Pitidos en el podio

A Anquetil, sus compatriotas, cansados de verle ganar, le silbaron con fuerza hasta quedarse a gusto en el podio de su quinto Tour, mientras aplaud¨ªan a rabiar a su admirado Poupou, siempre segundo. Afectado y dolido, el normando bautiz¨® meses despu¨¦s Silbidos al barquito que se compr¨®. Anquetil ya intu¨ªa entonces que a los franceses medios, al bon bourgeois, los que les robaban el coraz¨®n eran los hermosos perdedores, no los ganadores, imprescindibles sin embargo para la existencia de derrotados. Lance Armstrong, quiz¨¢s el ganador menos querido de los ¨²ltimos a?os, verbaliz¨® esta intuici¨®n y observa estos d¨ªas, en los que oficia de derrotado, la verdad del aserto: nunca se hab¨ªa sentido tan querido.

Hinault record¨® que en el pav¨¦s nadie esper¨® al espa?ol, con la bici averiada

"No es un problema de 'fair play' sino un incidente mec¨¢nico", a?adi¨® Jalabert

Poco despu¨¦s de que Contador descendiera del podio en el que, por primera vez en sus tres campa?as de conquista, recibi¨® pitidos al vestir el maillot amarillo, la ministra francesa de Deportes, Rama Yade, declar¨® que m¨¢s que admiraci¨®n por el espa?ol sent¨ªa pena por el chaval¨ªn luxemburgu¨¦s, tan educado, tan sonriente, tan amable, tan buen ejemplo para la juventud.

Hace dos a?os, Menchov, que es ruso, serio y taciturno, atac¨® en busca del maillot amarillo en las pendientes de Pratonevoso. Patin¨® en una curva y se fue al suelo, lo que no fue excusa para que en su ausencia se desencadenara una batalla que termin¨® con Frank Schleck, el mayor, de amarillo. No hubo pitidos ni malos rollos. Importa mucho qui¨¦n es el deportista que cae v¨ªctima de un acto antideportivo, claro, pero la pol¨¦mica generada ayer conten¨ªa elementos m¨¢s complejos.

Pero no es eso, no es eso, no es el eterno complejo de inferioridad de un pueblo cuyos representantes en el Tour, los comentaristas de televisi¨®n, consideran que una victoria de etapa vestido de tricolor, como ayer el alsaciano Voeckler, vale m¨¢s a¨²n que todo un Tour. Un poco m¨¢s all¨¢, Philippe Brunel, escritor de L'?quipe que durante todo el Tour se ha sentido subyugado por la figura de Andy, y as¨ª lo ha transmitido, a?ade un nuevo elemento, tambi¨¦n muy franc¨¦s. Dice: "Contador ha perdido hoy el afecto de los aficionados franceses". ?Por qu¨¦, porque ha ganado? "No, por su falta de elegancia, de generosidad. Un campe¨®n debe ser generoso. Y ha mostrado debilidad, porque si est¨¢ fuerte, no ataca, no necesita atacar as¨ª para ganar".

Interviene en el debate Gianni Mura, el venerable periodista de La Repubblica, que introduce, te¨®rico, fil¨®sofo, el factor kantiano de la nula eficacia de la mentira, o de la verdad prefabricada, para salir de un atolladero. "Contador no deber¨ªa haber mentido cuando dijo que no hab¨ªa visto que Andy ten¨ªa un problema", dice. "Si pas¨® delante de sus ojos... Eso es lo m¨¢s grave, porque no le ayuda y no deja de ser una forma de reconocer que se ha equivocado".

Los campeones, j¨®venes o nuevos, recordando las palabras de Martinelli, el director italiano de Contador, nunca dir¨¢n a nadie lo que piensan, pero algunos de los m¨¢s grandes, de esos que una vez retirados son cualquier cosa menos diplom¨¢ticos, hablaron ayer con claridad. Bernard Hinault dijo que no ve¨ªa d¨®nde diablos alguien pod¨ªa ver un comportamiento pol¨¦mico, record¨® que en el pav¨¦s nadie esper¨® a Contador, con la bici averiada, se pregunt¨® si Andy sab¨ªa manejar los cambios, sus mec¨¢nicos preparar las bicicletas, su equipo cuidar el material. Hinault gan¨® cinco Tours y fue famoso porque no hac¨ªa concesiones: para ¨¦l una etapa era la guerra y ay de los vencidos.

Laurent Jalabert, franc¨¦s como Hinault, pero m¨¢s cercano temporal y emocionalmente de Contador, se mostr¨® indignado con la mera menci¨®n de la palabra pol¨¦mica. "Aqu¨ª no ha habido un problema de fair play sino un incidente mec¨¢nico", dijo. "Es una verg¨¹enza que se le haya pitado". A otro viejo campe¨®n, Bjarne Riis, ganador del Tour del 96 y director de Andy, se le pregunt¨® qu¨¦ habr¨ªa dicho a su pupilo si el incidentado hubiera sido Contador. Fue sincero el dan¨¦s. "No s¨¦ qu¨¦ habr¨ªa hecho", dijo. "Siempre hay que ver las circunstancias de cada carrera".