"Llegar al paro ha sido trabajoso"
Jos¨¦ Ram¨®n Huidobro public¨® una carta al director en este diario el 29 de junio. Empezaba as¨ª: "Hace un a?o que me empezaron a agredir en un trabajo. Cumpl¨ªa con mi horario y hac¨ªa mi cometido puntualmente". La agresi¨®n de la que habla Ram¨®n, madrile?o, de 43 a?os, es la m¨¢s dura que puede recibir un asalariado: no cobraba por su trabajo. Form¨® parte del personal de tierra de Air Comet, la aerol¨ªnea quebrada de Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, hasta el pasado 15 de mayo.
Cuando le empezaron a "agredir", Ram¨®n se empe?¨® en que sus problemas y los de sus 740 compa?eros fueran de dominio p¨²blico. "He sido muy activo en foros de Internet, cartas a los medios... En julio del a?o pasado nadie hablaba de Air Comet", cuenta. Su labor no solo fue el activismo escrito. "He estado en todas las protestas contra D¨ªaz Ferr¨¢n, menos en una", a?ade al recordar con orgullo una foto publicada en la edici¨®n digital de EL PA?S el pasado enero en la que se le ve persiguiendo al presidente de CEOE a la salida de un acto empresarial en el hotel Ritz de Madrid.
Con el desempleo paga apenas el alquiler y come en casa de sus padres
Logr¨® su objetivo a finales del a?o pasado. Eso s¨ª, cont¨® con la ayuda de un juez brit¨¢nico que inmoviliz¨® los aviones de la compa?¨ªa del presidente de la CEOE a petici¨®n de un banco alem¨¢n, Nord Bank. Esta decisi¨®n precipit¨® el cierre de la aerol¨ªnea, lo que dej¨® en tierra a 24.000 pasajeros a las puertas de Navidad. Ram¨®n hab¨ªa logrado su objetivo. Air Comet ocupaba la primera p¨¢gina de casi todos los peri¨®dicos. Pero su calvario laboral estaba lejos de acabar. A los atrasos en las n¨®minas se sum¨® una regulaci¨®n de empleo temporal. Y luego la incertidumbre por saber si iba a cobrar la prestaci¨®n por desempleo. "Hasta hace 10 d¨ªas no lo ten¨ªa claro", explica, "la empresa dec¨ªa que hab¨ªa tramitado los papeles, pero en el Inem me dec¨ªan que mi nombre no aparec¨ªa". Y eso fue lo peor: "Una vez sales de esta situaci¨®n y te dicen que no vas al paro, explotas". "Llegar al paro ha sido todo un trabajo; los pocos que qued¨¢bamos hemos estado achuchando al consejero delegado", concluye.
Sus avatares en la aerol¨ªnea distrajeron a Ram¨®n de su vocaci¨®n, escribir. "El tema de Air Comet ha sido un obst¨¢culo. Me he preocupado por un problema por el que no tendr¨ªa que hacerlo, cobrar el sueldo que me he ganado en mi trabajo", narra este licenciado en periodismo que eligi¨® un trabajo mec¨¢nico como el de cargar y descargar maletas en la terminal 1 de Barajas porque ten¨ªa un horario fijo y le permit¨ªa desarrollar su pasi¨®n. Hasta entonces hab¨ªa trabajado en el mundo de la comunicaci¨®n cultural (premios Amigo, Suma Flamenca) y las ONG (Ayuda en Acci¨®n). "Una de las ventajas de este trabajo es que me dejaba tiempo", recuerda. De hecho, su contrato era a tiempo parcial, seis horas al d¨ªa. "Ir y venir tambi¨¦n forma parte del horario laboral".
Desde que est¨¢ en paro oficialmente, Ram¨®n ha comenzado a organizar lo que ha escrito en los ¨²ltimos cuatro a?os: "He resuelto un libro que ten¨ªa por cerrar". Tambi¨¦n renueva con m¨¢s tranquilidad sus blogs. "Tengo un mont¨®n, que actualizo al menos una vez a la semana", describe. Especial cuidado pone en uno que lleva su nombre. Lo llama "el principal". Tiene tiempo. O se lo toma. Todav¨ªa no ha empezado a buscar empleo. Desconf¨ªa: "A la hora de pensar en trabajar no pienso en empresas. Pienso en personas. En encontrar una forma de colaborar y desarrollar proyectos. No creo que vaya a conseguir empleo en una empresa". Y abunda para aclarar: "La crisis ha devaluado el cobro". Es la herida que ha dejado la quiebra de la aerol¨ªnea.
Ahora cobra una prestaci¨®n de unos 600 euros al mes, "para pagar malamente el alquiler, el agua y el tel¨¦fono". ?Y la comida? "Muchas veces tengo que comer en casa de mis padres", responde. No tiene pareja ni hijos, y eso le permite llevar la situaci¨®n mejor. Pero cuando empez¨® a dejar de percibir su n¨®mina puntualmente s¨ª que ten¨ªa pareja. "Esto te cambia el car¨¢cter. Te agr¨ªa. Quieres hacer tu vida, pero te ves condicionado. Hab¨ªa compa?eros que no ten¨ªan dinero ni para comprar el bono de metro con el que ir a trabajar", cuenta resignado.
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