨ªbles a la sociedad con un discurso difuso y contradictorio de quienes, por un lado, se rebelan contra los ataques a la independencia -en modo de ocupaci¨®n de escenarios considerados propios- por parte del poder pol¨ªtico -por naturaleza expansivo-; y, por otro, exigen su cuota en las instituciones, altos ¨®rganos de la justicia y puestos de decisi¨®n.
Los ujieres de los partidos en la justicia vienen reclut¨¢ndose entre quienes as¨ª lo aceptan desde las asociaciones judiciales.
III.- Por tercera vez se convoca la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana en el BOE de 7 de julio. Ni los 10 aspirantes tras la primera llamada, ni los 8 ingenuos tras la segunda, ofrecimos garant¨ªas de "fidelidad" a la mayor¨ªa del Consejo. La ¨²nica explicaci¨®n es que ¨¦ramos demasiado buenos. ?Deshonestidad intelectual! Se podr¨¢ buscar mediocres que nada incomoden.
La gran mayor¨ªa de los jueces y profesionales del derecho contemplamos at¨®nitos el baile de m¨¢scaras y los ciudadanos, escandalizados e incr¨¦dulos, la confusi¨®n. ?Qu¨¦ otro sentido tiene el rebelde clamor de 1.470 jueces, que siguen pensando que el espacio asociativo ha sido prostituido por afanes de poder de los propios y ajenos, por reaccionarias que parezcan algunas de sus propuestas en tradicional tr¨¢nsito pendular ante la impotencia? ?Y los ¨ªndices miserables de cr¨¦dito que arrojan las encuestas de opini¨®n? Ni a unos ni a otros nos convencen las proclamas propagand¨ªsticas sin compromiso real.
Mientras primen los intereses partidistas con la complicidad de dos asociaciones de jueces, los independientes solo decoramos, aunque seamos m¨¢s. No importan capacidades ni programa, s¨®lo m¨¦rito partidario. Nos cabe darnos al vino, como sugiere Emili Piera (Levante-EMV), o seguir trabajando por una justicia diferente. ?sta es la que me interesa.
Mi decisi¨®n ser¨¢ si quiero seguir siendo guarnici¨®n. Y creo que no debo.
Jos¨¦ Mar¨ªa Tom¨¢s T¨ªo es presidente Secci¨®n Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia.
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