"La Roja no siente ni la mitad que yo"
-Si yo digo que usted es un h¨¦roe, ?usted qu¨¦ dice?
-Que soy un bombero.
Reci¨¦n estrenado 2010, un terremoto bestial desbarat¨® el coraz¨®n del pa¨ªs m¨¢s pobre de Am¨¦rica, Hait¨ª. Decenas de ojos expectantes vieron como ?scar Vega sacaba un precioso tesoro de debajo de los escombros: un ni?o de dos a?os que hab¨ªa permanecido 52 horas sepultado en brazos de su abuelo muerto. "?Y estaba como una pera!", se r¨ªe el bombero.
?Entonces, qui¨¦n es el h¨¦roe, Iniesta? "Bueno, yo no s¨¦ lo que ha sentido ahora La Roja, pero ni la mitad de lo que sent¨ª yo".
?scar Vega (Valderas, Le¨®n, 1977) juega en el equipo de bomberos de Valladolid, pero forma parte de la selecci¨®n castellano- leonesa de hombres que se preparan para las grandes cat¨¢strofes, la BREC (B¨²squeda y Rescate en Estructuras Colapsadas). Ellos y otros equipos espa?oles fueron los primeros que llegaron a Hait¨ª al poco de desatarse el infierno. Les llaman los ratones. As¨ª es Vega, como un ratoncillo de metro y pico, cachas, simp¨¢tico y at¨®mico, con una barba esculpida en l¨ªneas geom¨¦tricas que debe llevarle un rato delante del espejo -"gente normal es lo que sobra", bromea mostrando una sonrisa llena de dientes-.
"No tengo noticias del ni?o, aquello es ca¨®tico, a¨²n est¨¢n en campamentos"
Ah¨ª queda la definici¨®n de la factor¨ªa Disney. He aqu¨ª el hombre: el ?scar Vega que llega en su Harley Davidson al parque de bomberos, se cas¨® hace un a?o y medio y es hijo de un matrimonio que lleva una caseta de feria. Cada temporada, dedica 15 d¨ªas de sus vacaciones a echar una mano a sus padres con el negocio. "Me sale la vena de bombero tombolero". Tiene un hermano. "Tambi¨¦n es bombero, pero de los otros, de los que hacen bombas, trabaja en pirotecnia". Lo de las bromas debe ser cosa de bomberos, porque hay que ver las que le gastan a ?scar sus compa?eros mientras se fotograf¨ªa para este reportaje. "?Venga, qu¨ªtate la camisa y ponte las botas, c¨¢g¨¹enla! ?Para la revista Zero!".
?No le quedan ganas de adoptar un ni?o, despu¨¦s de aquello en Hait¨ª? "Bueno, es que yo esa idea no la he descartado nunca".
?Recuerda c¨®mo se llamaba aquel beb¨¦?
-Redje -contesta antes casi de que acabe la pregunta-.
Cuando los bomberos se despliegan sobre un edificio arruinado necesitan un silencio absoluto. Entonces los perros -"Dopy y Turco, son como personas"- levantan las orejas y husmean jirones de vida. A ?scar le toc¨® la suerte de alzar en brazos al peque?o Redjeson Hausteen Claude, que levantaba el pu?ito como pidiendo ayuda. Y se desataron los c¨¢nticos. Los abrazos le tiraban abajo el casco de bombero, y la madre del ni?o, agradecida, se presentaba al h¨¦roe se?al¨¢ndose repetidamente con los dedos en el pecho: "Mami, mami, mami", dec¨ªa la mujer.
La noticia dio la vuelta al mundo, y as¨ª pudieron saber los padres del bombero por d¨®nde andaba su hijo. ?Tiene noticia ?scar del peque?o haitiano? "Supe que a¨²n estaban en campamentos de refugiados por el New York Times, que entrevist¨® a la familia; y otro d¨ªa, la cadena SER, haciendo un reportaje en la zona, dijo que nos iban a comunicar en directo con ellos", ?scar se toca la piel con el vello encrespado. "Y yo pensaba, ?qu¨¦ les voy a decir? Pero luego no pudo ser, los cambiaron de campamento y nunca m¨¢s he sabido. Es dif¨ªcil, aquello es todav¨ªa muy ca¨®tico, tengo all¨ª un amigo periodista que me lo cuenta".
Desde aquellos terribles d¨ªas, ?scar Vega ve el telediario de otra manera: "Es como si las noticias formaran parte de m¨ª, no me son ajenas". La alegr¨ªa del rescate fue, para su desgracia, el primer d¨ªa en Hait¨ª. El resto del tiempo, miseria y m¨¢s miseria. Los topos mexicanos, una versi¨®n de los ratones espa?oles, son los m¨¢s veteranos rescatadores. "Nos sent¨¢bamos a su alrededor y nos contaban an¨¦cdotas de muchas cat¨¢strofes: nunca hab¨ªan visto nada como aquello".
En Valladolid, ?scar no tiene grandes an¨¦cdotas: accidentes de tr¨¢fico, ese personaje que se encarama en las gr¨²as de la construcci¨®n, preferentemente cuando juega la selecci¨®n espa?ola, y hace saltar las sirenas de los bomberos, los encerrados en el ascensor, el cartel¨®n que amenaza con caerse... "Ahora, lo que menos hace un bombero es apagar fuego".
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