Hollywood, tierra de zombis
El ilustrador Rob Sacchetto cambia las sonrisas de famosos por rictus congelados
Sonrisas con el rictus congelado, como de r¨ªgor mortis, ataques sin provocaci¨®n y directamente a morder, pieles estiradas m¨¢s all¨¢ de lo humano, beautiful people que se mueve en hordas descerebradas de s¨¦quitos y estrellas. Bienvenidos a Holly-wood, la tierra de los zombis. Esa al menos es la visi¨®n que tiene Rob Sacchetto de la industria del espect¨¢culo. "S¨¦ que me ganar¨¦ enemigos por decirlo, pero mucho de lo que escupe Hollywood, la forma en la que afecta a la gente, colgada de lo que hacen en cada momento sus estrellas, les convierte en zombis", afirma no falto de humor este ilustrador y autor de Zombiewood Weekly: The Celebrity Dead Exposed. Su libro no deja estrella con vida, todas convertidas en muertos vivientes.
Lady Gaga, Clooney, Mel Gibson y Will Smith son algunos 'zombificados'
El artista canadiense asegura que ser zombi est¨¢ de moda
Robert Pattinson ve sus colmillos transformados en p¨²stulas sangrientas. George Clooney, su rostro sesgado por sangre y venas. Y Lady Gaga, sigue siendo Lady Gaga pero un poco m¨¢s podrida. As¨ª con 130 recreaciones de famosos, desde la reina de Inglaterra a un Mel Gibson p¨²trido o a verdaderos muertos como Elvis Presley y Natalie Wood. Retratos transformados en zombis de la cultura popular, parodias de los h¨¦roes y villanos de las revistas del coraz¨®n. Nadie se libra. "Todo el mundo es susceptible de ser un zombi", explica Sacchetto de su galer¨ªa de muertos vivientes trazada con tinta y acuarela.
Y el artista canadiense tiene raz¨®n al asegurar que ser zombi est¨¢ de moda. Si la historia de estas criaturas se remonta a los a?os de la esclavitud en el Caribe, donde ciertas p¨®cimas dejaban catat¨®nicos a quienes las tomaban, que eran as¨ª utilizados para los peores trabajos, en Hollywood el origen de los zombis es m¨¢s cercano, con la pel¨ªcula de George A. Romero La noche de los muertos vivientes. "A m¨ª de ni?o me impact¨®, y El retorno de la noche de los muertos vivientes me afect¨® todav¨ªa m¨¢s", admite Sacchetto.
Pero eso fue en la d¨¦cada de los sesenta, cuando los zombis sirvieron como comentario social. En el nuevo milenio su propagaci¨®n es m¨¢s r¨¢pida y efectiva, una operaci¨®n realmente lucrativa. Hay pel¨ªculas, videojuegos, remakes y hasta adaptaciones de cl¨¢sicos literarios como Orgullo y prejuicio convertidos en este milenio en Orgullo y prejuicio y zombies. Hasta existe el d¨ªa del zombi, el 4 de febrero, coincidiendo con el nacimiento de Romero. "Cuando es posible hacer una zombificaci¨®n de Orgullo y prejuicio uno se debe de dar cuenta de la importancia del fen¨®meno", ensalza el autor hablando de unas figuras que considera muy superiores a esos vampiros tan populares en la actualidad. "Los zombis se mueven en el campo de lo inexplicable y tienen tantas lecturas, tanto a nivel visual como conceptual, que de ah¨ª viene su fascinaci¨®n", afirma.
Amante de c¨®mics como la desaparecida revista espa?ola Cimoc o Metal Hurlant y enamorado del trabajo de autores como Milo Manara y Jordi Bernett, Sacchetto comenz¨® a zombificar personas por aburrimiento. Se aburr¨ªa de los retratos formales que hac¨ªa para ganarse la vida, as¨ª que puso en marcha su p¨¢gina www.zombiedaily.com, desde donde ha realizado m¨¢s de 600 retratos zombificados de gente normal. Desde fotos de boda a las de sus mascotas. Todas llenas de sangre, v¨ªsceras y putrefacci¨®n. Ah¨ª naci¨® la idea de escribir hace un a?o el libro Manual del zombi.
Y una cosa conduce a otra y la idea de transformar a las estrellas en muertos vivientes no se hizo esperar. Los primeros fueron Will Smith y Tom Cruise. Despu¨¦s, el que no pod¨ªa faltar, George Clooney, "el actor m¨¢s conocido del mundo". Y la zombi m¨¢s guapa, Angelina Jolie, seg¨²n los seguidores de su p¨¢gina de Facebook. Y las m¨¢s reales, Kate Moss y Joan Rivers. "?Acaso no son zombis en la vida real?", se pregunta una zombi-fan. "Son s¨¢tiras divertidas, nada hirientes y los famosos son de alg¨²n modo de dominio p¨²blico", admite. Adem¨¢s, todos necesitan un poco de humor.
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